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El canje es inevitable
Exigir nuevos gestos de buena voluntad, sin demostrar los propios, es la
forma torpe como el Gobierno le saca el bulto a la decisión del despeje, porque
es él y no otro el que debe decretarlo. Los instrumentos jurídicos para el
acuerdo humanitario existen, el apoyo nacional e internacional también, entonces
¿qué más espera el presidente Uribe Vélez para concretarlo?, pregunta Carlos
Lozano Guillén.
Carlos A. Lozano Guillén
VOZ
Las pruebas de supervivencia de los doce diputados del Valle del Cauca en
poder de las FARC, conocidas el domingo 24 de septiembre pasado, son un gesto de
buena voluntad de la guerrilla, aunque falta que ésta cumpla el compromiso de
dar también las señales de vida de los retenidos en el sur del país, que según
explican sus voceros no ha sido posible por los operativos del Plan Patriota en
el área.
Este acontecimiento demuestra que el acuerdo humanitario o canje de prisioneros
es inevitable. El Gobierno Nacional no puede seguir postergando el despeje de
los municipios de Pradera y Florida en el Valle del Cauca, que es la garantía
para el desplazamiento de los voceros de las FARC al encuentro con el Gobierno.
Todo indica que la decisión estaba tomada hace dos semanas, un día antes que
estallara el escándalo de los autoatentados y montajes de la inteligencia de la
XIII Brigada, pero el alto mando militar y el vicepresidente Francisco Santos,
presionaron para que se condicionara a una declaratoria unilateral de cese de
fuego por parte de las FARC. Una manera de obstaculizar las garantías plenas
para el cara a cara entre el Gobierno y la insurgencia.
Como lo dicen los doce diputados en el video, la Casa de Nariño sigue
acariciando la idea del rescate a sangre y fuego, lo cual coloca en inminente
peligro la vida de los retenidos en poder de la guerrilla. De lo contrario
hubiera decretado ya el despeje, pero no sólo se niega a hacerlo, sino que
desafiando el clamor nacional e internacional, decidió militarizar la región,
donde hay combates con las fuerzas rebeldes. Además, como por arte de magia,
según los reportes militares, fueron descubiertos laboratorios para la
producción de cocaína. Nunca antes se conocieron estos hallazgos, pero ahora los
presentan como prueba de la imposibilidad de retirar la Fuerza Pública del
territorio de los dos municipios.
Carlos Holguín Sardi, ministro del Interior y de Justicia, declaró al conocer
las pruebas de supervivencia, que la guerrilla debe hacer nuevas manifestaciones
de buena voluntad, que es la manera de seguir dilatando la determinación
gubernamental. Refleja la ausencia de voluntad política en el Gobierno. Los
instrumentos jurídicos para el acuerdo humanitario existen, el apoyo nacional e
internacional también, entonces ¿qué más espera el presidente Uribe Vélez para
concretarlo? Exigir nuevos gestos de buena voluntad, sin demostrar los propios,
es la forma torpe como el Gobierno le saca el bulto a la decisión del despeje,
porque es él y no otro el que debe decretarlo. El país -y no sólo los familiares
de los retenidos- está a la espera que esto suceda en los próximos días.