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Latinoam�rica

Lejos de las elecciones, m�s cerca del caos total

Juan Francisco Coloane
Argenpress

      La sorpresiva muerte del General brasile�o Urano Teixeira Da Matta Beceller -encontrado sin vida en un hotel por m�viles que a�n se investigan- puede ser comprendida en parte a trav�s de las palabras de su antecesor el General brasile�o Augusto Heleno Pereira cuando part�a: "Un a�o en Hait�, es m�s que una larga estad�a". El General Da Matta Beceller no alcanz� el a�o, y la ONU tiene la tarea de explicar porqu�.
      Con esas palabras no solo defin�a la complejidad de su misi�n, sino la complejidad pol�tica y social de Hait�. La m�s africana de las naciones incrustada en "Las Am�ricas" que se contin�a leyendo pol�ticamente con clave americana, y alteradas claves Haitianas por factores como la droga y la propia intervenci�n extranjera.
      Este episodio vuelve a poner en el tapete de la discusi�n internacional los problemas subyacentes de la intervenci�n militar pacificadora de la ONU, (Misi�n de las Naciones Unidas para la Estabilizaci�n de Hait�; Minustah) operando desde hace m�s de dos a�os tras el derrocamiento de Jean Baptiste Aristide.
      En un plano general, el tipo de intervenci�n dual -pol�tica y militar-, que se implementa a trav�s de un concepto b�sico de pacificaci�n con una fuerza multinacional de la ONU, claramente revela en Hait� problemas conceptuales y de dise�o que no est�n resueltos. Peor a�n, se estacionan como una peligrosa tendencia.
      Las elecciones presidenciales y parlamentarias postergadas en tres oportunidades por razones de estabilidad e inseguridad, m�s el aumento de las confrontaciones, constituyen indicadores suficientes de una situaci�n deteriorada hasta el l�mite. En este plano, es probable que esta muerte por la causa que fuere, en definitiva no sorprenda pol�ticamente, m�s all� de la tragedia personal.
      El itinerario de violencia y desmembramiento de la intervenci�n de la ONU, en su conjunto, sea en la parte pol�tica como en la militar era evidente y contundente.
      Para analistas locales consultados, el derrocamiento de Aristide a instancias de Washington y el tipo de intervenci�n pol�tica-militar de las Naciones Unidas, son las principales causas de la violencia que ha aumentado en amplias zonas del pa�s. El aislamiento pol�tico del actual Presidente Boniface Alexandre, impuesto por Washington y la intervenci�n militar de la ONU, tambi�n es una causa de la inestabilidad. Debido a esta inestabilidad, solo el 10 por ciento de la ayuda externa a los proyectos de desarrollo ha sido posible canalizar en Hait�.
      El gobierno Haitiano a�n no recompone una relaci�n con los pa�ses de la CARICOM -que contin�an apoyando a Aristide-. Recientemente China neg� en el Consejo de Seguridad una aprobaci�n de prolongar por un a�o el financiamiento de la misi�n militar ONU en Hait�, en represalia por el establecimiento de relaciones con Taiwan. EEUU est� claramente interesado en una contra ofensiva hacia la penetraci�n china en la regi�n con un pie taiwan�s en Hait�. La idea no es descabellada, porque Taiwan ha demostrado ser una ayuda confiable y eficiente para muchos pa�ses africanos a�n desconectados de los nuevos br�os chinos.
      Lucha sin cuartel con violaciones a los Derechos Humanos       Durante el primer a�o de intervenci�n se estabiliz� en parte la situaci�n. Pero a partir de Marzo de 2005, comienza una espiral de violencia que no ha cesado, causando la muerte de varios soldados de la misi�n de la ONU, y del c�nsul franc�s en la ciudad de Cap Haitian.
      En abril, quiz�s de produce un hecho que opera como detonante en el circuito interno en Hait�, cuando fuerzas especiales de la misi�n militar de la ONU, asesinan a Ravix Ramissainthe y varios acompa�antes. Una de las figuras claves de la rebeli�n, Ravix era buscado por el asesinato de cuatro oficiales. Al confirmar la muerte de Ravix, un oficial civil de la ONU declara con rudeza: "se elimin� una amenaza para el personal de la ONU en Hait�".
      As� se declaraba una "segunda guerra", esta vez una m�s "interna", entre el Haitiano armado, en rebeli�n total a la intervenci�n armada, y la ONU.
      "Para muchos Haitianos, la intervenci�n de la ONU es vista como una intervenci�n colonial. Por las actitudes, el racismo y la virulencia de las operaciones se observa un encono y un trato inhumano en las detenciones.
Act�an en forma despiadada, en algunos casos y no hay un control interno".
Se�ala una fuente. Las violaciones a los Derechos Humanos han sido denunciadas por Amnesty International y por grupos de ONGs estadounidenses.
Mike Blakemore de Amnesty en la BBC se�al� que "Paz duradera no se lograr�, mientras los responsables de violaciones a los Derechos Humanos no sean puestos en manos de la justicia".
      Haitianos contactados dicen sin ambages que la Minustah, es una fuerza que despide el mismo hedor de las intervenciones militares de los a�os 70 y 80 en Am�rica Latina. "No podr�a ser de otra forma, porque el contingente mayor de oficiales responde esos c�digos, de actuar m�xima brutalidad usando t�cticas de amedrentar con shock. El personal de Sri lanka seleccionado responde a los c�digos de los enfrentamientos contra la guerrilla tamil, que como se sabe son despiadados.
      Entre los grupos de violencia extrema, tambi�n est�n los militares desactivados por el Gobierno de Aristide, que reclaman una "compensaci�n" en dinero, por haber contribuido a su derrocamiento, y haber colaborado al comienzo en eliminar a los partidarios de Aristide.
      Grupos internacionales independientes como Amnesty International, The Internacional, Crisis Group de Bruselas, y ONGs estadounidenses de Derechos Humanos, confirman en sus informes un panorama completamente diferente a la visi�n p�blica que emerge del informe rutinario preparado por la ONU en Hait� a sus cuarteles generales, o los confeccionados por las misiones diplom�ticas de los EEUU, Francia, Brasil, o Canad�, los pa�ses m�s involucrados en la pacificaci�n de Hait�.
      El camino letal de las elecciones       Llevar a cabo elecciones presidenciales y de parlamento, ha sido la receta que las Naciones Unidas con los pa�ses m�s involucrados en Hait� como los EEUU, Canad�, y Francia, han intentado por todos los medios aplicar para asegurar paz y reconstituir un estado. Un estado ya funcionando por debajo de la base m�nima de capacidad de control el pa�s.
      Las elecciones han sido postergadas tres veces aunque ahora se anuncia que est�n programadas para febrero. Las �ltimas evaluaciones, de la propia Misi�n de la ONU, en abril 2005, del International Crisis Group de Bruselas noviembre 2005, y de Amnesty International, a fines del 2005 confirmaban desde hace meses que el deterioro de la seguridad hac�a imposible acelerar las elecciones.
      El militar brasile�o deja detr�s de su muerte una situaci�n ca�tica, no por exclusiva responsabilidad de la misi�n militar que encabezaba, sino por la insuficiente o inadecuada lectura pol�tica de la situaci�n, por parte de aquellos encargados de estructurar un proceso pol�tico basado en negociaciones.
      Estos "encargados" de estructurar ese proceso, no provienen solamente de los llamados miembros de la comunidad internacional, l�ase misi�n ONU, EEUU, Francia y Canad� por nombrar a los de responsabilidad m�s notoria. En este plano, no hay que cargar la responsabilidad de este caos, a la intervenci�n extranjera exclusivamente, sino tambi�n a la parte pol�tica Haitiana que ha fallado en consolidar algo que se le parezca a una "contra parte" para negociar, aunque aparezca dividida en 20 � 30 partes.
      Muy por el contrario, los �ltimos brotes de violencia demuestran una brecha profunda entre los Haitianos colaborando con la fuerza de intervenci�n, y aquellos que aspiran a formar un cuerpo pol�tico con cierto grado de autonom�a.
      "La Minustah provoca un alto nivel de distorsi�n, porque detr�s de su aparato hay puestos de trabajo, dinero, prebendas. Prolongar la misi�n de la ONU significa asegurar por m�s tiempo acceso a recursos que no exist�an. M�s del 50% de los Haitianos vive con menos de un d�lar al d�a". Se�ala una fuente de una ONG consultada.
      En otras palabras el remedio comienza ser la causa de la enfermedad, y ni los EEUU, Francia, la Comunidad Europea, ni tampoco las Naciones Unidas est�n dispuestas a reconocer.
      Acelerar elecciones tambi�n ha sido un principio aplicado en Irak, bajo otro contexto, con una complejidad internacional muy diferente, que tambi�n ha fracasado hasta el momento, con un costo letal evidente.
      El caso m�s espectacular de este tipo de experiencias, son los episodios en Rwanda y Burundi en la d�cada de los 80. Otros ejemplos son los de Somalia, Liberia, Sierra Leona, o Rep�blica Democr�tica del Congo, por nombrar los m�s notorios en el imaginario p�blico.
      Todas llevaron el mismo patr�n de acelerar el proceso de elecciones para encontrar estabilidad, que al estar traducidas en un mecanismo de intervenci�n dura y r�pida, se transforman en una acci�n percibida por la poblaci�n local como de tinte neo colonial.    

Fuente: lafogata.org

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