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Comunicado a la opinión publica del Movimiento Agropecuario del Uruguay
MADUR
El país productivo con justicia social no puede seguir esperando
Este fin de año, nuestro Campamento, ha cumplido nueve meses de digna batalla
contra la injusticia, la desidia gubernamental y las falsas promesas. De igual
manera, este gobierno "progresista", sólo progresó en sus planes de ajuste
vinculados a las recetas fondomonetaristas y la obediencia ciega a los
organismos internacionales de "crédito" que, de manera consecuente y firme,
avanzan en sus viejas políticas confiscatorias de las riquezas nacionales y de
los trabajadores de la ciudad y del campo. Por ello sostenemos que los remates,
en su inmensa mayoría, son un despojo y lo que es peor, significan la condena a
un drama social de incalculables consecuencias, para estas y las futuras
generaciones. Nuestro Movimiento no responde a organización política alguna y
lejos está de especulaciones coyunturales de tranco corto; responde si, como no
podría ser de otra manera, al mandato imperativo de los pequeños productores
que, producto de las políticas aberrantes de gobiernos anteriores, se han
endeudado de manera terminal; este gobierno, al cual muchos de nuestros
integrantes apostaron con esperanza, avanza en la dirección que significa
nuestra muerte civil y, por ende, un golpe brutal al país productivo que todos
anhelamos, merecemos, reclamamos y que, en octubre de 2004, los hoy gobernantes,
prometieron, solicitando nuestro voto.
En vísperas de este fin de año, se apersonó en nuestro Campamento el Dr. General
de Seguridad Inspector Mayor Raúl Guarino; en esa instancia transmitió la
ordenanza del Ministerio del Interior y el gobierno en la dirección de liberar
la calzada que circunvala el palacio de las leyes y desarmar nuestro campamento,
que se ha convertido en símbolo de la dignidad de nuestra gente. Indudablemente,
para el gobierno "progresista", era muy importante cerrar el año sin la
presencia de nuestros fierros, nuestro campamento y nuestros animales. El
gobierno sabe (y tal vez le molesta) que nuestra trinchera es la de muchos
orientales que han acudido a ella para plantar bandera y hacer sentir su voz
soberana. Así llegó la marcha del agua, así se expresaron los fogones
Artiguistas, contra las plantas de celulosa; de igual modo, innumerables
compañeros de todo pelo pero de una sola entereza y principios, han estado con
su apoyo, su palabra y su empeño. Al gobierno le incomoda. Liquidado el trámite
que nos impone el Tratado con el imperio, el gobierno ya no está dispuesto al
alboroto de la gente de pata en el suelo y dignidad en alto que, como nosotros,
se ha expresado a lo largo del año por el trabajo y la justicia ancladas en la
soberanía nacional.
El gobierno esperaba convencernos; no lo ha logrado. Le dijimos que el
campamento era de los productores y no de algunos dirigentes; que la negociación
se debe dar en las órbitas de decisión más altas y que nuestros reclamos tienen
vigencia y justeza. El penúltimo día hábil del año, el Ministro del Interior, el
Dr. Díaz, junto con el Inspector Bernal y el Jefe Guarino, recibieron a una
delegación de MADUR, Movimiento Agropecuario del Uruguay. A los planteos de las
autoridades le respondimos con la certeza de nuestra verdad y la evidencia de
nuestra razón. Dejamos claro que no estamos dispuestos a levantar el campamento
sí no hay soluciones, para lo cual solicitamos, en primera instancia, ser
recibidos por el Sr. Presidente Dr. Tabaré Vázquez y el Ministro de Ganadería
José Mujica, a quienes MADUR presentará su plataforma. Frente a nuestra
convicción el Ministro Dr. Díaz se ofreció y comprometió a establecer un vinculo
para ese diálogo al más alto nivel.
Esperamos esa instancia sin expectativas desmedidas y con la firmeza de siempre;
no estamos dispuestos a dejarnos engañar, a levantar nuestras medidas de lucha,
sin soluciones, ni a permitir que se nos amedrente con las fuerzas del orden. A
quienes tienen el deber de cumplir órdenes, le decimos que las cumplan, ellos no
son nuestros enemigos. Sí lo son aquellos "quienes se oponen a la pública
felicidad". Nosotros estaremos a la altura de la justicia de nuestros derechos y
reclamos. Tenemos nuestra firme conciencia anclada en la justeza de los mismos y
en la impostergable sustentabilidad y existencia de nuestra fuente de trabajo,
nuestra familia y nuestra razón de ser. No amenazamos pero no nos van a correr
con el poncho; nos manejamos con responsabilidad y dignidad. Que no nos crean
sumisos y que no piensen que nos ahogamos en coyunturas; nuestra pelea es por la
producción de nuestros campos, por la soberanía alimentaria, por el derecho a la
tierra, por la vigencia del país productivo y contra quienes escamotean el
futuro de bienestar del pueblo.
Nuestros hermanos latinoamericanos están en lucha. En lucha por trabajo,
salario, salud, vivienda y educación; en la Patria Grande, vemos la dignidad de
los campesinos bolivianos reclamando su hora, la lucha consecuente del
"Movimiento Campesino" que saben y comprenden que sólo su lucha resolverá sus
males. América se levanta contra el opresor del norte y contra los "peores
americanos" que hacen mandados y pretenden curar con paños tibios y promesas ya
desmerecidas, el cáncer de la apropiación de la tierra por los financistas que
especulan con el hambre de los pueblos. Artigas, en su tiempo histórico, policía
de la campaña, viendo el estado miserable de la misma y el oprobio en que vivía
su gente, supo tomar partido por los más infelices a la hora de actuar y a la
hora de rebolear el sable lo hizo contra el tirano, el oligarca, el invasor, no
contra su pueblo; a su lado tuvo al indio, al gaucho, al negro, al mestizo, a la
mujer y al pobre que tenían enhiesta la capacidad de lucha y esperanza en un
futuro mejor; y legó a los orientales el principio que nos rige: "que los más
infelices sean los más privilegiados".
Cada uno sabe donde le aprieta el zapato. MADUR sabe con qué cuenta, con quien
está, quiénes lo apoyan y que la batalla es larga. El gobierno tiene la palabra,
nosotros la razón y la dignidad de la justa lucha. Nada debemos esperar sino de
nosotros mismos. Con nuestro padre Artigas decimos: "un lance funesto puede
arrancarme la vida, jamás envilecerme".
SECRETARIADO EJECUTIVO NACIONAL DE MADUR
Movimiento Agropecuario del Uruguay 5 de enero de 2006
Enviado por Movimiento Revolucionario Oriental