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Vicente fox y Ulises Ruiz optaron por masacrar al pueblo
Represión policial y paramilitar en Oaxaca; tres muertos y 23 heridos Un
camarógrafo neoyorquino, un profesor y un comunero, los abatidos
Alerta máxima en la APPO; esperan hoy operativo de gran calado para disolver el
movimiento
En el ataque contra barricadas arremeten contra periodistas; lesionan a
reportero gráfico
En cinco acciones simultáneas, las policías ministerial y preventiva,
respaldadas por presuntos militantes del PRI, atacaron esta tarde a balazos
barricadas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), en acciones
donde resultaron muertos el camarógrafo neoyorquino Bradley Roland Will -quien
recibió dos impactos de R-15-, el profesor Emilio Alonso Fabián, de la
delegación de los Loxicha, y el comunero Esteba Ruiz, además de 23 personas
heridas por arma de fuego.
Cinco de los lesionados estaban en el bloqueo en la colonia La Experimental, 13
en Santa María Coyotepec y cinco en Cal y Canto.
El fotógrafo Oswaldo Ramírez, del periódico Milenio, recibió un rozón de bala en
la rodilla izquierda, que no requirió de atención médica. Inclusive, los hombres
armados con cuernos de chivo, escuadras 9 milímetros y revólveres 38 súper,
dispararon al fotógrafo Raúl Estrella, de El Universal, quien resultó ileso. Una
profesora fue gravemente herida, pero hasta el cierre de esta edición no se
conocía su identidad.
Después de las 21:00 horas se informó que en Santa María Coyotepec fueron
detenidos 20 profesores, de los cuales 13 estaban heridos de bala y fueron
hacinados en la cárcel municipal.
La jornada de violencia en la capital del estado y sus municipios conurbados fue
el preludio de una incursión policiaca del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, que se
preparaba a "recuperar" la ciudad en las primeras horas de este sábado, y en
momentos en que se cumplía el plazo definido por la APPO para que el gobernador
presentara su licencia al cargo.
La APPO declaró la alerta máxima, pues tiene informes de que la policía del
estado prepara un operativo "de gran calado" para disolver el movimiento.
Esta noche, además, la policía finalmente rompió el plantón permanente en la
casa de gobierno y las oficinas de la policía estatal, en Santa María Coyotepec,
donde después de desalojar a los profesores y simpatizantes de la APPO
incendiaron vehículos y persiguieron a los plantonistas en el monte.
La dirigencia del movimiento ciudadano reportó la desaparición de al menos 50
profesores que mantenían el bloqueo en las oficinas donde despachaba Ruiz Ortiz,
y responsabilizó de la agresión armada a Elpidio Concha Arellano, dirigente
estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y ex diputado federal, y a
los alcaldes de Santa Lucía del Camino, Manuel Martínez, y de Santa María, Jorge
Pablo.
El pasado 16 de octubre, Concha Arellano dio a conocer un documento en el que
los sectores priístas advertían que su partido llevaría a cabo "las acciones
necesarias para restablecer el orden, el estado de derecho y la paz social" en
la entidad, y que si el gobierno federal no aplicaba la ley de manera
"implacable a los desmanes y vandalismos, nosotros mismos vamos a dar la
solución al problema".
Ante la gravedad de los hechos, el movimiento social determinó reforzar las
barricadas, sobre todo porque se confirmó que el operativo también abarcaría una
incursión en el centro hstórico, así como detenciones de dirigentes por parte de
la Agencia Federal de Investigación (AFI), que envió un avión con 100 agentes
que están acantonados en el hangar de gobierno.
Durante dos horas, desde las 5 de la tarde, la capital oaxaqueña vivió un
escenario de represión sin precedentes, y en todo momento, desde Radio
Universidad -la única estación que informó de las agresiones- se dio cuenta del
operativo para acabar con el movimiento que exige la salida de Ruiz Ortiz.
Las zonas donde se ejerció mayor violencia fueron las de Santa Lucía del Camino
y La Experimental.
Los disparos en Santa Lucía coincidieron con una reunión que sostenían
simpatizantes de la APPO y vecinos con Flavio Sosa, uno de los líderes del
movimiento, quien llamó a mantener la calma.
En el cruce de la calle Cal y Canto con Ferrocarril pidió a sus compañeros: "hay
que llevárnosla tranquila. Tienen armas largas y somos blanco fácil".
Se refería a un grupo de presuntos policías ministeriales y militantes del PRI,
que unos minutos antes habían cruzado por la esquina de Juárez y Arboles, a unos
100 metros de la barricada.
La balacera inició desde una casa particular en la calle Juárez, y los
brigadistas se percataron de que quien disparaba era una mujer. "¡Pinche
vieja!", gritaron. Para tratar de contrarrestar la agresión, hombres cubiertos
con paliacates subieron a un camión de volteó y, de reversa, lo estrellaron
contra el portón de la casa desde donde se abría fuego.
Otros más utilizaron los tubos que, a modo de bazucas hechizas, confeccionaron
para disparar cohetones, y los dirigieron hacia el inmueble.
En esos momentos, del fondo de la calle, los sujetos -la mayoría con camisetas
rojas- que previamente habían bajado de camionetas tomaron las armas y
comenzaron a disparar contra los brigadistas.
Entre las ráfagas, los simpatizantes de la APPO atinaron a responder con más
cohetones e, inclusive, con resorteras, y fotógrafos, camarógrafos y reporteros
se cubrieron en las paredes, detrás de automóviles y camionetas, así como de
piedras, postes y árboles.
Oswaldo Ramírez tomaba fotografías parapetado detrás de una camioneta, cuando
recibió el rozón de una bala. El camarógrafo neoyorquino Bradley Will, de la
agencia independiente Indymedia, estaba en medio de la calle con su cámara para
registrar los disparos, cuando recibió dos impactos, uno en el costado y otro en
la boca del estómago.
Su compañero fotógrafo Gustavo Vilchis y tres personas más lo tomaron de brazos
y piernas y lo llevaron en vilo por la calle Juárez, para depositarlo en el
asfalto de Arboles, donde le arrancaron la camiseta. Ahí, Vilchis aún trató de
auxiliarlo y le dio respiración de boca a boca, pero Will había perdido el
color, estaba pálido y sus ojos estaban, literalmente, en blanco.
"¡Un carro, un carro!", gritó un joven al que un paliacate le cubría el rostro.
"¡Una ambulancia, una ambulancia, le dieron a un periodista!". "¡Es un
periodista, ábranla!", clamó otro, mientras Will seguía tendido en la calle.
Los propietarios de un Volkswagen blanco, con placas LUG6235, del estado de
México, entraron a la calle de reversa hasta unos metros de donde yacía el
camarógrafo estadunidense. En medio de la desesperación, abrieron la puerta
derecha, abatieron el asiento y lo introdujeron en el asiento trasero.
Segundos después, el vehículo arrancó entre un estruendo del motor y las
llantas.
Lo llevaban a la Cruz Roja de esta capital, pero falleció en el traslado.
"Lo sentimos, su compa se quedó en el camino", dijeron los brigadistas que
llevaban a Will.
A las siete de la noche, vecinos y brigadistas preparaban unas 200 botellas de
vidrio como bombas molotov para repeler a los hombres que dispararon y que, a
esa hora, se habían replegado al fondo de la calle, donde se encuentra la
agencia municipal, y en la que montaron su propia barricada.
De manera paralela, supuestos militantes del PRI, entre quienes se confundieron
policías armados, atacaron el plantón permanente en la sede del gobierno del
estado y de la policía, en Santa María Coyotepec, donde falleció el profesor
Emilio Alonso Fabián y 13 personas más fueron heridas.
Ahí también, reporteros quedaron en medio del fuego, aunque ninguno resultó
herido, si bien las balas se impactaron a corta distancia de donde se
refugiaban.
Por la noche, el secretario de Gobierno, Heliodoro Díaz, ofreció una conferencia
en la que acusó a integrantes de las barricadas de haber matado al comunero
Esteban Ruiz.
Según el funcionario, el asesinato de Esteban Ruiz ocurrió después de que
integrantes de barricadas despojaron de un automóvil al comisariado de bienes
comunales, quien debió caminar hasta su comunidad, donde informó del hecho, y
cuando sus vecinos acudieron a rescatar el vehículo empezó un enfrentamiento, en
el que murió el campesino.
Desde la mañana, cuando inició el bloqueo de la ciudad por parte de la APPO, se
habían suscitado roces entre plantonistas y vecinos de las colonias afectadas
por el cierre de carreteras y avenidas, que reclamaban su derecho al libre
tránsito.
A partir del acuerdo de la asamblea popular, en las primeras horas de este
viernes se bloqueó el acceso a Oaxaca en la carretera de México, a la altura de
Viguera, así como en la entrada del istmo, por lo que cientos de personas,
inclusive turistas con sus maletas, caminaron varios kilómetros para llegar al
centro de la ciudad. También, centenares de personas debieron llegar a pie a sus
centros de trabajo o a sus compromisos.
Las balaceras en Oaxaca empezaron a las 10 de la mañana, y en la Ciudad
Universitaria desconocidos brincaron la barda del campus y prendieron fuego a
las oficinas de la dirección de la Facultad de Derecho, para distraer la
atención de estudiantes que resguardaban las instalaciones de Radio Universidad,
pues un grupo de encapuchados vestidos de negro pretendieron ingresar para
tomarla.
Poco después hubo más disparos en el puente de El Rosario, donde fue levantado
el mecánico Gerardo Sánchez, quien fue recluido en el penal de Tlacolula acusado
de disparo de arma de fuego. La tarde cerró con las agresiones en la colonia La
Experimental, donde se encuentra la sede de la Procuraduría General de Justicia
del Estado, en Santa Lucía del Camino y en Santa María Coyotepec.
La mayoría de los comercios y hoteles del centro histórico cerraron a las siete
de la noche y la sociedad oaxaqueña se fue a dormir con miedo, pero con la
certidumbre de que este sábado podría darse una incursión policiaca masiva.