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Ortega, el manipulador
Alfonso Gumucio D.
La Haine y Bolpress
Quienes no conocen Nicaragua y no han vivido de cerca el proceso sandinista se
confunden y saludan la victoria de Ortega como el triunfo del sandinismo, pero
la realidad muestra otra cosa. Basta leer los diarios de los últimos años para
estremecerse frente a la sinuosa trayectoria de Daniel Ortega, un líder sin
ética pero con mucha labia, capaz de engañar a los menos informados de su país,
y a muchos fuera de Nicaragua.
En la comparsa de ingenuos están varios presidente progresistas de la región,
como Hugo Chávez y Evo Morales. Incluso Fidel se equivoca, es muy triste.
¿Qué ha pasado con Daniel Ortega? Durante sus años en la oposición, no ha dudado
en pactar con la ultra-derecha somocista, representada por el ex presidente
Arnoldo Alemán, uno de los políticos más corruptos que ha tenido Nicaragua.
Ambos nombraron "a dedo" a los magistrados del Consejo Supremo Electoral. La
alianza con la derecha le ha permitido a Ortega manipular al congreso,
eliminando a aquellas fuerzas políticas que podían restarle fuerza al "Danielismo",
que no es lo mismo que el sandinismo de base. Con el apoyo de la derecha
somocista, Ortega logró que el Congreso aprobara una modificación en la Ley
Electoral, de manera que no fuera necesario obtener el 50% de la votación para
llegar a la presidencia. De ese modo, evitó ahora pasar a la segunda vuelta
electoral.
No solamente ha pactado Daniel Ortega con la derecha sandinista, sino con la
"contra" que tanto daño le hizo al país durante los años de la revolución. La
contra, financiada por Ronald Reagan y la CIA, asesinó a miles de jóvenes
nicaragüenses que defendían su país a instancias del gobierno sandinista. La
memoria de ellos queda ahora mancillada con la alianza de Daniel Ortega, cuyo
vice-presidente es uno de los principales dirigentes de la contra-revolución.
La hipocresía y el oportunismo de Daniel Ortega lo han llevado a cambiar
completamente su posición de cara a la iglesia reaccionaria y derechista que
representa Monseñor Obando, el Cardenal de Nicaragua. Ortega ahora va a misa
todos los domingos y se abraza con Obando, quien fue uno de los enemigos más
notorios de la Revolución Sandinista. La mujer de Daniel Ortega, Rosario
Murillo, no para de hablar de dios y de rezar (bueno, hay que decir que a ella
siempre le faltó un tornillo).
Esta reconciliación con la derecha de la iglesia católica se traduce en cosas
concretas: hace pocas semanas los "danielistas" en el congreso votaron por la
anulación de la ley que permitía abortos terapéuticos. O sea, de regreso a las
cavernas. Esto es lo que dijo Rosario Murillo para justificar la posición de los
danielistas:
"Nosotros estamos profundamente comprometidos con la fe; pensamos que los
valores religiosos, son el consuelo, el amparo; la fe es la forma en que los
seres humanos encontramos la paz; los valores religiosos son la fortaleza que
necesitamos para lidiar con la vida cotidiana, que ha sido en los últimos
tiempos suficientemente dura. La vida cotidiana que nos obliga a enfrentar
desafíos fortísimos y, con el amparo y el consuelo de la fe, la gente se nutre,
se levanta; el alma se fortalece. Nosotros, precisamente porque tenemos fe,
tenemos religión; porque somos creyentes, porque amamos a Dios sobre todas las
cosas, es que hemos sido capaces de sobrellevar tantas tormentas, ¡sin
inmutarnos! únicamente, aprendiendo de cada dificultad, lo que el Señor ha
querido enviarnos como lección, como aprendizaje. Por eso también defendemos, y
coincidimos plenamente con la Iglesia y las Iglesias, que el aborto es algo que
afecta, fundamentalmente a las mujeres, porque ¡jamás nos reponemos del dolor y
el trauma que nos deja un aborto! Cuando las personas tienen o han tenido que
recurrir a eso, jamás se reponen. Y, ese dolor, nosotros no lo deseamos para
nadie. Además, es un atentado contra la fe; contra la vida."
Con actitudes de hipocresía religiosa como estas, Daniel Ortega ha logrado que
mucha gente se olvide que fue acusado por su hijastra Zoilamérica, de haberla
abusado sexualmente cuando ella era menor de edad. Ortega se encargó de enterrar
y desaparecer el juicio que había en su contra, y presionó a los medios de
información para que dejaran de publicar sobre el tema.
Todo el mundo sabe en Nicaragua que los comandantes "danielistas" y otros
militantes del FSLN cercanos a Daniel Ortega viven como millonarios y poseen
numerosas empresas. Nada menos que Humberto Ortega, el hermano de Daniel, es uno
de los hombres más ricos de Nicaragua, aunque ya ni siquiera vive allí sino en
Costa Rica. Hizo su fortuna con el tráfico de armas cuando fue Comandante del
Ejército Sandinista, y luego, muy convenientemente, se desentendió de la
política y de su país.
La trayectoria de la mayoría de los nueve Comandantes de la Revolución ha sido
lamentable en estos años. Es triste, para quienes hemos vivido en Nicaragua
durante la Revolución en los años ochenta, ver cómo han cambiado los comandantes
que admirábamos. Ya he dicho algo de Daniel y Humberto; Bayardo Arce es un
negociante, Tomás Borge es un viejo verde que sigue correteando jovencitas (hay
un libro donde lo denuncian), y así sucesivamente. Honrosa excepción es el
Comandante "Modesto" Henry Ruiz, con quien me tocó trabajar. Modesto vive como
vivía antes de la Revolución, no se enriqueció con la "piñata". Su honestidad
molesta a Daniel Ortega y a su banda de corruptos, al extremo de que hace unos
meses trataron de meterlo en la cárcel con alguna acusación insustancial.
El argumento de quienes apoyan a Ortega es que había que cerrarle el paso a la
nueva derecha representada por Montealegre, pero ese argumento es cobarde y anti-ético,
porque Daniel no era la única opción de izquierda. Edmundo Jarquín y su
candidato a la Vice-Presidencia, el músico Carlos Mejía Godoy, representaban un
movimiento de renovación en el sandinismo, recogiendo la opinión de todos
aquellos que no quieren ser parte de las alianzas con la derecha y con la
contra. El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) solamente sacó el 6,44 %de los
votos, pero son votos de la gente más consciente y honesta que tiene Nicaragua,
que se negó a respaldar el juego corrupto de Ortega. La derecha, sin contar a
Daniel Ortega, suma 55%, con el 29% de Montealegre y el 26% de Rizo, el hombre
de Arnoldo Alemán.
Ahora no se sabe lo que va a pasar en Nicaragua. Hay dos escenarios posibles.
Por una parte, Daniel Ortega pagando a la derecha y a Arnoldo Alemán los favores
que le han hecho en estos años, manteniendo sus buenos vínculos con la iglesia
reaccionaria de Monseñor Obando, y por supuesto haciendo todo lo necesario para
complacer a Estados Unidos; y por otra parte, un escenario que algunos todavía
sueñan, y es Daniel Ortega recuperando la ideología sandinista y haciendo un
gobierno de izquierda, o por lo menos progresista, para restablecer su imagen
ante la historia. Pero cualquiera que haya seguido la trayectoria sinuosa del
personaje, pensará que esto último es improbable.boletín informativo - red
solidaria de revistas
Como escribió hace poco Ernesto Cardenal, el poeta y ex Ministro de Cultura de
la Revolución Sandinista:
"El FSLN de Daniel Ortega no es el sandinismo, sino su traición. Votar por
Daniel es votar por Alemán Ellos tienen un pacto que no se ha disuelto. Por ese
pacto Daniel ha gobernado junto con Alemán. Ellos controlan la Corte Suprema de
Justicia, la Asamblea Nacional, la Contraloría, el Ministerio Público, la
Procuraduría de los Derechos Humanos y el Consejo Supremo Electoral. A ese pacto
se debe que Alemán, condenado a 20 años, esté libre".
Fuente: lafogata.org