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Mueren tres pobladores en los enfrentamientos y ocho resultan
lesionados
Con tanquetas y disparos entran las fuerzas policiacas a Oaxaca
En medio de cateos a domicilios particulares comienza la persecución de la
gente en resistencia
La Jornada
Oaxaca, 29 de octubre. La Policía Federal Preventiva (PFP) ocupó desde las 2 de
la tarde esta ciudad capital y el centro histórico, después de romper barricadas
con tanquetas que arrojaron agua a presión, disparar armas de fuego, arrojar
decenas de gases lacrimógenos y enfrentarse, durante más de dos horas, con
colonos de San Jacinto Amilpas y brigadistas de la barricada de Canal 9. En la
ocupación cayeron el enfermero del IMSS Jorge Alberto López Bernal, el profesor
Fidel García y un menor de 14 años aproximadamente, aún no identificado.
Aunque la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) abandonó el zócalo
capitalino a las 19 horas y se replegó a la Ciudad Universitaria, luego de una
fallida negociación telefónica con la Secretaría de Gobernación, la persecución
de ciudadanos que exigen la caída del gobernador Ulises Ruiz se extendió por la
noche a las colonias cercanas a la capital, como Santa Rosa, en el Parque del
Amor, situado en el puente Porfirio Díaz, así como en la calle Valerio Trujano.
Tras la incursión, los efectivos policiacos realizaron cateos a domicilios
particulares y detuvieron a unas 50 personas, que -declaró el vocero de la APPO,
Florentino López- fueron trasladadas a la 28 Zona Militar. Algunas fueron
aprehendidas en las inmediaciones de Ciudad Universitaria y trasladadas en
helicóptero a las instalaciones castrenses.
Los heridos
Hasta el cierre de esta edición se registraban ocho personas lesionadas y un
número no definido de policías, aunque tres resultaron heridos por quemaduras de
bombas molotov y cohetones. En el enfrentamiento en Canal 9, un federal recibió
de lleno una molotov, que le prendió fuego, y sus compañeros le ayudaron a
sofocar las llamas. La policía no informó a qué hospital fueron trasladados sus
heridos, ni sus nombres.
En contraparte, los contingentes encargados de ocupar primero el centro
histórico enfrentaron poca resistencia, pero también reprimieron a la sociedad
que los increpó a su paso. A las cuatro de la tarde, tres agrupamientos se
apostaron en las dos esquinas al sur de la plaza, en Bustamante y Portal de las
Flores, desde donde arrojaron dos bombas de gas lacrimógeno, mientras otro
avanzó hasta la esquina de Porfirio Díaz e Independencia.
A las siete de la noche, cuando la comisión de seguridad de la APPO pidió a 800
de sus integrantes replegarse a Ciudad Universitaria, los policías comenzaron a
relajarse, se quitaron el casco y utilizaron como camas sus escudos y, a modo de
cobijas, las mantas en las que el movimiento reclama la renuncia de Ulises Ruiz.
Las fuerzas federales recuperaron, además de la plaza principal, la alcaldía, la
Secretaría de Finanzas y las oficinas de la policía municipal, y se preparan a
intervenir en las alcaldías tomadas aún por la APPO.
Tras la incursión, que ocurre a cuatro meses y medio del fallido operativo de
las fuerzas estatales, el gobernador advirtió esta noche que no solicitará
licencia al cargo porque, adujo, su mandato "nunca ha estado sujeto a
negociación". Sus colaboradores aseguraron que siguió el operativo desde una
oficina en San Felipe del Agua, al norte de la ciudad.
El avance de los cuatro mil policías enviados a Oaxaca para "recuperar" la
capital del estado ocurrió de manera simultánea desde el aeropuerto y de una
base provisional en la carretera México-Cuacnopalan, en el entronque con el
municipio de Etla.
Pasada la una de la tarde, media hora después de que 12 militares vestidos de
civil fueron entregados a un mando castrense en la calle Símbolos Patrios, donde
fueron retenidos, desde el aeropuerto salieron más de 80 autobuses con policías,
a los que les abrieron paso dos trascavos que "barrieron" las barricadas y
avanzaron hacia el centro de la ciudad.
Los autobuses y camionetas utilizados como barricadas fueron prácticamente
levantados en vilo por los trascavos y, para evitar que los obstáculos fueran
repuestos, la PFP distribuyó sus líneas a 100 metros entre sí, y cualquier
intento de regreso fue disuelto a empellones con los escudos.
El avance de las tropas, entre las que participaron grupos especiales de
inteligencia y táctica, estuvo apoyado por cuatro helicópteros de la policía
federal y del Ejército. Antes de ordenar la marcha de la policía, se realizaron
ocho vuelos de reconocimiento.
Al otro lado del valle, en Etla, cientos de personas se congregaron a la altura
del pueblo de San Lorenzo, adonde se trasladaron mil 500 policías preventivos
armados con rifles de asalto, lanzagranadas y toletes. Los ciudadanos y
simpatizantes de la APPO repudiaron la presencia de las fuerzas federales,
inclusive cuatro voluntarios se desangraron. Casi a las dos de la tarde se les
ordenó avanzar y, ante la resistencia ciudadana, utilizaron las tanquetas para
dispersarlos con agua a presión.
Las tanquetas fueron trasladadas hasta Etla por tráileres en plataformas; aunque
se compraron en el último tramo de la administración de Carlos Salinas de
Gortari, fue hoy, cuando faltan 31 días para que el presidente Vicente Fox
concluya su mandato, que se utilizaron por primera vez. Esta noche, en los
enfrentamientos con colonos, dos fueron destruidas.
Como en Símbolos Patrios, la gente extendió mantas y cartulinas en las que se
leía: "¡llévense a URO!", por las iniciales del gobernador.
Con el respaldo de las tanquetas, la policía rompió las primeras tres
barricadas, hasta el cruce de San Pablo, donde arrojó más agua a los colonos.
Ahí tomó la decisión de dar vuelta a la derecha, para tratar de ingresar a la
ciudad por la ribera del Río Atoyac, pues en los entronques de Viguera,
Brenamiel y Santa Rosa los simpatizantes de la APPO habían atravesado tráileres
e, inclusive, tenían en su poder un tanque de gas LP que amenazaban con quemar
al paso de las tropas.
Al rodear las barricadas, el contingente policiaco se encontró, sin embargo, con
dos tráileres más en las vías del tren, por lo que debió regresar, dar vuelta
nuevamente para buscar una salida por la rivera, y entrar a una calle sin salida
en la esquina de Pinos y Ferrocarril, en la colonia Pilar de la agencia
municipal de Pueblo Nuevo.
Su avance desde ahí fue aún más difícil. Los colonos inconformes con la
incursión les arrojaron piedras -inclusive con hondas-, bombas molotov y les
dispararon cohetones con las bazukas hechizas. La respuesta, una y otra vez, fue
el lanzamiento de gases lacrimógenos.
Ante ello, las fuerzas públicas se replegaron en dos ocasiones, y en ese ir y
venir llegaron hasta el puente del Tecnológico, donde se dio uno de los dos
enfrentamientos más fuertes.
A unas calles de ahí, donde se encuentra la agencia de la Pepsi, murió un
profesor, del que hasta el momento se desconoce su identidad, y en ese lugar los
vecinos recogieron casquillos de bala. En la refriega del puente del Tecnológico
también falleció un menor de edad, del que tampoco se pudo confirmar su nombre.
Una vez que la policía traspuso dicho puente, una columna se trasladó hacia el
sur de la ciudad y otra al centro. El primer contingente se dirigió al Parque
del Amor, en el puente de Valerio Trujano, donde se produjo otro enfrentamiento
y algunas versiones aseguraron que la ciudadanía habría tomado en rehenes a dos
policías, y que uno más habría fallecido. Radio Educación reportó, poco antes de
las 11 de la noche, que un hombre identificado como Isidro Ramírez y su hijo
José Manuel fueron detenidos por la policía en ese parque.
La otra columna llegó a la barricada en el Canal 9 de televisión estatal, donde
los brigadistas resistieron por casi dos horas, con piedras, cohetones y bombas
molotov. Una prendió a un policía, mientras en la agresión con gases
lacrimógenos, una granada le dio de lleno en el pecho al enfermero López Bernal,
quien falleció por el impacto. Su cuerpo fue velado esta noche en esa barricada.
El profesor Fidel García murió apuñalado en el fraccionamiento Elsa, aunque el
gobierno del estado aseguró que se trató de un asesinato "en una riña".
A las cuatro de la tarde, el tercer agrupamiento que se dirigió hacia el Centro
Histórico recuperó la alcaldía -ubicada en la Plaza de la Danza, frente al
templo de La Soledad- y se ubicó en tres de los accesos al Zócalo. Todavía
humeaban seis autobuses incendiados en Símbolos Patrios y, antes de las seis,
otros tres transportes urbanos utilizados para trasladar a los policías fueron
quemados con gasolina.
Con el cambio de horario oscureció a las seis, y entonces arribó la marcha
convocada por la APPO desde el monumento a Juárez, en la salida al Istmo, y ahí
Flavio Sosa, integrante de la dirigencia provisional, pidió esperar 10 minutos
para que la Secretaría de Gobernación diera una respuesta a una solicitud de
diálogo. "No choquemos con la PFP. Vamos a esperar la respuesta, y si no
tomaremos algunas acciones", expresó.
El plazo transcurrió sin respuesta positiva y, a las siete de la noche, una
camioneta de la comisión de seguridad pasó por el zócalo para solicitar a los
plantonistas reagruparse en Ciudad Universitaria.
A las 11 de la noche, finalmente, las tanquetas llegaron a la plaza principal de
Oaxaca, después de una larga jornada violenta, pese a que el gobierno federal
aseguró que la toma del estado sería pacífica, y a que el secretario de
Gobernación, Carlos Abascal, había jurado por Dios que no habría represión en el
estado.
Cuando llegaron las tanquetas al zócalo un policía preventivo agredió al
fotógrafo Ezequiel Leyva, de La Jornada, al que derribó al piso y lo sometió con
una bota en la pierna derecha para tratar de quitarle su cámara.