Latinoamérica
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Un indio en la corte de Madrid...
Ana García y Javier Arjona.
¨"Volveré y seré millones" dicen que dijo Tupac Katari cuando la corona española
lo apresó, lo torturó, lo descuartizó.. creyendo así acabar con la rebeldía
indígena de Latinoamérica. Durante un tiempo esa resistencia y rebeldía fue
continuada por la esposa de Tupac Katari, Bartolina Sisa, hasta que también fue
apresada, torturada, descuartizada, por el sistema común de la época, mandatado
desde la corte de Madrid.
En el 67, otro latinoamericano universal, el Ché, iba a dejar nuevas
simientes de rebeldía y libertad. Tras asesinarle a sangre fría, los yanquis que
intervinieron, para asesorar en directo a los milicos bolivianos, aconsejaron
también que sus restos se ocultaran. Y así ocurrió hasta que en el 30
aniversario, los cubanos consiguieron negociar, investigar, y asesorar a las
nuevas autoridades bolivianas para averiguar el paradero de esos restos y
llevarlos con los honores del caso a Cuba. En esa celebración de los 30
años, entre los numerosos protagonistas, estaba un indio aymara llamado Evo
Morales, y allí conversamos con él.
En las elecciones de diciembre del 2005, dejando en ridículo los resultados de
todos los anteriores presidentes de Bolivia, este indígena iba a recoger los
resultados de ambos ilustres precedentes: Tupac Katari volvió y fue millones. La
figura del Ché completaba en feliz sincretismo las aspiraciones comunitarias
indias.
No fue la primera vez sin embargo: en las movilizaciones de octubre de 2003,
los pueblos de Bolivia, liderados por la ciudad convertida en vanguardia
política de Latinoamérica, El Alto, se sublevaron. Hubo cientos de muertos y
heridos. Pero el presidente de acento gringo tuvo que irse a Estados Unidos, y
se paralizó el destrozo y pérdida de soberanía que se venía fraguando: el gas
fue momentáneamente de nuevo boliviano.
Dos años después, Katari volvió por sus fueros convertido en millones, en la
primavera de 2005, para impedir el despojo energético. El presidente Mesa
renunció, y para detener la avalancha se adelantaron las eleccionesS que
finalmente culminaron en la elección de Evo Morales, de nuevos diputados y
senadores, y de prefectos.
Ayer, el Indio que ha recogido por azares de la lucha, toda la rabia y la
esperanza acumulada en el pueblo boliviano, fue recibido en la corte de Madrid.
Y no lo mandaron descuartizar, pero sí le adelantaron exigencias: las de las
empresas, no la de los ciudadanos y ciudadanas. La del lucro indecente y
obsceno, no la de la colaboración para eliminar la pobreza sin eliminar el
pobrerío.
Quedó un reto en alto: Si las autoridades españolas van a seguir comportándose
como portavoces de multinacionales y con severas inercias colonialistas, o si
van a saber respetar la soberanía y culturas de otros pueblos, los indígenas,
mestizos, blancos, negros, del Qollasuyu, tierra de guerreras y rebeldes.