VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoam�rica

Hacia un cuarto gobierno de la Concertaci�n

Gustavo Gonz�lez
IPS

De no mediar sorpresas, la coalici�n centroizquierdista que gobierna Chile desde la recuperaci�n de la democracia en 1990 ganar� este domingo un nuevo mandato a trav�s de la m�dica socialista Michelle Bachelet, que se convertir�a as� en la primera presidenta del pa�s.

Encuestas, actos p�blicos y conductas en torno al cierre de la campa�a para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales proyectan que Bachelet puede derrotar por unos seis puntos porcentuales de ventaja al empresario Sebasti�n Pi�era, del Partido Renovaci�n Nacional (PRN), de derecha liberal, apoyado por la conservadora Uni�n Dem�crata Independiente (UDI).

"El liderazgo de Michelle Bachelet, junto con la fuerza que significa la Concertaci�n por la Democracia pol�tica y culturalmente, nos va a permitir tener un cuarto triunfo consecutivo presidencial en 16 a�os", se�al� a IPS el senador Jaime Gazmuri, del Partido Socialista (PS).

La coalici�n que integran el PS y los partidos Dem�crata Cristiano (PDC), Por la Democracia y Radical Socialdem�crata, reuni� unas 200.000 personas en la noche del jueves en el centro de Santiago, en el acto de cierre de la campa�a de Bachelet, apoyada en esta segunda vuelta por el Partido Comunista.

Al mismo tiempo, en el puerto de Valpara�so, 120 kil�metros al oeste de la capital, Pi�era cerr� tambi�n su campa�a con un acto p�blico al que asistieron, seg�n c�lculos de la polic�a, unas 12.000 personas, una convocatoria muy inferior a la de Bachelet aun considerando las diferencias de poblaci�n entre las dos ciudades.

Bachelet no logr� llegar a la presidencia de modo directo en la primera ronda electoral del 11 de diciembre, al quedar s�lo a cuatro puntos porcentuales de la mayor�a absoluta de votos requerida, en tanto Pi�era, con 25 por ciento, calific� para el llamado balotaje, desplazando a Joaqu�n Lav�n, de la UDI, que tuvo un respaldo en torno a 23 por ciento.

En la anterior elecci�n presidencial, Lav�n registr� en la primera vuelta de diciembre de 1999 un empate t�cnico con el socialista moderado Ricardo Lagos, quien se impuso en la segunda vuelta de enero de 2000 con 51,32 por ciento de los votos gracias al apoyo de los comunistas y de los ecologistas.

La �ltima encuesta previa a la segunda vuelta de este domingo, difundida el jueves por la consultora Mori, atribuy� a Bachelet 45 por ciento de las intenciones de voto frente a 40 por ciento para Pi�era, con un porcentaje sumado de votos nulos y blancos y de abstenci�n de 15 por ciento.

Marta Lagos, directora de Mori en Chile, indic� que una proyecci�n de ese sondeo en votos v�lidos, sin considerar la abstenci�n ni los votos nulos y en blanco, indica que la candidata oficialista obtendr� el domingo un respaldo de 53 por ciento y su oponente de la derecha 47 por ciento.

La experta coment� a IPS que una serie de supuestos planteados tras la primera vuelta no se est�n cumpliendo. Por una parte, no hay un traspaso absoluto de la votaci�n de la UDI a Pi�era y, por otra, tampoco el candidato derechista provoc� un desplazamiento hacia sus posiciones de votantes del PDC.

El senador Hern�n Larr�n, de la UDI, dijo a IPS que, al contrario, "hay gente desencantada de la concertaci�n (gobernante) ante la izquierdizaci�n que ha sufrido, que se nutre m�s del eje del PS que del PDC. Ese desencanto del mundo de centro, del mundo de la Democracia Cristiana, ha sido capitalizado positivamente por Sebasti�n Pi�era".

La UDI, asever� Larra�n, respald� como correcta la estrategia de Pi�era de poner el acento en su condici�n de "humanista cristiano", en contraste con el agnosticismo de Bachelet, con constantes llamados al electorado del PDC.

"Nos parece bien ampliar la Alianza por Chile (pacto de la UDI y el PRN) y creemos que eso va a generar hacia el futuro una nueva coalici�n pol�tica que va a irrumpir con fuerza en el escenario electoral, cambiando el foco de evaluaci�n de fuerzas y enfrentando a una izquierda, a mi juicio, cada d�a m�s extrema", argument� el legislador derechista.

El senador Adolfo Zald�var, presidente del PDC, asegur� que todo su partido est� votando por Bachelet pese a los "cantos de sirena" de Pi�era, en tanto el diputado socialista Carlos Montes, en declaraciones a IPS, calific� la constante apelaci�n del candidato opositor al humanismo cristiano de "maniobra bastante tosca".

Para el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), otro de los l�deres dem�crata cristiano, Pi�era se vio entrampado en esta segunda vuelta en sus "contradicciones vitales", provocadas sobre todo por la necesidad de asegurar la captura de toda la votaci�n en la primera vuelta de Lav�n.

El discurso de amplitud y progresismo con que el abanderado del PRN apunt� en la primera vuelta al electorado de centro, evolucion� en la campa�a hacia el balotaje a posiciones m�s conservadoras, calificadas incluso de fundamentalistas en tem�ticas relativas a la familia y la religi�n.

Rolando Jim�nez, presidente del Movimiento de Integraci�n y Liberaci�n Homosexual (Movilh), coment� a IPS que las declaraciones previas a diciembre de Pi�era a favor de las uniones civiles de parejas del mismo sexo despertaron simpat�as entre los colectivos de gays, lesbianas y trasvestidos.

Pero luego de las expresiones del candidato derechista en el �nico debate televisivo para la segunda vuelta, realizado el 4 de enero, en que se aline� con las posiciones conservadoras de la UDI en esos y en otros de los llamados "temas val�ricos", el Movilh opt� "por cuadrarse (dar un respaldo un�nime) con Bachelet", indic� Jim�nez.

Las expectativas que gener� Pi�era tras su clasificaci�n para la segunda vuelta se fueron diluyendo en la medida de que algunos de sus planteamientos perdieron consistencia ante la necesidad de asegurar el voto de la UDI, objetivo que no consigui� completamente.

"En la primera vuelta vot� por Lav�n, pero ahora estoy con la doctora (Bachelet)", dijo a IPS Mariana G�mez, habitante de la poblaci�n Jos� Mar�a Caro, una barriada popular de la periferia sur de Santiago que reprueba a Pi�era por su condici�n de acaudalado empresario. 

Fuente: lafogata.org

������