Internacional
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La última confrontación entre el imperio usamericano y Evo Morales y Hugo Chávez
Stephen Lendeman
Indymedia South Africa
Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Chelo Ramos
En otras ocasiones he dicho que es fácil saber lo que está pensando el
imperio (especialmente los magnates que manejan sus corporaciones) si se lee el
Wall Street Journal (WSJ) diariamente, como lo hago yo. A pesar de su fuerte
predisposición a favor del imperio, los lectores también pueden encontrar cierta
información y noticias verdaderas, algo casi imposible en los demás medios
privados, especialmente en el venerable New York Times que, en mi opinión, es lo
más parecido a un ministerio oficial de información y propaganda que tenemos en
Estados Unidos.
Volveré sobre ese tema en otro momento, sin embargo, pues ahora quiero referirme
al artículo principal de la primera página del WSJ del 25 de mayo, intitulado
"Nuevo Presidente tiene a Bolivia marchando al ritmo de Chávez". El subtítulo es
aún peor: "Populista venezolano promueve alianza latina contra Estados Unidos.
¿Ha ido demasiado lejos?" Y debajo, resaltado, "Médicos cubanos en casa".
Espero que los lectores entiendan de ese lenguaje lo que está muy claro para mí:
una virtual llamada a las armas contra Hugo Chávez y Evo Morales, dos líderes
que, posiblemente más que muchos otros, creen que fueron elegidos por sus
pueblos para servir a esos pueblos y no a los intereses de su dominante y
beligerante vecino del Norte.
Lo que están haciendo Evo Morales y Hugo Chávez que ha disgustado a Estados
Unidos
El ataque del WSJ comienza por condenar de manera implícita el hecho de que
después de las elecciones se le dijo a las siderúrgicas extranjeras que tendrían
que renegociar los contratos propuestos para el desarrollo del enorme yacimiento
de mineral de hierro localizado en El Mutún. El WJS también se lamenta de que el
gobierno boliviano invitara a expertos venezolanos para que los ayudasen en las
negociaciones, algo que, por supuesto, parece lógico y sensato. Como resultado
de las negociaciones, Bolivia exigió un nuevo contrato mucho más justo para los
bolivianos que el aceptado por el gobierno anterior. Las siderúrgicas
extranjeras no estaban muy contentas, ni tampoco lo estaba el WSJ.
Pero eso era solo el comienzo, ya que luego el WSJ refiere que ambas naciones se
unieron a Cuba en el Tratado de Comercio de los Pueblos (muy parecido al ALBA
venezolano), totalmente distinto de los tratados que Estados Unidos quieren
imponer, en los que ellos obtienen todo y los países en vías de desarrollo lo
dan todo De acuerdo con el Tratado de Comercio de los Pueblos, Venezuela se
comprometió a suministrar a Bolivia 200.000 barriles mensuales de diesel y
productos refinados, en condiciones especiales de financiamiento, y a comprar
200.000 toneladas anuales de soja boliviana, además de castañas y almendras.
Chávez también otorgará 5.000 becas y 100 pasantías para bolivianos que quieran
estudiar en Venezuela. Mientras otras compañías petroleras extranjeras están
congelando sus inversiones en Bolivia, PDVSA, la petrolera estatal venezolana,
está invirtiendo en varios proyectos, entre los cuales están una planta de
separación de gas y nuevas gasolineras en sociedad con la petrolera estatal
boliviana YPFB. Venezuela también está asumiendo una posición de liderazgo en el
desarrollo del yacimiento de hierro del Mutún, estrechando aún más los lazos
entre ambas naciones.
Menciono estos acuerdos porque creo que todas las naciones deberían trabajar de
manera conjunta en acuerdos similares para mantener su independencia y
beneficiar a sus pueblos. El WSJ, sin embargo, se siente indignado por ello, lo
que significa, por supuesto, que Bolivia ha decidido seguir los pasos de
Venezuela y se ha atrevido a celebrar contratos distintos de los exigidos por
Estados Unidos para robarle a las naciones pobres y hacer más ricas y poderosas
a sus corporaciones. Además, le molesta que técnicos venezolanos se hayan
atrevido a ayudar a Bolivia a establecer políticas en temas tan variados como
salud, reforma agraria y la nacionalización del petróleo y el gas natural y de
otras industrias. Con estos planes se pretende ayudar al pueblo boliviano a
obtener beneficios justos de sus recursos naturales y que médicos y maestros
cubanos establezcan clínicas y escuelas en áreas pobres para que sus habitantes
reciban servicios sociales esenciales que nunca antes habían tenido. Hugo Chávez
también prestará a Bolivia 100 millones de dólares para "que cumpla la promesa
potencialmente explosiva de redistribuir alrededor de 5 millones de hectáreas de
tierras del estado entre grupos indígenas" –el primer paso en un programa más
amplio para poner tierras públicas y privadas improductivas cuya propiedad no
está clara, en manos de quienes las necesiten y usen para su beneficio y el de
la nación. El WSJ denomina a este plan de reforma agraria una "bomba de tiempo"
que podría llevar al país a una "guerra civil", un lenguaje increíblemente
hostil. También le molesta que Morales haya purgado la cúpula de ejército y
decretado que todos los miembros del gobierno debían aceptar un recorte de casi
50% en sus salarios y que ningún empleado público podía ganar un salario mayor
que el suyo de 22 mil dólares anuales (comparado con los 400 mil dólares que
gana George Bush, aunque pasa la mitad del tiempo en su rancho de Texas,
produciendo dólares no trigo).
Evo Morales ha hecho todo esto en los apenas cuatro meses que han transcurrido
desde que asumió la presidencia de su país el 24 de enero de este año. Y si bien
Estados Unidos y el WSJ están indignados, el pueblo boliviano lo quiere y lo
demuestra en los índices de aprobación que ha alcanzado: más del 80% o casi tres
veces más que George Bush en estos momentos. Pero esto no le importa al WSJ.
Critica a Chávez por usar su riqueza petrolera para liderar "un bloque de países
anti Estados Unidos en la región y más allá", por haber prestado centenares de
millones de dólares a Argentina y Ecuador (imagínense la arrogancia de ignorar
al FMI y al Banco Mundial que se especializan en empobrecer a los países en vías
de desarrollo para enriquecer a las grandes corporaciones) y apoyar el derecho
de Irán a enriquecer uranio y desarrollar su industria nuclear comercial sin
interferencia extranjera.
Para rematar –casi no puedo contenerme- debido a esta alianza y a lo que está
emergiendo de ella, el WSJ alega que Chávez y Morales "amenazan con deshacer
años de ‘liberación’ política y económica en América del Sur (más orwelliano
imposible) , siendo ésta la última de una serie de amenazas contra la energía y
la seguridad." Para explicar mi reacción ante esa declaración solo me viene a la
mente una expresión: ¡qué descaro!
Para el imperio USAmericano es totalmente inaceptable que estos dos líderes se
atrevan a actuar como deben hacerlo los líderes. El WSJ piensa de la misma
manera y lo dice claramente o mediante implicaciones nada sutiles a través de
este largo artículo. El mensaje es que Hugo Chávez y Evo Morales tienen
problemas en su futuro y éstos vienen de Estados Unidos.
Lo que todo esto significa
En los últimos meses he escrito mucho sobre la forma en que Estados Unidos está
aumentando su retórica hostil hacia Hugo Chávez, en preparación de su cuarto
intento de sacarlo del poder después de haber fallado las tres veces anteriores.
Este artículo del WSJ indica claramente que apenas cuatro meses después de haber
asumido la presidencia, Evo Morales ha sido elevado a una categoría igual a la
de Chávez. Por supuesto, Fidel Castro ha sido uno de los blancos preferidos de
Estados Unidos durante más de 45 años y es probable que ahora corra mayor
peligro que en los últimos tiempos. Estados Unidos no va a permitir que ninguna
nación, especialmente si es rica en recursos naturales como Venezuela, Bolivia o
Irán, funcione fuera de su órbita de influencia. Irán en particular ha sido
objeto de los ataques de Estados Unidos solo por tener petróleo, como Irak y
Venezuela, y porque sus líderes no venden su soberanía, como lo exige Estados
Unidos.
El WSJ le proporciona a los observadores del imperio un servicio muy útil –una
ventana a través de la cual ver diariamente cuáles son las posibles intenciones
de Estados Unidos. Este artículo es una de esas ventanas –una muy importante.
Sube la retórica hostil un grado más y da un claro indicio de que estas dos
naciones deben prepararse para lo que parece una acción de Estados Unidos en su
contra a fin de eliminar a sus líderes y sustituirlos por otros dispuestos a
obedecer los deseos de Estados Unidos. Hugo Chávez y Evo Morales hacen todo
menos eso y, por ello, representan la mayor amenaza al dominio que ejerce
Estados Unidos en la región –un ejemplo que, si no se controla, puede crecer y
esparcirse, y ayudar así a socavar la posición que Estados Unidos ha ocupado
hasta ahora sin que nadie lo impidiese.
Estados Unidos no puede tolerar esa actitud de Hugo Chávez y Evo Morales. Está
claro que se acerca una confrontación, aunque no sabremos cuándo y cómo sino
hasta que ocurra efectivamente. Pero seguramente ocurrirá y los comentaristas de
este sitio web y de otros sitios progresistas estaremos observando los signos y
hechos y los informaremos a medida que ocurran. Sigan en sintonía.
Stephen Lendman vive en Chicago y su dirección es
lendmanstephen@bcglobal.net. Tiene
un blog en sjlendman.blogspot.com
Publicado originalmente en Indymedia South Africa
http://southafrica.indymedia.org.news/2006/05/10528.php
Chelo Ramos es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es),
la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.