Latinoamérica
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El "otro país" que no quiere compartir nada con La Paz
Pablo Stefanoni
Clarín
Santa Cruz es lo que es gracias a Bolivia o a pesar de ella? La respuesta a esta
pregunta sintetiza las actuales confrontaciones regionales que vive el país: en
el occidente pobre resaltan que todo fue debido a la transferencia de parte del
excedente minero hacia este departamento (provincia), mientras que en el oriente
le asignan al "carácter emprendedor" de los cruceños todo el mérito por su
actual alto lugar en la economía boliviana.
Lo cierto es que, en medio siglo, Santa Cruz pasó de ser una población marginal
a ganarse un lugar como la capital del departamento más rico de Bolivia, con una
economía basada en la agroindustria. Y hoy lidera a tres departamentos más "la
denominada media luna" en su lucha por las autonomías: Tarija, sede de las
principales reservas gasíferas y fronterizo con Argentina, Beni, dedicado a la
ganadería, y el casi despoblado Pando en la Amazonia. Esta "otra" Bolivia suma
el 43% del Producto Bruto Interno nacional.
Hasta los años 50 Santa Cruz se encontraba casi aislada del resto del país: un
camión necesitaba seis días para hacer los quinientos kilómetros que la separan
de Cochabamba. "En 1904, cuando pedimos un ferrocarril un diputado paceño dijo
en el Parlamento: ¿para qué quiere Santa Cruz un ferrocarril, para separarse
como Panamá de Colombia?, fíjese usted la perversidad", dice a Clarín el
historiador Alcides Parejas.
En estos días de pelea con La Paz, todos recuerdan las violentas luchas de 1957
por el 11% de las regalías petroleras "con las que se financiaron varios planes
de desarrollo" y las "injurias" del gobierno central que, también entonces, los
acusó de separatistas.
Pero los críticos de las "elites cruceñas" resaltan la otra cara de la moneda:
los nexos entre el Comité Cívico pro Santa Cruz y los grupos falangistas para
conspirar contra el gobierno nacionalista surgido de la revolución de 1952.
Dicen que hoy hacen lo mismo con el actual presidente Evo Morales.
Según un informe de la Cámara de Industria y Comercio, Santa Cruz genera el 30
por ciento del Producto Bruto Interno nacional, aporta alrededor de 37 por
ciento del total de impuestos y recibe casi la mitad de la inversión extranjera
que llega a Bolivia.
En Santa Cruz las "misses" ocupan un importante lugar en la sociedad, por lo que
no sorprende que fuera una Miss Bolivia quien pretendió marcar, brutalmente, las
diferencias entre oriente y occidente: "Nosotros somos altos, blancos y hablamos
inglés", dijo no hace mucho Gabriela Oviedo y provocó un escándalo.
Autonomía basada en el reparto de ingresos
El conflicto entre Santa Cruz y La Paz tiene una historia larga —que incluye el
levantamiento federal e "igualitario" de Andrés Ibáñez, fusilado en 1877— pero
tomó nuevos bríos después de la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de
2003. La "guerra del gas" no solamente acabó con el arquitecto de las reformas
de libre mercado en el país sino que abrió paso a una transición política en la
que los grupos de poder cruceños perdieron su cupo en el Estado nacional.
Primero fue el entonces presidente Carlos Mesa quien los acusó de ser "unas
elites provincianas" y les cerró el paso en su administració n. Luego vino Evo
Morales que a sus posiciones nacionalistas sumó una estética andina que irrita a
muchos cruceños.
Sin embargo, las demandas de autonomía están lejos del reclamo de independencia,
sostenido sólo por el grupo marginal Nación Camba. Dos parecen los objetivos del
movimiento en marcha. El primero, blindar a estas regiones de la marea
"populista e indigenista" de Morales, hostil a los principios de la economía de
mercado que en Santa Cruz no fueron cuestionados como en la Bolivia indígena. Y,
en segundo lugar, manejar los recursos locales.
"Es muy importante que haya una descentralizació n no sólo del gasto sino de los
ingresos, serían las regiones las que entregarían los ingresos al gobierno
nacional, quedándose con alrededor del 31%, también se incluye un fondo de
compensación para los departamentos más deprimidos", dice Juan Carlos Urenda,
principal asesor del Comité Cívico en el tema autonómico.
Dentro del área económica hay un tema especialmente sensible: la tierra. Por eso
el proyecto anunciado ayer por el prefecto (gobernador de Santa Cruz) Rubén
Costas contempla "competencias compartidas en la gestión de la tierra entre el
gobierno nacional y los poderes locales". Los modelos de Urenda son España y
Colombia.