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Latinoam�rica

La lucha por las tierras
La reforma agraria en Bolivia enfrenta a Evo con la oposici�n

El gobierno lanz� una ofensiva contra las tierras improductivas. Hay rechazo opositor
 
Pablo Stefanoni
Clar�n

La oposici�n al gobierno de Evo Morales intenta recuperar una iniciativa que se le presenta esquiva despu�s de dos sonoras derrotas electorales. Una coalici�n de partidos conservadores y organizaciones empresariales �articulada en torno al Comit� C�vico pro Santa Cruz� amenaza con movilizaciones para defender la "seguridad jur�dica" de las propiedades agrarias, al tiempo que sus referentes iniciaron una batalla judicial contra la decisi�n de la Asamblea Constituyente de declararse "originaria", es decir, por encima de los tres poderes del Estado.

La espinosa cuesti�n de la tierra se reactiv� con la ofensiva gubernamental contra los latifundios improductivos, una reforma parcial en la actual legislaci�n pero suficiente para alterar los �nimos en las filas empresariales. "Nosotros le atribuimos a la nueva ley una misi�n: garantizar un r�pido y masivo proceso de redistribuci�n, con destino comunitario, de las tierras concentradas improductivamente", le dijo a Clar�n el viceministro Alejandro Almaraz. Se refer�a a predios que no cumplen con la funci�n econ�mica social y son utilizados como garant�a de operaciones financieras. "El gobierno quiere un derecho de propiedad condicionado, sin seguridad jur�dica, y privilegia el sistema comunitario por encima de la explotaci�n individual", se�al� Fernando Messmer, jefe de la bancada en Diputados de Podemos, la principal fuerza opositora.

El viceministro de Tierras busca legitimar sus argumentos con la fuerza inapelable de los n�meros: "Desde 1953 hasta 1992, el Consejo Nacional de Reforma Agraria distribuy� alrededor de 50.000.000 de hect�reas. El 70% fue a manos de empresas agropecuarias �con superficies mayores a 2.500 hect�reas� y s�lo un 5% a las peque�as propiedades campesinas". En 1953, los campesinos del Altiplano y los valles ocuparon las haciendas a punta de fusil y obligaron al gobierno surgido de la Revoluci�n Nacional a repartir esas tierras. Pero en Santa Cruz la historia fue otra: al considerarse que se trataba de empresas agr�colas capitalistas y no de haciendas feudales las propiedades no fueron cuestionadas.

Esta semana, varias marchas de ind�genas continuaban su camino hacia La Paz para presionar al Congreso, que este martes retomar� las discusiones de los art�culos m�s conflictivos. El mismo d�a, la Confederaci�n Agropecuaria Nacional decidir� si toma medidas de fuerza. Evo Morales insiste en que lo suyo no es una mera reforma sino una revoluci�n agraria para dotar a los campesinos pobres de "tierras, tractores y mercados".

En el proyecto de autonom�a que reclama Santa Cruz se pide que la titulaci�n de tierras sea una atribuci�n de las autoridades locales. Pero esas demandas auton�micas deben ser aprobadas en una Asamblea Constituyente dominada por campesinos de poncho y ojotas que activan entre los sectores acomodados cruce�os la imagen de la "revancha ind�gena". Ya hay amenazas de desconocimiento de la Constituci�n que salga de ese foro.

El pasado jueves, varios constituyentes opositores y dirigentes c�vicos cruce�os presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional. Rechazan el car�cter soberano de la Asamblea Constituyente y reclaman que la nueva Carta Magna se vote por dos tercios y no por mayor�a absoluta como quiere el partido oficialista, el MAS, que ya cuenta con ese n�mero. Pero como la convenci�n se declar� "originaria" ya anticip� que har� caso omiso de fallos judiciales.

Germ�n Antelo, presidente del Comit� C�vico de Santa Cruz, calific� el viernes como una acci�n de "prepotencia y abuso" la decisi�n del gobierno de aprobar la ley sin llegar a un consenso con los sectores empresariales.

"El gobierno y el Congreso juegan con fuego. Si esta norma se aprueba, ser� responsabilidad absoluta de los congresistas", advirti� el presidente de la Confederaci�n Nacional de Agropecuarios, Mauricio Roca.

Frente a estos nubarrones, Evo Morales cuenta, otra vez, con elevados �ndices de popularidad que renacen cada vez que el mandatario activa la fibra nacionalista de los bolivianos y se muestra capaz de contener la conflictividad social. Esta vez fue la firma de los nuevos contratos petroleros. Seg�n el �ltimo sondeo de la encuestadora independiente Equipos Mori su gesti�n cuenta con una aprobaci�n del 63%.

Fuente: lafogata.org

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