Latinoamérica
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El desconocido Evo Morales
Red Voltaire
El cocalero Evo Morales, presidente del Movimiento al Socialismo (MAS), ha sido
electo presidente de Bolivia en la primera vuelta electoral del 18 de diciembre
de 2005. La CIA/NED ha renunciado a cuestionar la regularidad del escrutinio
dada la presencia de observadores internacionales independientes implementada
por el CEPS español y al que se sumó la Red Voltaire.
El presente artículo es la ocasión de anunciar a nuestros lectores la
integración de BolPress a nuestra red de prensa no alineada. La agencia de
prensa boliviana viene a fortalecer un dispositivo original que, en un año, se
ha convertido en América en la principal fuente de información política,
independiente del sistema globalizado.
La prensa internacional comenta el hecho con una especie de vacilación que
traduce la pérdida de interés estadounidense por el continente del Sur, y un
desconocimiento creciente de su historia y evolución.
Aunque supuestamente son un lugar para el debate o expresión de puntos de vista
divergentes, las páginas de «libre opinión» de la prensa mainstream de los
Estados de la Alianza Atlántica raramente constituyen otra cosa que no sea el
lugar de difusión de una visión única de los hechos, una parte esencial de la
«fábrica del consentimiento». Sería caricaturesco afirmar que no se encuentra
nunca una argumentación que vaya en el sentido opuesto al de la prensa dominante
en estas secciones, pero, lamentablemente, Tribunas y Análisis da fe de ello en
cada entrega: es algo extremadamente raro. Dichas páginas ofrecen un debate
trunco en el que los adversarios se enfrentan, es cierto que con argumentos
contradictorios, pero basándose en representaciones comunes de los asuntos del
mundo. Los análisis diferentes sólo aparecen en las páginas de diarios
destinados a otros universos culturales. De ahí nuestro interés en la prensa
rusa, árabe o latinoamericana.
Sin embargo, en raras ocasiones, un acontecimiento imprevisto suscita cacofonía
entre los expertos mediáticos y los editorialistas mainstream. La uniformización
del pensamiento supone que una autoridad marque el tono y es lo que ha sucedido
con la elección de Evo Morales, que, aunque no sea una sorpresa, descubre
analistas mal preparados.
Por principio, para una gran parte de la izquierda que tradicionalmente apoya
los partidos de vocación social y los programas de renacionalización de las
riquezas nacionales, la elección de Morales constituye una buena noticia, aunque
una minoría ponga en duda sus convicciones. Una parte de los neoliberales se
alarma ante la política que podría seguir, mientras que otra considera que no
hay mucho que temer de un individuo que consideran o muy moderado o con poco
apoyo de su población para poder llevar a cabo políticas de transformación del
país. La prensa también está dividida acerca de sus alianzas. Si bien la mayoría
de los diarios lo presenta como aliado de Hugo Chávez, el diario francés Le
Monde afirma que ambos están tremendamente disgustados [1].
La extrema derecha estadounidense, por el contrario, ya se ha forjado una
opinión sobre el nuevo presidente boliviano. En un editorial fechado el 22 de
diciembre de 2005, el diario del reverendo Moon, el Washington Times, declaraba
que «un enemigo de Estados Unidos» había sido electo en Bolivia y se alarmaba
ante la despenalización de la producción de coca y la renacionalización de los
recursos petroleros.
Este punto de vista es compartido e incluso desarrollado por el vicepresidente
de la National Association of Chiefs of Police, el asesor para la «lucha
antiterrorista, Jim Kouri, en el MenNews Daily y la Free Republic. El autor
llama desde ya a un derrocamiento de Evo Morales a quien acusa, entre otras
cosas, de «comunista», «enemigo de Estados Unidos» y aliado de los traficantes
de droga. Fustiga a los medios de izquierda estadounidenses que han aplaudido su
elección, identificándolos como toxicómanos. Haciendo notar la debilidad del
ejército boliviano, sugiere «medidas» para impedir que este país desarrolle el
tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, pretexto de invasión que ya sirvió para
agredir a Panamá en 1989. A pesar de su carácter excesivo, no es un texto para
tomar a la ligera. En efecto, siendo candidato a las elecciones presidenciales,
Evo Morales reveló que el presidente Eduardo Rodríguez había entregado a los
Estados Unidos los misiles del ejército boliviano, de
sarmando así a su país y haciendo posible una intervención militar
norteamericana, a lo que le dedicamos un artículo. Por su parte, Kouri no se
limitó a una sola tribuna, sino que pocos días después de la primera redactó
otra sobre el mismo tema, nuevamente en el MenNews Daily.
Este punto de vista y las representaciones del presidente Morales que transmite
no han sido aún difundidos en toda la prensa. El momento es más bien de
interrogantes.
Los medios conservadores españoles también vacilan, por su parte, entre
prudencia y ligera inquietud.
El diputado conservador español, Jesús López-Medel, un tanto paternalista,
aconseja al nuevo presidente sobre la buena gobernabilidad en el diario
madrileño El Mundo, en el que afirma que, antes que todo, Evo Morales debe
restablecer el orden en el país, romper con el nepotismo y abrir Bolivia a las
inversiones extranjeras; en resumen, no mantener sus compromisos políticos, sino
seguir la política de sus predecesores. El autor lamenta que el nuevo presidente
destaque su admiración por Fidel Castro y Hugo Chávez sin molestarse mucho más
por ello. ¡Qué importan los discursos con tal y que Morales haga lo que se le
pide!, pero, ¿lo hará?
El investigador Carlos Malamud se muestra tranquilizador para con los lectores
del muy conservador diario español ABC. Es cierto que Morales está bien
identificado con Chávez y Castro, pero el analista considera que no tiene una
verdadera base electoral y que fue electo gracias a la clase media sólo para que
restableciera el orden. Si se sale de este programa, su mandato se verá
reducido.
Los servicios internacionales del New York Times difunden ampliamente el
análisis del investigador peruano Álvaro Vargas Llosa. En el New York Times, el
International Herald Tribune y en el diario argentino Clarín expresa también que
Evo Morales, a priori, no tendrá los medios para aplicar su política y que su
discurso es engañoso para los bolivianos. Para el autor, Bolivia necesita
demasiado a los inversionistas extranjeros como para llevar a cabo una política
que los aleje. Depende de Brasil, país con una influencia moderadora, y el poder
es demasiado inestable para que Evo Morales pueda tomar medidas radicales. Sin
embargo, todo depende de la actitud de Washington. En efecto, si Estados Unidos
la emprende contra Morales, es posible que la unidad nacional se consolide a su
alrededor a favor de medidas radicales.
Sin embargo, estos autores analizan la cuestión boliviana sin tener en cuenta
una dinámica regional. En efecto, por el momento, más que la acción de Evo
Morales, lo que cuenta es la señal que ha dado esta elección de que algo está
cambiando en el continente. Los electores latinoamericanos escogen masivamente a
candidatos que les prometen más justicia social, la renacionalización de las
riquezas nacionales y la independencia con respecto a Estados Unidos, lo que
pasa especialmente por el rechazo al ALCA. La elección de Evo Morales no es un
resultado aislado. En diferentes formas, Chile, Perú, México y otros países
podrían próximamente tomar la misma dirección.
En el diario colombiano El Tiempo, el escritor colombiano Óscar Collazos destaca
esta tendencia y la pérdida de influencia de Washington. Lamenta que la derecha
colombiana, asociada a Washington, analice la situación en América del Sur a
través del prisma obsoleto y deformante de la Guerra Fría y de los movimientos
comunistas de los 60-70. El mundo ha cambiado, les dice el autor, y ya no es
posible imponer dictaduras militares para luchar contra una pseudo subversión
«comunista».
Por otra parte, el ex presidente argentino Raúl Alfonsín también destaca esta
tendencia y manifiesta su preocupación en una tribuna difundida por Project
Syndicate y publicada igualmente por el Daily Times (Pakistán) y el Taipei Times
(Taiwán), entre otros. En efecto, las victorias anunciadas de diferentes
movimientos de izquierda latinoamericanos que apoyan una integración
sudamericana autónoma con respecto a los designios de Washington podrían llevar
a Estados Unidos a retomar la cuestión hemisférica a brazo partido. Así, el
autor teme un retorno de la política del garrote y un endurecimiento de la las
posiciones norteamericanas en su antigua área de influencia.
Al analizar la repercusión de las elecciones bolivianas, el politólogo
altermundista francés, Eddy Fougier, se muestra satisfecho en Libération por la
victoria de Evo Morales a quien compara con Hugo Chávez. Considera que Bolivia
desempeñará un papel ejemplar para el movimiento altermundista, mostrando a los
altermundistas franceses que ellos también deben ambicionar el poder y presentar
un candidato a las elecciones presidenciales.
Red Voltaire
[1] Véase « Le Monde pétrit la pâte à modeler latino-américaine », por Renaud
Lambert, Acrimed, 5 de enero de 2006.
«Un gangster al frente de Bolivia»
Autor Jim Kouri
Jim Kouri es vicepresidente de la National Association of Chiefs of Police y ex
comisario de policía de Nueva York. Labora como asesor de asuntos de seguridad y
antiterrorismo para organizaciones y empresas, así como para los medios masivos
de comunicación conservadores, entre ellos Fox News. Aunque políticamente es
allegado de los círculos libertarianos, se distingue de ellos por su enfoque de
ultraseguridad y de defensa sistemática de un Estado policial como único medio
de prevenir el crimen y el terrorismo. Durante la década del 80 su principal
enemigo era el «barón de la droga» (Tom Clancy se inspiró en el personaje para
sus novelas) mientras que, a partir del 11 de septiembre de 2001, su foco de
atención se centró en la «guerra global contra el terrorismo» y en la acción
militar contra los «enemigos de los Estados Unidos». Es partidario de elaborar
un fichero generalizado de la población y del libre acceso de la policía a todos
esos datos.
Fuentes Free Republic (Estados Unidos), MenNews Daily (Estados Unidos)
Referencia «A Bolivian Thug Becomes President», por Jim Kouri, MenNews Daily, 18
de diciembre de 2005.
«Bolivian Thug Becomes President», Free Republic, 18 de diciembre de 2005.
Resumen Como usted debe saber tras haber escuchado los gritos de alegría de la
prensa, otro gangster izquierdista se ha apoderado de la presidencia de un país
de América del Sur. Y es muy posible que ese gangster provoque la ruina de su
país, Bolivia. Evo Morales, socialista extremista y cultivador de coca, es otro
de esos líderes chillones que tanto gustan a la prensa mayoritariamente
izquierdista de nuestro país. Esos ataques verbales contra el presidente George
W. Bush fascinan a los periodistas norteamericanos, lo cual hace pensar en el
dicho: «el enemigo de mi enemigo es mi amigo».
Como la mayoría de los políticos comunistas, Morales dedicó la mayor parte de su
campaña electoral a atacar a los Estados Unidos, al capitalismo y al presidente
Bush. Aparte de su promesa electoral de legalizar el cultivo de la coca, no ha
propuesto nada importante para mejorar la vida de sus electores sumidos en la
miseria. Durante su campaña, Morales declaró a periodistas norteamericanos: «Si
los EE.UU. quieren establecer relaciones diplomáticas con nosotros, estas
tendrán que basarse en un plano de igualdad. Nuestras relaciones no pueden ser
de sumisión.»
Si posiblemente la Casa Blanca dude en invitar a un gangster como Morales, hay
otros en los Estados Unidos que no tendrán ese pudor y se sentirán orgullosos de
acoger y escuchar sus diatribas contra un presidente que detestan más que a
Sadam Husein. Según ha dicho Morales, él ya recibió una invitación de la
Universidad de Harvard. ¿A usted le sorprende eso? Harvard es una universidad
que lucha para que se prohíba la entrada en sus recintos a los que reclutan
soldados para el ejército de nuestro país, pero que invita calurosamente a
gangsters socialistas.
Según expertos de la Seguridad Nacional, la victoria electoral de Morales
acelerará más aún la desestabilización del continente sudamericano. Como
cultivador de coca, es el aliado natural de los carteles de la droga y de los
traficantes en Bolivia y en los países vecinos. Como la cocaína extraída de la
coca boliviana se envía a los Estados Unidos y a Europa Occidental, algunos
bolivianos temen que, con un presidente de Bolivia cultivador de coca, su país
se convierta en la plataforma central del tráfico de cocaína.
Si la política de Morales va a provocar un aumento del tráfico de cocaína en las
calles estadounidenses, su gobierno será entonces considerado por nosotros, con
razón, como una amenaza para nuestra seguridad nacional. Y toda la retórica de
Morales no puede ocultar el hecho de que el Ejército boliviano es una farsa,
incluso si le juzga desde la óptica del Ejército francés. Y contrariamente a su
camarada en Venezuela que tiene los bolsillos repletos de petróleo, Bolivia no
posee nada que los norteamericanos quieran ni necesiten –excepto, claro está,
los drogadictos y la fauna de Hollywood a la que le encanta empolvarse la nariz.
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«Riesgos y oportunidades de la victoria de Evo Morales»
Autor Jesús López-Medel
Jesús López-Medel es diputado por Madrid del Partido Popular y portavoz de la
Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento español.
Fuente El Mundo (España)
Referencia «Riesgos y oportunidades de la victoria de Evo Morales», por Jesús
López-Medel, El Mundo, 2 de enero de 2006.
Resumen Hay países que conjugan la belleza de sus lugares con cierta maldición.
Bolivia es uno de esos pueblos. Fue escenario de múltiples guerras desde que
accedió a la independencia y sigue teniendo el mismo PIB que hace 50 años.
En 180 años de historia ha sufrido casi 200 golpes militares, contragolpes y
revoluciones fallidas. Es un país con una extensión territorial del doble que
España pero apenas poblado con nueve millones, algunos de ellos habitantes de
zonas situadas a más de 4 000 metros y con una diversificación inmensa de etnias
y niveles muy altos de pobreza (el 64%), pero con altas cotas de alfabetización
y un gran potencial. Está dividida entre una pequeña elite económica que
pretende introducir el país en la modernidad y una mayoría indígena muy pobre.
Tres presidentes en los últimos dos años, dos de aquellos depuestos por la
presión popular. Los resultados de las elecciones de hace tres semanas dieron un
triunfo rotundo a la candidatura del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo
Morales. Ante las divisiones de su país, el nuevo presidente va a tener que
demostrar un sentido integrador. Es una oportunidad para restablecer la
confianza y acabar con el nepotismo. El periodo que ahora se inicia es de gran
convulsión pero también es una gran oportunidad. Para ello será preciso que se
produzca un cambio en la cultura política. Es esencial que se asimile el respeto
a las reglas del juego tanto por la dirigencia como por los propios ciudadanos.
Bolivia no se transformará en un Estado moderno mientras no deje atrás sus
corporativismos y divisiones.
Los nuevos dirigentes bolivianos deberían ser ejemplo de respeto y cumplimiento
de la ley democrática. Es esencial generar seguridad y estabilidad. Deben
facilitarse las inversiones extranjeras, algo sobre lo que lamentablemente
existen dudas si tenemos en cuenta las declaraciones del nuevo presidente, y
permitir la autonomía de ciertas regiones.
España debe ayudar a Bolivia e impedirle caer en las derivas bananeras de Hugo
Chávez y Fidel Castro a quienes Morales afirma admirar, lamentablemente.
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«Un cóndor planea sobre los Andes»
Autor Carlos Malamud
Carlos Malamud es investigador especializado en asuntos latinoamericanos del
Real Instituto Elcano.
Fuente ABC (España)
Referencia «Un cóndor planea sobre los Andes», por Carlos Malamud, ABC, 2 de
enero de 2006.
Resumen EL categórico triunfo de Evo Morales ha hecho correr ríos de tinta. Los
titulares de la prensa mundial destacan los orígenes indígenas del nuevo
presidente y sus nexos con Castro y Chávez. La suma de estas ideas demuestran
los temores sobre América Latina debido a la combinación de indigenismo y
populismo. Sin embargo, es preciso matizar nuestros temores.
Si Evo Morales ganó tan abrumadoramente las elecciones fue porque contó con los
votos de la clase acomodada. Deseosa de acabar con la inestabilidad política y
social, estaba en gran medida dispuesta a votar por un «indio» si se recuperaba
el orden. El voto por Morales fue también un voto de castigo contra los partidos
tradicionales, incapaces de afrontar los mayores problemas de la nación más
pobre de América Latina. Morales ganó porque durante la campaña supo negociar
con distintos grupos. El MAS no es un partido disciplinado, carece de
experiencia de gobierno, por eso Morales conoce su debilidad y sabe que la
movilización social puede golpearlo.
Las declaraciones de Morales no tranquilizan a la opinión pública, maneja un
lenguaje propio de los años setenta. ¿Su discurso será coherente con sus actos?
¿Aumentará las tendencias autoritarias como Hugo Chávez? El futuro nos lo dirá.
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«No hay giro a la izquierda»
Autor Alvaro Vargas Llosa
Alvaro Vargas Llosa est directeurr du Centro para la Prosperidad Global de
l’Instituto Independiente.
Fuentes International Herald Tribune (Francia), New York Times (Estados Unidos),
Clarín (Argentina)
Referencia «No left turn», por Alvaro Vargas Llosa, New York Times, 27 de
diciembre de 2005.
«No left turn», International Herald Tribune, 28 de diciembre de 2005.
«Evo Morales no es un giro a la izquierda», Clarín, 5 de enero de 2006.
Resumen Cuando en 1781 el dirigente indio aymara Tupac Katari fue ejecutado por
los colonos españoles gritó que regresaría encarnado en millones. La abrumadora
victoria de Evo Morales, él también un indio aymara parece darle la razón.
Su victoria electoral fue interpretada como la confirmación de que América
Latina giraba a la izquierda. El nuevo presidente no oculta su admiración por
Castro o Chávez y aspira a nacionalizar el petróleo y legalizar el cultivo de la
coca. También critica el neoliberalismo. Pero no vale la pena preocuparse. Sería
un error pensar que se convertirá en un nuevo Hugo Chávez, más allá de que él
mismo se lo propusiera. Bolivia no cuenta con los recursos de Venezuela y la
base electoral de Morales es menos estable que la del presidente venezolano. Por
otra parte, Brasil debería desempeñar un papel moderador en el país. Bolivia
depende de la ayuda estadounidense y las revueltas ahuyentaron a los
inversionistas extranjeros que necesita el país. A corto plazo, Bolivia no tiene
posibilidades de explotar su gas. La población indígena, que quiere resultados
con rapidez, también puede tener a Morales en jaque.
De hecho, el futuro de Bolivia dependerá de Estados Unidos. Si Washington tiene
una reacción exagerada ante la despenalización del cultivo de la coca (medida
simbólica que no cambiará nada), los bolivianos se rebelarán y como reacción
empujarán a Morales hacia la izquierda. Abrir las fronteras estadounidenses a
los productos bolivianos constituiría una política mucho más hábil.
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«Cambios en América Latina»
Autor Óscar Collazos
Óscar Collazos, escritor colombiano, es editorialista del diario colombiano El
Tiempo.
Fuente El Tiempo (Colombia)
Referencia «Cambios en América Latina», por Óscar Collazos, El Tiempo, 5 de
enero de 2006.
Resumen Lo que está sucediendo en el continente causa alarma entre los aliados
de Washington. La derecha política, miope y daltónica, quiere ver los cambios
producidos en América Latina como un «triunfo» de Fidel Castro y de Hugo Chávez.
Algunos recomiendan incluso que contra esta nueva «conspiración» se utilicen los
métodos de los años 60 y 70 cuando Henry Kissinger colocaba en el poder a
dictaduras militares. Es la misma derecha que celebró con júbilo las atrocidades
cometidas por los déspotas del Sur. Quince años después del desmoronamiento de
la antigua Unión Soviética, toda política cuyo propósito sea restablecer la
soberanía nacional es presentada como «enemiga».
A esa derecha le resulta difícil aceptar que la reacción latinoamericana no
obedece a veleidades filocomunistas, sino que es la respuesta a la situación
social. La centroizquierda de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y ahora Bolivia,
es vista como un apéndice del chavismo, visto a su vez como asociado al
castrismo. Pero si la derecha se alarma por las victorias anunciadas de la
izquierda en Chile y México es también, y sobre todo, porque la única aliada con
que contaría Estados Unidos en el continente sería Colombia. Como señaló el ex
presidente argentino Raúl Alfonsín: «La elección de José Miguel Insulza como
secretario general de la Organización de Estados Americanos y la consecuente
derrota del candidato sostenido por la administración Bush marcan la tendencia
declinante del liderazgo de Estados Unidos». A esto se añade el fracaso
norteamericano en Mar del Plata.
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«América Latina en una encrucijada»
Autor Raùl Alfonsin
El radical Raúl Alfonsín fue el primer presidente democráticamente electo en
Argentina después de la dictadura de los años 70.
Fuentes Taipei Times (Taiwán), Daily Times (Pakistán)
Referencia «Latin America at a crossroads», por Raúl Alfonsin, Daily Times, 4 de
enero de 2006 .
«Latin America at the crossroads» Taipei Times, 4 de enero de 2006.
Resumen El año pasado marcó un viraje en América Latina. Un número creciente de
países de la región parece decidido a defender sus intereses a pesar de los
designios de Estados Unidos. La elección de José Miguel Insulza al frente de la
Organización de Estados Americanos (OEA), contra el candidato apoyado por el
gobierno de Bush ha demostrado claramente la decadencia del liderazgo
estadounidense en el continente. Estados Unidos no sólo ha perdido el control de
la OEA, que tradicionalmente apoya sus intereses, sino que fracasó también en la
Cumbre de las Américas de 2005 al no poder convencer a sus participantes de
votar a favor de una declaración en apoyo a sus posiciones económicas y
políticas para la región. El fracaso se hizo mucho más evidente porque toda la
Cumbre había sido cuidadosamente planificada para lograr el triunfo de Estados
Unidos.
A todo lo largo de 2005, los diversos intentos de presionar y condenar al
gobierno venezolano también fracasaron. El presidente George W. Bush fue incapaz
de convencer a otros países para que apoyaran su proyecto de aislar al
presidente Hugo Chávez. Estados Unidos tampoco pudo obtener un apoyo regional
para su política de intervención directa en los conflictos internos de Colombia.
Todo, por supuesto, no es sombrío para Estados Unidos. La elección del
colombiano Luis Alberto Moreno como presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo fue claramente una opción estadounidense. Eso significa que el banco
continuará su política neoliberal ortodoxa. No obstante, ha surgido una clara
distinción entre los países latinoamericanos que quieren llevar a cabo la
integración regional de acuerdo con sus propias condiciones y los que abogan por
la integración hemisférica bajo la égida de Estados Unidos.
Impulsado por Brasil y apoyado ante todo por Argentina y Venezuela, el proyecto
del primer grupo es la construcción de una comunidad de naciones sudamericanas.
Los países del MERCOSUR buscan defender sus intereses nacionales respectivos y
un orden democrático internacional más equitativo. No buscan una confrontación
con nadie. El segundo grupo –los países que mantienen una relación más directa
con Washington– se divide en dos tendencias. Algunos Estados como Colombia,
Ecuador y Perú actúan individualmente, mientras que otros, en especial de
América Central y la República Dominicana, actúan en el marco de una perspectiva
regional. Todos siguen la política iniciada por México y, en menor medida, por
Chile.
Pero es en el terreno ideológico donde se evidencian más los contrastes. De
hecho, toda la región podría verse afectada por las consecuencias de una
confrontación entre Venezuela y Estados Unidos, así como por una eventual
victoria electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua.
Para Estados Unidos, la posible creación de un triángulo que una a Cuba,
Venezuela y Nicaragua sólo puede ser vista como una amenaza directa para la
estabilidad regional. El resultado inmediato de ello sería colocar a América
Latina en una posición peligrosa, encabezando la lista de los fantasmas
considerados por Washington como una amenaza para su seguridad. El triunfo del
Movimiento al Socialismo puede intensificar aún más ese temor.
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«Otro mundo es posible con Evo Morales»
Autor Eddy Fougier
Ex investigador en el Institut Français des relations internationales (IFRI),
Eddy Fougier es politólogo y escritor. Es el autor de Altermondialisme, le
nouveau mouvement d’émancipation ? y de La Contestation de la mondialisation:
une nouvelle exception française
Fuente Libération (Francia)
Referencia «Un autre monde est possible avec Evo Morales», por Eddy Fougier,
Libération, 3 de enero de 2006.
Resumen La elección de Evo Morales como presidente de Bolivia constituye un
acontecimiento importante debido al número de votos obtenido por el nuevo
presidente desde la primera ronda, al contexto del país que sale de la «segunda
guerra del petróleo» y a los orígenes amerindios del vencedor. Fue el vocero de
los campesinos productores de coca y el líder del Movimiento al Socialismo
(MAS), partido político antinorteamericano y anticapitalista que desempeñó un
papel importante en las guerras del petróleo, cercano a Hugo Chávez y Fidel
Castro. Morales es el primer presidente amerindio de América Latina, y ahora
dirige el país más pobre del continente y uno de los que sufre más desigualdades
sociales.
Su elección es indicio de un cambio regional. Existe una fuerte dinámica
antiliberal que se traduce en el arribo al poder de movimientos progresistas y
en la decisión de apropiarse colectivamente de los recursos naturales. Es lo que
ocurrió en Uruguay, que se inclinó hacia la izquierda por primera vez en su
historia y que en su constitución incluyó el agua como un bien colectivo. La
última Cumbre de las Américas mostró la fuerte oposición de numerosos países al
proyecto del ALCA. Evo Morales prometió también nacionalizar el petróleo,
recurso principal de Bolivia, aunque se ha mostrado más prudente desde su
elección.
Su elección es significativa para el movimiento altermundista, en el cual los
norteamericanos desempeñan un gran papel. Evo Morales es una figura importante
del altermundismo y la revuelta ocurrida en el año 2000 en la ciudad de
Cochabamba contra la privatización del agua es un elemento importante, casi
mítico, del combate contra la «globalización neoliberal». Si en Francia la
tendencia dominante, representada por las ONG o ATTAC, se niega a admitir la
transformación de esa corriente en un movimiento político que aspire a tomar el
poder, otros dentro o cercanos a ellos no han renunciado al poder, a la
revolución y al socialismo. Tras Hugo Chávez, la tentación de ver a la Bolivia
de Morales como el modelo a seguir puede ser grande para una parte considerable
de los altermundistas.
http://www.voltairenet.org/article133546.html