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Latinoam�rica

Elecciones en Chile
Triunfo de Bachelet y teor�a de las oleadas en latinoam�rica

Francisco Godinez Galay
Centro de Producciones Radiof�nicas

Introducci�n

El domingo 15 de enero de 2006 los chilenos votaron en segunda vuelta para presidente entre Sebasti�n Pi�era y Michelle Bachelet. La triunfadora es la socialista Bachelet, primera mujer presidenta de Chile y primera mujer electa por el voto popular en Am�rica Latina, signos todos de un aparente per�odo de prosperidad y progreso que pareciera abrirse. Este art�culo propone una mirada diferente con respecto a estas elecciones y al panorama electoral continental. Una mirada m�s pesimista tal vez, anclada en un an�lisis hist�rico, y que pretende en definitiva, poner el acento en el poder que sigue ejerciendo el sistema capitalista, como primer paso para reconocer el panorama actual y pr�ximo en que vivimos, lo que posibilite as�, un cambio efectivo y no meramente superficial.

Los candidatos

Sebasti�n Pi�era es miembro de Renovaci�n Nacional, que integra junto a la UDI la Alianza que ha encarado este ballotage. Curiosamente, esta alianza est� hecha junto a Joaqu�n Lav�n, quien fuera candidato presidencial en la primera vuelta y por consiguiente, oponente de Pi�era. Para ver c�mo se dan los movimientos pol�ticos, Lav�n hoy es jefe de campa�a de Pi�era. Juntos representan a la derecha en Chile.

Por otro lado se encuentra Michelle Bachelet, de la Concertaci�n, la alianza pol�tica que gobierna Chile desde la vuelta a la democracia (Patricio Alwyn, Eduardo Frei y Ricardo Lagos). La Concertaci�n nuclea a la democracia cristiana, socialistas, radicales y al Partido por la Democracia.

La campa�a

La campa�a para esta segunda vuelta ha tenido sus particularidades. El cierre de la candidata oficialista fue el jueves 12 con el apoyo de artistas de renombre como Ismael Serrano, Ana Bel�n, V�ctor Manuel, Miguel Bos�, Javiera Parra. Bachelet habl� para la gente que la fue a apoyar en el centro de Santiago de Chile. Se calcula que asistieron m�s de 150.000 personas, superando las expectativas de los organizadores. Las banderas de colores fluorescentes, los tambores, los c�nticos, las risas, expresan el optimismo que los chilenos (por lo menos los que apoyaron a Bachelet) tienen en su candidata y por extensi�n, el reconocimiento de lo hecho por el partido gobernante en todos estos a�os. El clima generalizado parec�a ser de alegr�a. Y as� lo recalc� Bachelet. No es casual que la imagen de calles llenas de gente con banderas de colores se condijera con su comentario de que su gobierno iba a ser "colorido". Todo esto suma a la imagen y el fuerte sentimiento de optimismo y progreso que se respira en este pa�s por la continuaci�n de los gobiernos socialistas. El cierre de campa�a aglutin� a personas de todos los sectores, se pod�an escuchar los t�picos chistes con el t�pico humor chileno, los vendedores de jugo, las dobladitas con queso, la alegr�a se respiraba, todas im�genes que permit�an arriesgar que se trataba de un personaje realmente, con perd�n de la palabra, popular. Im�genes de la cara de la candidata adornaban banderas, camisetas, prendedores y todo tipo de merchandising, con el que los electores, al comprarlos apoyan sentimentalmente, y tambi�n econ�micamente a su candidato, cosa que permite dar la sensaci�n de que la campa�a y el camino lo hicieron todos, partido, gobierno y sociedad.

Por otro lado, el cierre de campa�a de la derecha fue menor. Fue en Valpara�so ante unas 10.000 personas, y plagado de gestos demag�gicos y anacr�nicamente populistas que son costumbre para la gente de Pi�era. La recorrida de la caravana sali� de la casa que Pablo Neruda ten�a en la portuaria ciudad. Pablo Neruda, recordemos, izquierdista cl�sico, amigo y funcionario de Salvador Allende. La imagen de Sebasti�n Pi�era se caracteriza por su camisa arremangada y una sonrisa que parece no borrarse con nada. �l es amigo de todos, est� bien con todos, y es capaz de declarar, como lo hizo, que el peor gobierno de Chile hab�a sido el de Pinochet, cuando en realidad hab�a sido muy cercano a �l.

Los colores de su campa�a no han excedido el sobrio blanco con palabras en azul. Imagen de pureza que la derecha siempre ha querido comunicar. Una pureza que se pretende expresar a nivel gubernamental a trav�s de los bastiones que son el orden fiscal, la visi�n financiera y por supuesto la mano dura para el control de la delincuencia.

Teor�a de las oleadas

Podemos ver el cierre de un c�rculo que nos muestra una oleada generalizada en los lugares m�s importantes de Latinoam�rica o por lo menos en la mayor�a de ellos. Y esto, haciendo una mirada hist�rica, nos induce a pensar en una tradici�n de oleadas pol�ticas que han caracterizado a los �ltimos sesenta o setenta a�os en Am�rica Latina. La mayor�a de estas oleadas, por sospecha o por documentaci�n, es sabido que han sido llevadas a cabo, impulsadas y controladas por el gobierno de Estados Unidos a la cabeza del sistema capitalista, que hace descansar su poder y liderazgo en la reproducci�n de ese sistema que encabeza y que lo llev� al lugar de protagonismo, como as� tambi�n a la anulaci�n de las disidencias, el borrado del conflicto, y el ahogamiento de las fisuras que puedan poner en peligro lo establecido.

Primera oleada: gobiernos populistas

Seguramente esta historia se remonte a momentos anteriores a los populismos latinoamericanos, pero podemos afirmar que es desde los a�os posteriores al crack del 29, y desde la implementaci�n del Estado de Bienestar o New Deal de Roosvelt, afianz�ndose con la situaci�n de privilegio mundial adquirida por EEUU luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando se comienza a consolidar un protagonismo que nos permite entender el comienzo de estas oleadas en Am�rica Latina por esos a�os y hasta hoy con control certero por parte del gran pa�s del norte. Este momento coincide con la creaci�n de los organismos internacionales tales como FMI, Banco Mundial, OMC, Gatt, etc.

As�, sin ser exhaustivos deber�amos mencionar algunos gobiernos de corte populista como el de Juan Domingo Per�n en Argentina, gobernando desde 1945 a 1955, el de Getulio Vargas en Brasil, gobernando hasta su suicidio en 1954, y la seguidilla desde los a�os 30 a los 60 del APRA en Per� con V�ctor Ra�l Haya de la Torre como una de sus figuras.

Segunda oleada: gobiernos autoritarios

Luego, en los 60 y 70, y de forma bastante paralela en todo el continente, se identifica el momento de los gobiernos autoritarios, las dictaduras, los golpes de Estado. Quiz�s sea esta oleada una de las m�s significativas en cuanto al papel de EEUU, hoy probado como responsable e ide�logo directo de la instauraci�n de este tipo de gobiernos terroristas en el continente.

Son ejemplos las dictaduras en Argentina en 1976 encabezada por Jorge Rafael Videla, que fuera una de las m�s sangrientas con aproximadamente 30.000 desaparecidos.

En el resto de los pa�ses cabe recordar a Augusto Pinochet en Chile, quien derrocara a Salvador Allende y estuviera en el poder hasta fines de los ochenta; Hugo Banzer en Bolivia a partir de 1971; Alfredo Stroessner en Paraguay; Juan Velasco Alvarado primero y Francisco Morales Bermudez despu�s en Per�; Humberto Castello Branco en Brasil; Juan Mar�a Bordaberry en Uruguay, un civil que asume en 1972 y disuelve el congreso en el golpe de Estado de 1973.

Tercera oleada: la vuelta a las democracias

Cuando ya no fue necesario controlar al fantasma del comunismo en Am�rica a trav�s de gobiernos autoritarios y represivos, o sencillamente se encontraron otros m�todos para ejercer control sobre el continente, se dio una salida progresiva de los gobiernos militares a nuevos gobiernos democr�ticos, tibios, pseudoprogresistas, cuyo papel fue calmar las aguas, mostrar una nueva imagen de prosperidad y felicidad, ser una transici�n eficaz de la noche hist�rica hacia un per�odo de control m�s centrado en lo econ�mico.

Son ejemplos Ra�l Alfons�n en Argentina, Patricio Alwyn en Chile (aunque tard�amente, ya que como mencion�bamos la dictadura all� termin� unos a�os despu�s), Julio Mar�a Sanguinetti en Uruguay, Fernando Bela�nde Terry en Per�, Fernando Henrique Cardoso en Brasil (este �ltimo caso invierte las oleadas tres y cuatro para el caso de Brasil, ya que Cardoso asume despu�s que el neoliberal Collor, explicable porque la cuatro fue infructuosa y ef�mera con solo dos a�os de duraci�n y luego de ello vino la esperable y necesaria reestructuraci�n democr�tica que demandaba la salida del autoritarismo).

Cuarta oleada: gobiernos neoliberales

Esta transici�n de la vuelta a la democracia, para limpiar un per�odo de terror y de control violento abre el paso a una nueva oleada de control econ�mico y financiero con figuras pol�micas al frente, de derecha, inescrupulosos, con delirios de poder, corruptos y escandalosos, que llevaron al m�ximo la bandera del neoliberalismo y las recetas que el sistema capitalista a trav�s de sus representantes (EE.UU., FMI, Banco Mundial) impusieron a estos gobiernos de aceptaci�n autom�tica a estas doctrinas pronorteamericanas.

Esta oleada se dio en los a�os 90 y tiene entre sus representantes a Alberto Fujimori en Per�, Carlos Menem en Argentina, Gonzalo S�nchez de Losada "Goni" en Bolivia, Fernando Collor de Mello en Brasil, Salinas de Gortari en M�xico.

Quinta oleada: gobiernos progresistas de centro izquierda

Esta es la oleada que aparentemente vivimos hoy. Nuestro continente goza de un per�odo dulce, en el cual se generalizan cada vez m�s los gobiernos de izquierda, o aparentemente de izquierda, socialismos, progresismos. La historia anterior de las oleadas nos da a pensar que esta nueva oleada no es tanto un per�odo de paz y de respuesta, como un per�odo de transici�n, que no excede al control de EE.UU., sino que es permitido por no peligroso. As� como el per�odo de las democracias, que limpi� un per�odo anterior de dictaduras y dio paso a uno posterior de control econ�mico capitalista, este momento viene para calmar las aguas, limpiar la experiencia de los 90 y dar paso a una pr�xima oleada de control. Lo que no quiere decir que esta oleada misma no est� siendo vista desde cerca por EE.UU. No hay elementos que nos permitan inferir que es ideada por el gobierno norteamericano, pero s� estamos en condiciones es de afirmar que no parece ser una anomal�a del sistema, sino un falso respiro, la excepci�n que confirma la regla, la excepci�n que no hace peligrar a la regla, el desv�o normal previsto con respecto a un camino determinado. Todo entra dentro de los aceptable y previsible.

Son ejemplos N�stor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Tabar� V�zquez en Uruguay, Luiz In�cio "Lula" da Silva en Brasil.

La tibieza de estos gobiernos, la incertidumbre que generan, y algunos fracasos de gesti�n confirman lo dicho: no se tratan de peligros para el sistema, que los ha logrado absorber, lo cual permitir�a seguir con los planes de control que garantizar�n la reproducci�n del sistema y la perpetuaci�n de los poderosos en sus lugares de poder, que deben cuidar.

Dos excepciones confirman esta teor�a. Exceptuando incluso de estas excepciones a Cuba, pa�s que est� a la izquierda del abanico pol�tico desde la primera de las oleadas del continente, vamos a hablar de Colombia y Venezuela.

Hugo Chavez, en Venezuela, parece ser una de las excepciones, ya que es un gobierno de izquierda, bastante pol�mico, con rasgos populistas, que sin duda ha sido dif�cil de controlar para Estados Unidos (recordemos el fallido golpe de Estado) Por lo tanto, Chavez se ubica en esta misma oleada, pero no creo que se ubique tambi�n dentro de una oleada de lo controlable por el sistema. Por eso puede ser una importante excepci�n que lleve a esta quinta oleada controlable a ser una oleada con peso propio.

Por otro lado est� Colombia: all� ser�a m�s peligroso que en otros lados tener un gobernante progresista. El tema de la droga y la guerrilla preocupa desde siempre a EEUU por su potencial desestabilizador del equilibrio en el hemisferio, que no es m�s que una forma de disfrazar el control que quiere ejercer el gobierno norteamericano. Por eso all� hay un gobernante autoritario, de mano dura, Uribe; el sistema peligrar�a y se har�a permeable si permitiera a Colombia tener un gobernante socialista. Es por esto que la oleada puede regir para el resto de los pa�ses, pero no ser�a bueno que lo haga para este.

Sexta oleada: gobiernos empresa

En los �ltimos tiempos somos testigos del ascenso de una nueva clase pol�tica con aspiraciones dirigenciales: se trata de los candidatos sin experiencia pol�tica, de extracci�n administrativa, casi siempre empresarios ricos, que bregan por la mano dura para controlar la delincuencia, la anulaci�n de las garant�as individuales, y el acento en lo financiero y fiscal, poniendo como principal arma no pertenecer a la clase pol�tica, venir "de afuera", lo que encubre la real disposici�n derechista de estos pol�ticos. Este encubrimiento parece ser necesario hoy en d�a para el �xito electoral, pero este nuevo derechismo, fundamental para la gesti�n de una nueva oleada que sea funcional a las pretensiones de los pa�ses ricos.

Son ejemplos Mauricio Macri en Argentina, primera fuerza en la ciudad de Buenos Aires luego de la �ltima elecci�n y fuerza en r�pido ascenso en el pa�s. Hijo de Franco Macri, empresario mafioso, Mauricio posee el Grupo Macri, fue gerente general de Socma, presidente en Sideco, empresa constructora dedicada a infraestructura y servicios, y de Sevel, empresa automotriz. Tambi�n est� relacionado con las concesiones del Correo Argentino. Fiel a este nuevo estilo, �l declara "no entender nada de pol�tica" y querer trabajar duro por el pa�s. Claro, la idea de esta nueva oleada es eludir la estigmatizada y desgastada imagen del pol�tico y conducir un pa�s a la manera en que se hace con una empresa. No es casual que esta oleada se intente de cara a decidir la existencia del ALCA.

Tambi�n Jorge Quiroga en Bolivia, candidato que perdi� por poco la presidencia de Bolivia, un empresario formado en EEUU (�hace acordar al Plan C�ndor?) ingeniero de la Universidad A&M de Texas y con una maestr�a en Administraci�n de Empresas en la Universidad St. Edward's, de Austin, que dej� su futuro como ejecutivo de IBM para ser presidente. Quiroga ya se hab�a hecho cargo de la presidencia en 2001 luego de la muerte del entonces presidente reincidente Hugo Banzer.

Por su parte, Vicente Fox, en M�xico, abanderado de la defensa del ALCA en la �ltima Cumbre de las Am�ricas de Mar del Plata, estudi� Administraci�n de Empresas en la Universidad Iberoamericana y curs� el Diplomado de Alta Gerencia de la Universidad de Harvard en Boston, Massachusetts en los Estados Unidos. Fue presidente de la Coca Cola en M�xico y Am�rica Latina. Fue director del Grupo Fox, empresas dedicadas a lo agr�cola-ganadero, agroindustria y fabricaci�n de calzado.

Cabe recordar el mencionado fallido golpe contra Chavez impulsado abiertamente por el gobierno de Estados Unidos, donde se pretendi� ubicar en el gobierno al dirigente empresarial de Fedecamaras Pedro Carmona, director tambi�n de empresas petroqu�micas.

Panorama actual

El triunfo ajustado de Michelle Bachelet contra Sebasti�n Pi�era en Chile, confirma que hoy en d�a la pugna parece ser entre gobiernos socialdem�cratas progresistas y estos nuevos pol�ticos empresariales de derecha. Los primeros, en situaciones de poder a�n, los segundos, al acecho. Y la f�rmula parece repetirse en todas las elecciones en el continente. As�, en Per�, si bien el panorama es de los m�s inciertos (hay 23 listas de candidatos presidenciales para las pr�ximas elecciones) los sondeos indican como primeros a Lourdes Flores, acusada por sus detractores de ser la candidata de las empresas, y Ollanta Humala, acusado por sus detractores de ser amigo de Chavez. Ese es el esquema.

En Chile, es Sebasti�n Pi�era quien encarna esta nueva posibiliad de control capitalista. Empresario desde siempre, es el creador de Bancard S.A., empresa que introdujo algunas tarjetas de cr�dito en Chile, poseee acciones de la telef�nica ENTEL, Colb�n, Editorial Los Andes, etc, es hoy el presidente de la compa��a a�rea Lan Chile, y desde 2005 (casualmente en el a�o electoral) due�o del canal de televisi�n Chilevisi�n.

En entrevista televisiva el pasado jueves 1 a las 23:45 (a quince minutos de la veda electoral), como cierre de campa�a eligi� declarar, dentro de la conversaci�n, que "el dinero no hace la felicidad, la compra hecha". He aqu� la nueva ideolog�a pol�tica empresarial de gran surgimiento y futuro poder�o en Am�rica Latina.

Conclusiones

El triunfo de la socialista Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales en Chile, m�s all� de constituir un momento de alegr�a y esperanza en lo inmediato, cierra el c�rculo de gobiernos de izquierda y progresistas en Am�rica Latina, c�rculo que, teniendo en cuenta una mirada hist�rica que rescate como oleadas los per�odos populista, autoritario, democr�tico y neoliberal, parece formar parte de lo previsto dentro del control ejercido por las pol�ticas capitalistas norteamericanas. Teniendo en cuenta esta tesis, es dable pensar en la existencia en el futuro de una nueva oleada que, a juzgar por los �xitos electorales, ser�a aquella protagonizada por nuevos pol�ticos de tradici�n empresarial, que manejen un pa�s como una empresa y con la doctrina de la mano dura, otra vez funcional a la reproducci�n de un sistema que parece perpetuarse y perpetuar, con �l, a los poderosos en sus lugares de poder.

El autor es director del Centro de Producciones Radiof�nicas (Buenos Aires - franupma@gmail.com)     

Fuente: lafogata.org

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