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Carta al ministro de Educación Superio
Reflexiones universitarias ante el proceso
venezolano
Maracaibo, Noviembre de 2005
Ciudadano Samuel Moncada
Ministro de Educación Superior de la
República Bolivariana de Venezuela
Su Despacho.-
Quienes suscribimos el presente documento, profesores de la Universidad del
Zulia, queremos hacer públicas nuestras reflexiones sobre lo que consideramos
viene siendo una falta de definiciones y de políticas hacia la educación
superior por parte del actual gobierno revolucionario.
1. En primer lugar, queremos dejar clara nuestra militancia decidida en las
trincheras de la lucha popular y revolucionaria del pueblo venezolano y de todos
los pueblos del mundo. Hemos acompañado desde sus comienzos, y con muchas
expectativas, este proceso de cambios que arrancó con el triunfo electoral de
Hugo Chávez en 1998. Nos hemos debatido y confrontado al interior de las
universidades con las posiciones más retrógradas que se unieron a las fuerzas
sociopolíticas que intentaron acabar con esta revolución durante los años 2002 y
2003. De la misma forma nuestra actividad como académicos nos ha llevado a
enfrentar los paros y huelgas que bajo el disfraz de una pretendida lucha
gremial han propiciado los sectores golpistas en las universidades. En nuestra
labor docente, de investigación y de extensión, hemos vinculado nuestra
actividad académica con las expectativas de cambio que la gran mayoría del
pueblo venezolano viene expresando desde 1989.
2. Este proceso de transformaciones que atraviesa el país no se ha reflejado,
sin embargo, al interior de las universidades venezolanas, en las cuales se han
expandido y fortalecido sectores conservadores, derechistas y hasta fascistas,
particularmente en el seno del profesorado. Por primera vez en la historia
contemporánea venezolana, las universidades se han colocado en el bando de las
fuerzas que se oponen a los cambios sociales. Esta realidad ha generado un clima
permanente de confrontación entre las universidades autónomas y el gobierno
bolivariano.
3. A la vez, nuestras universidades representan un legado de lucha
transformadora y de ideas críticas ante todos los sistemas políticos de opresión
que sufrió Venezuela a lo largo del siglo XX. El hecho de que ahora predominen
las posiciones conservadoras entre los universitarios no puede borrar un siglo
de historia en el cual las universidades venezolanas actuaron a la cabeza de las
fuerzas sociopolíticas que combatieron y derrotaron a las elites oligárquicas
gomecistas y a la dictadura perezjimenista, que conquistaron la democracia
representativa y que cuestionaron al mismo tiempo los vicios y las corruptelas
que surgieron al amparo del sistema democrático.
4. Incluso la lucha por conquistar el socialismo tiene a las universidades
venezolanas como precursoras fundamentales. Durante la lucha armada de los 60,
miles de estudiantes y profesores universitarios unieron su destino al esfuerzo
por alcanzar el poder por medios revolucionarios, en una lucha sin precedentes
en Venezuela, ofrendando sus vidas muchos de ellos. Alberto Lovera, Jorge
Rodríguez, Tito González Heredia, Noel Rodríguez, son sólo algunos de los
centenares de universitarios que murieron intentando convertir en realidad el
Socialismo para Venezuela.
5. Como universitarios, nos sentimos herederos de todo ese legado de luchas por
transformar a Venezuela. Creemos que el único camino que tiene la universidad
venezolana es el de retomar las posiciones críticas, el de volver a ser la
institución que confronta al pensamiento único que impone el imperialismo, el de
aportar nuevos conocimientos científicos y tecnológicos que contribuyan a
superar la dependencia económica.
6. También es imprescindible reconocer que en las universidades venezolanas, y
particularmente en las Universidades Autónomas, reside una porción mayoritaria
de la investigación y de la producción intelectual del país tanto en ciencias
como en humanidades. El conocimiento científico y humanístico de Venezuela
proviene principalmente de nuestras universidades. Esta realidad pareciera que
no fuera tomada en cuenta por el gobierno bolivariano, como explicaremos más
adelante.
7. Considerando lo que ha sido la política del gobierno bolivariano hacia las
universidades, vemos con preocupación los grandes vacíos que en este aspecto se
han venido generando en los últimos siete años. Para nosotros resulta
inexplicable la inacción gubernamental ante las numerosas irregularidades
denunciadas referidas a la administración presupuestaria de las universidades
autónomas. Desde mucho antes de que el actual ministro Moncada ocupara el cargo,
se vienen realizando denuncias sobre estos manejos irregulares por parte de las
autoridades universitarias. Existiendo medios legales para que el gobierno actúe
en contra de dichas autoridades rectorales, hasta el presente sólo se han
ejecutado demandas de tipo individual contra algunos de esos casos, gracias a la
iniciativa de profesores universitarios.
8. La falta de medidas enérgicas en contra de las autoridades rectorales de las
Universidades Autónomas, contrasta con la actitud generalizada que el gobierno
mantiene contra las universidades en su conjunto. No ha sido posible debatir una
nueva Ley de Universidades o Ley de Educación Superior, por causas que sólo
pueden achacársele a la misma desorganización y falta de definiciones que impera
en la fracción parlamentaria bolivariana. Tampoco ha podido promoverse la
Constituyente Universitaria, y los estudiantes que lo intentaron al ocupar el
Consejo Universitario de la UCV en el 2001, fueron abandonados a su suerte por
un gobierno que tiene en su tren ministerial a numerosos profesores
universitarios. El gobierno ha promovido iniciativas paralelas en la Educación
Superior, representadas en la Misión Sucre y en la Universidad Bolivariana, sin
que hasta el presente se hayan formalizado mecanismos a través de los cuales
puedan conectarse dichas iniciativas con el sistema ya exi
stente en las universidades autónomas.
9. Con relación a la problemática de estas últimas, en el caso de la Universidad
del Zulia, el campus universitario es dominado por bandas de delincuentes al
servicio de los grupos profesorales conservadores que controlan el poder
institucional. Las fuerzas revolucionarias al interior de las universidades
hemos sido abandonados a nuestra propia suerte, y no bastando con eso, hemos
presenciado estupefactos cómo minúsculos sectores estudiantiles que
tradicionalmente actuaron como bandas de choque de la derecha fascista y como
infiltrados al servicio de los cuerpos de inteligencia de la cuarta república,
ocupan hoy importantes cargos directivos en las instituciones del estado.
Reclamamos al gobierno prestar atención a esta situación.
10. Asimismo, sugerimos, que el gobierno tome otra política con respecto a la
asignación del presupuesto universitario y a los aumentos salariales, ya que de
acuerdo a la política actual los mismos se regatean como si las comunidades
universitarias fueran responsables del despilfarro presupuestario. Reconocemos
que la ejecución presupuestaria en las universidades requiere de transparencia,
y que todos los gastos deben ser sometidos a una evaluación y justificación
debida. Pero hasta ahora los voceros gubernamentales, olvidando la diversidad
política existente al interior de nuestras instituciones, cuestionan a las
universidades por causas que son responsabilidad exclusiva de las autoridades
rectorales (en el caso específico del manejo del presupuesto universitario).
Además, se viene sosteniendo un discurso cuestionador hacia las universidades
autónomas que no diferencia a amigos de enemigos, y que genera el triste
resultado de que hasta los propios sectores chavistas dentro d
e las universidades se pronuncien en contra de la política gubernamental. En una
jugada peligrosa, la forma como se ha implementado la ofensiva gubernamental
contra los actos de corrupción que ocurren en estas instituciones, propicia
incluso que fuerzas sociales que venían apoyando la revolución (como los
sectores medios profesionales) comiencen a reconsiderar dicho apoyo, acercándose
a los sectores golpistas que antes enfrentaban. Esta actitud del gobierno
pudiera justificarse cuando se trata de grupos políticos específicos, pero no
cuando se trata de sectores sociales que de manera general debería buscarse su
incorporación al proceso de transformación revolucionaria del país.
11. Las consecuencias de esta incorrecta política hacia las universidades
autónomas por parte del gobierno pueden ser devastadoras para la producción
científica y humanística del país. La fuga de cerebros hacia universidades del
exterior es ya un hecho en muchas facultades y departamentos. No solamente pesan
las bajas remuneraciones que recibimos como docentes. Influye también de manera
decisiva la inseguridad dentro del campus universitario, y las perspectivas
oscuras de nuestro destino como instituciones. La actual política del gobierno
hacia las universidades autónomas está propiciando, por omisión, el
debilitamiento del sistema de producción y transmisión de conocimientos
científicos y humanísticos del país.
En razón de todo lo anterior, nos permitimos proponer al gobierno nacional:
A. Discusión inmediata del proyecto de Ley de Educación Superior o Ley de
Universidades, actividad que deben promover prioritariamente los diputados
oficialistas (particularmente los que son profesores universitarios). En dicho
debate se deben recoger las propuestas de los distintos sectores académicos de
nuestras universidades autónomas, teniendo como marco la transformación radical
de nuestras instituciones para ponerlas a tono con los cambios políticos,
económicos y sociales del país, en procura de universidades que transmitan y
construyan conocimientos que fortalezcan nuestra soberanía económica y cultural,
que formen los cuadros técnicos e intelectuales que contribuirán a la
consolidación del socialismo del siglo XXI.
B. Incorporar al debate sobre las universidades a las comunidades populares
organizadas (sindicatos, comités de tierra, comités de salud, etc) y a los
movimientos estudiantiles excluidos de la educación superior. El futuro de las
universidades debe ser debatido por toda la población.
C. Apertura de las autoridades del Ministerio de Educación Superior y de la OPSU
al debate con los sectores profesorales que respaldan la revolución bolivariana,
constituyendo una instancia política que permita dicha discusión permanente.
D. Formalizar los canales institucionales que permitan confluir a la Misión
Sucre, a la UBV, la Misión Cultura, la Misión Ribas y otras misiones afines, con
las actividades académicas y la infraestructura de las Universidades Autónomas.
Para ello ofrecemos todo nuestro respaldo como profesores universitarios.
E. El gobierno debe promover las medidas sancionatorias pertinentes en contra de
las autoridades rectorales, ante los tribunales de la República, el CNU o
cualquier otra instancia, por las irregularidades presentes en el manejo
presupuestario de las Universidades Autónomas. Se debe abandonar el discurso
generalizador, y establecer responsabilidades específicas en dichas
irregularidades.
F. Aprobar los presupuestos universitarios de acuerdo a las necesidades
derivadas del crecimiento inflacionario existente en el país, y la necesaria
sustitución del personal que se jubila. Si existen dudas sobre el manejo del
presupuesto, la misma Ley de Universidades permitió en el pasado mecanismos
interventores que pudieran facilitar ahora un mayor control presupuestario por
parte del gobierno.
G. Aprobar los aumentos de sueldos para el personal universitario, que compense
los índices inflacionarios. Proponemos que en el futuro inmediato el personal
docente sea sometido a evaluaciones periódicas que determinen sus aportes
académicos, vinculándose a esta evaluación los criterios de permanencia y
sueldos (tema de debate en la nueva ley).
H. La gran masa de universitarios, incluso muchos de los que han cerrado filas
con la oposición, representan en última instancia diversas concepciones
académicas que deben ser respetadas, como parte de la universalidad del
conocimiento y del respeto a la diversidad epistémica. El pensamiento único
neoliberal debe ser confrontado con la diversidad de pensamiento que sustenta
los valores de la democracia, la convivencia pacífica entre los pueblos, la
responsabilidad ciudadana, el respeto por los derechos humanos, el equilibrio
ecológico, la diversidad cultural y la superación de toda forma de explotación.
I. Abordar, en conjunto con los cuerpos policiales y militares, el problema de
los grupos de delincuentes que mantienen bajo control el campus universitario.
Es fundamental reconstruir la comunidad universitaria sobre la base de la
convivencia pacífica y la seguridad personal.
J. Ofrecemos nuestra experiencia académica y profesional para el impulso de los
distintos planes que a nivel universitario desarrolla el gobierno nacional,
proponiendo mecanismos concertados mediante los cuales puedan incorporarse a los
mismos los profesores activos de las universidades nacionales, además de
utilizar la infraestructura existente en nuestras instituciones, la cual de por
sí está siendo subutilizada en la actualidad.
. Alarcón Puentes, Johnny. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Antropología. Magíster en Historia. Miembro del PPI. Coordinador de la Unidad
Académica de Antropología. Dpto. de Ciencias Humanas. Jefe del Laboratorio de
Arqueología.
. Bello Cardozo, Carlos Luis. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Lic. en
Biología. Doctor en Ciencias Biológicas. PPI. Coordinador del Lab. de
Limnología. Dpto. de Biología.
. Boscán, Antonio. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Filosofía. Coordinador de la Unidad Académica de Filosofía de la Ciencia. Dpto.
de Ciencias Humanas.
. Cabrera Fernández, María Isabel. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Lic.
En Biología. Magíster en Matemáticas Aplicadas. Doctora en Ciencias Biológicas.
Directora del Dpto. de Biología.
. Chirinos Zárraga, Emilio. Licenciado en Administración, Magister en Gerencia
Pública, Doctorante en Ciencias Sociales. Profesor Asociado de LUZ. Coordinador
del Programa en Gestión de la Economía Social del Centro de Estudios de la
empresa, LUZ. Miembro PPI.
. Fernández Bravo, Carlos Enrique. LUZ. Facultad de Agronomía. Cátedra de
Fisiología Vegetal.
. Geraud Pouey, Francis. LUZ. Facultad de Agronomía. PhD. en Entomología.
Coordinador del programa manejo de Plagas en Frutales y Hortalizas. Coordinador
del Grupo Nacional de Investigación: mosca blanca - virus de planta. Miembro del
PPI.
. Hernandez Acosta, Iván. Profesor Jubilado. Agronomía. LUZ.
. Hinostroza, Jorge. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Historia. Cátedra de Problemática Ecológica.
. Leal Jerez, Morelva. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Antropología. Coordinadora del Programa de Maestría en Antropología.
. López Sánchez, Roberto. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Historia. Miembro del PPI.
. Martínez de Correa, Luz María. Jefa de la Sección de Sociología Jurídica. Fac.
Cs Juridicas y Políticas. LUZ. Abogada, Licenciada en Trabajo Social, Magíster
en Planificación de Política Social. Doctora en Ciencia Política. Miembro del
PPI
. Mora Queipo, Ernesto. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Licenciado en
Música. Magíster en Antropología. Candidato a Doctor en Ciencias Humanas.
Miembro del PPI.
. Paz Reverol, Carmen Laura. Facultad Experimental de Ciencias. Magíster en
Antropología. Magíster en Historia. Miembro del PPI.
. Romero Salazar, Alexis. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Magister
en Sociología. Doctor en Ciencias del Desarrollo. Investigador del Instituto de
Criminología. Miembro del PPI.
. Sánchez Salas, Fernando. LUZ. Facultad Experimental de Ciencias. Doctor en
Matemática. Director del Departamento de Matemática.