Latinoamérica
|
Alejandro Martínez
desde Colombia
"El diálogo no es concesión ni del
gobierno ni de los alzados, sino
recoger el inmenso clamor nacional
que existe por la paz"
Comandante Jacobo Arenas.
El circo electorero Uribista, no podrá ya generar mayores expectativas
ilusorias en las masas, pués el
régimen oligárquico que sea, beneficiará hoy al fascismo y a los grupos
privilegiados de siempre al ejecutar las recetas neoliberales e imperiales del
FMI, que consolidan al sector financiero y privado en la conducción del estado;
como en el tratamiento de la "política de paz"; desde luego en detrimento de las
expectativas sociales de las mayorías; quienes reclaman soberanía, paz y
autonomía; hoy con una creciente movilización social, que tiene que enfrentar
con mayor capacidad al renovado narcoejercito Colombiano, que marcha en
contravía de la paz como un instrumento ciego de la oligarquía y del
imperialismo gringo, constituyéndose con el paramilitarismo de estado; en los
actores centrales de la guerra de exterminio contra el pueblo y sus
organizaciones, hoy más amenazadas por el nacional-fanatismo Uribista, que
prepara una nueva ofensiva de barbarie y oscurantismo, que desnudará ante el
país y la COMUNIDAD INTERNACIONAL, la verdadera naturaleza de la "paz uribista"
como personero y administrador de la guerra contra el pueblo Colombiano, que
siempre rechazará la "pax del norte", que entiende , se dirige a mantener los
intereses oligárquicos e imperiales; y claro está a como explotar y dominar
mejor, pero fundamentalmente, a como "derrotar" más rápido y " definitivamente"
a la insurgencia revolucionaria en Colombia.
Sin embargo, el pueblo Colombiano, que si cree en la paz y en la democracia
popular, no "traga entero", no se deja "apantallar" por este estado criminal,
exigirá el completo cumplimiento de los compromisos –por pequeños que
sean-relacionados en una agenda objetiva, sin dilaciones y en íntima relación
con las transformaciones estructurales e históricas que reclama el pueblo.
La Fé del pueblo puesta en la paz, permite hoy identificar al estado en su
expresión real de guerra con sus "sofisticadas tácticas contrainsurgentes" – que
fracasan cotidianamente-y que si no se erradican incrementaran la violencia,
pues éstas y sus personeros persisten en la solución militarista al conflicto
interno, pero que hoy y con el lenguaje del "momento electoral", buscan asestar
un golpe mortal a la guerrilla, dentro de una concepción de guerra total contra
las masas oprimidas y sus fuerzas revolucionarias, que observan que el proceso
electoral Uribista se realiza de nuevo en un creciente ambiente de terrorismo de
estado, pese a la, propaganda oficial de la reelección, enmascarado como
"proceso democrático y de búsqueda de la paz".
En realidad por lo que el pueblo continúa luchando, es por un nuevo país, una
NUEVA COLOMBIA, en paz y con justicia social, en donde no se repita una
administración dócil a los interéses gran burgueses y consecuentemente
imperiales, es decir donde no se haga más pobres a los pobres, y más ricos,
inmensamente ricos a los ricos.
Es muy claro que la metafísica oligárquica e imperial – pese a sus
maniobras-,serán incapaces de erradicar la insurgencia social en Colombia
mientras persista la ofensiva del capital contra los