USA podría estar actuando contra sus propios intereses en Medio Oriente
Michael Neumann
CounterPunch
Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro del colectivo de
traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de traductores por la
diversidad lingüística (transtlaxcala@yahoo.com). Esta traducción es copyleft
"The Israel Lobby and U.S.
Foreign Policy" [El Lobby israelí y la política exterior de USA] de los
profesores Walt y Mearsheimer es una importante
contribución al debate Israel-Palestina. Es una lástima que una parte importante
se haya perdido en el melodrama.
El melodrama trata del lobby israelí, alias el ‘lobby judío’. Un tufillo de
teoría de conspiración judía, y escuadrones de columnistas parten a combatir a
los nazis que se ocultan en las universidades. Pero tomemos un poco de
distancia: es difícil vislumbrar por qué semejantes historias del lobby son tan
fascinantes.
Varias organizaciones sedicentes judías y entes pro-israelíes, así como
numerosos grupos de presión política, se vanaglorian de su éxito. Nadie sugiere
que estén mintiendo. ¿Cuánta influencia tienen exactamente sobre la política de
USA? ¿Hasta qué punto son responsables por conducir a USA a Iraq?
No tenemos la menor idea. Las decisiones políticas de USA son un asunto
complicado. Una parte es secreta. Los motivos y los procesos mentales de la
gente son a menudo ocultados. ¿Y en qué medida los lobbyistas empujan a los que
toman las decisiones por un camino que ya desean seguir?
Ni siquiera considero que estas preguntas sean interesantes.
Lo que importa en realidad es si el apoyo a Israel sirve los intereses de USA.
Si es así, ¿por qué demonios nos preocupa un lobby pro-Israel? Si no es así, el
lobby es algo malo, incluso si no conspiró para llevarnos a Iraq.
Walt y Mearsheimer son de los pocos que encaran de frente este importante tema.
Dicen: "Israel es en realidad un lastre en la guerra contra el terror y el
esfuerzo más amplio de lidiar con estados delincuentes." Argumentan
enérgicamente en defensa de esa afirmación. Parte de la culpa es también suya
por no lograr que su mensaje llegue a sus lectores, porque este material no
merece el tratamiento de segunda que le dan.
No es que el mensaje necesite mucho para que llegue a los lectores; en realidad
no es tan complicado. No cabe duda de que USA está muy preocupado por el
petróleo del Medio Oriente; a menudo se sugiere que es el principal interés de
USA en la región. Bueno, ¿cómo se sirve dicho interés cuando se trata de quedar
bien con el único país en el área que es odiado por los productores de petróleo?
Algunos eruditos nos dicen, con un aire de sagacidad, que Israel es útil para
controlar el petróleo, y sugieren que las Compañías del Gran Petróleo se
benefician con el contubernio. ¿Pero cómo, exactamente, ayuda Israel a controlar
el petróleo?
Israel tendría que meterse por Siria o Líbano o Jordania para acercarse a algo
de petróleo. Al hacerlo provocaría una conflagración mayor e – imaginen lo que
pasaría – destruiría enormes capacidades de producción de petróleo. Además, USA
no precisa de Israel para controlar el petróleo. USA podría ocupar cualquier
campo petrolífero en Medio Oriente por sí solo sin ayuda israelí.
No es que nadie necesite ocupar algún campo petrolífero. Cada país en Medio
Oriente vende gustosamente petróleo a USA. Sadam Husein no tuvo ningún problema
al hacerlo, y somos nosotros los que no compramos petróleo a Irán, no son los
iraníes los que no nos quieren vender petróleo. Si jamás fuera necesario ejercer
presión militar sobre los países del Medio Oriente, USA podría establecerse en
el Golfo Pérsico y sobre los oleoductos que provienen de las regiones
productoras de petróleo para controlar por completo el flujo de ese petróleo.
Así que no, tu todo terreno no circula gracias a Israel.
¿Por qué entonces apoya USA a Israel? En este aspecto tiendo a estar en
desacuerdo con Walt y Mearsheimer. Puede ser que la influencia del lobby israelí
sea la única explicación lógica, pero eso no significa que la explicación sea
correcta. Las naciones no se comportan siempre de manera lógica.
La alianza de USA con Israel provino de la política de la Guerra Fría de los
años cincuenta. Usamérica apoyó a Egipto contra Inglaterra, Francia e Israel en
1956. Pero cuando Nasser comenzó a comprar armas del bloque soviético, las cosas
cambiaron. Usamérica, obsesionado con visiones de un Medio Oriente comunista,
sintió la necesidad de tener un aliado y una base de operaciones desde la cual
pudiera intimidar a los países más sospechados de orientarse hacia el campo
soviético: Egipto y Siria. Mientras más mejoraban las capacidades militares de
Israel, más parecía un aliado valioso.
Con el fin de la Guerra Fría, la justificación de esa alianza dejó de existir,
pero no la alianza. Gran parte del gobierno y de la conducta de las naciones se
debe a la inercia, y USA no es una excepción de la regla. Tal como las naciones
europeas tardaron decenios en dejar atrás su apego sentimental a los
usamericanos que derrotaron a Hitler, los usamericanos tardan decenios en dejar
atrás su apego sentimental a Israel, su aliado en la lucha contra el comunismo.
Tal vez me equivoque y Walt y Mearsheimer tengan razón. Lo que importa es que
USA ya no tiene ninguna razón para apoyar a Israel, y muchos motivos para no
hacerlo. Basta con imaginar si USA dejara de respaldar a Israel y diera aunque
fuera un moderado apoyo a los palestinos. Repentinamente, el Islam y USA se
encontrarían del mismo lado. La guerra contra el terror se convertiría en un
paseo. La credibilidad de la democracia usamericana se dispararía en Medio
Oriente. Y sería mucho más barato. Parece harto más importante que lo que un
neoconservador judío dijo a quién sea.
El profesor Joseph Massad ("Blaming the lobby" [Culpando al lobby], 23 - 29 de
marzo de 2006) presenta una argumentación razonable de que la influencia del
lobby de Israel sobre la política de USA ha sido exagerada. Sin embargo, su
explicación de lo que impulsa el apoyo de USA para Israel es menos exitosa, y
propugna una interpretación extremadamente dañina para la causa palestina.
El profesor Massad afirma que;
"En el mundo árabe y en otros sitio se oponen a Usamérica porque ha mantenido y
sigue manteniendo políticas adversas a los intereses de la mayor parte de la
gente en esos países y que son sólo beneficiosas para sus propios intereses y
para los regímenes minoritarios en la región que sirven esos intereses,
incluyendo a Israel."
Se podría decir de tales interpretaciones exactamente lo que el profesor Massad
dice de aquellas que culpan al lobby israelí: "… el problema con la mayor parte
de ellas es lo que queda sin articular". ¿Cuáles son esas políticas, y por qué
las mantiene USA? Massad parece referirse a su observación anterior de que "Usamérica
ha mantenido una política consecuente desde la Segunda Guerra Mundial de
combatir a todos los regímenes en el Tercer Mundo que insisten en controlar sus
recursos nacionales, sea la tierra, el petróleo, u otros minerales valiosos.
Vale desde Irán en 1953 a Guatemala en 1954, al resto de Latinoamérica hasta
llegar a la Venezuela de nuestros días."
Pero es difícil aceptar que esto explique la actual política de USA en Medio
Oriente. Los regímenes de Medio Oriente no forman parte, para ser exactos, del
Tercer Mundo, y no es un hecho que Usamérica se haya opuesto consecuentemente a
regímenes de Medio Oriente que insisten en controlar sus recursos.
Al contrario, USA tiene excelentes relaciones con las naciones del Golfo ricas
en petróleo, y esas naciones han insistido a través de su historia, con cada vez
más énfasis, en mantener ese control.
Se puede decir lo mismo de las compañías petroleras de USA, que obviamente
prefieren la cooperación a la fuerza militar cuando se trata de operar en Medio
Oriente, Han mantenido esa preferencia incluso cuando significaba una reducción
considerable de sus beneficios.
Por motivos similares, las compañías petroleras usamericanas verdaderamente
grandes no apoyaron la invasión de Iraq: destacados economistas petroleros tales
como Daniel Yergin y Fareed Mohamedi presentan argumentos convincentes al
respecto. De manera que la explicación del profesor Massad no sirve.
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Michael Neumann es profesor de filosofía en la Universidad Trent en Ontario,
Canadá. Los puntos de vista del profesor Neumann no deben ser considerados como
los de su universidad. Su libro "What's Left: Radical Politics and the Radical
Psyche" acaba de ser re-editado por Broadview Press. Contribuyó el ensayo"What
is Anti-Semitism", al libro de CounterPunch "The Politics of Anti-Semitism".
Este ensayo ha sido tomado del nuevo libro de Neumann"The Case Against Israel".
Para contactos: mneumann@trentu.ca. http://www.counterpunch.org/neumann04042006.html Texto relacionado: El Lobby israelí y la política
exterior estadounidense
John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt