Internacional
|
|
Bebé Bush, vete a casa
Arundhati Roy
La Jornada
Durante su gira triunfalista por esta parte del mundo, en la que espera saludar
imperiosamente a gente a la que considera sus potenciales súbditos, el
itinerario del presidente Bush se pone cada vez más curioso. Para su escala en
Nueva Delhi, el 2 de marzo, el gobierno indio se esforzó en conseguir que Bush
se dirigiera al Parlamento. Un número no insignificante de miembros del
Parlamento amenazó con interrumpirlo, así que el Plan Uno fue archivado
apresuradamente. El Plan Dos era que se dirigiera a las masas desde el terraplén
de la magnífica Fortaleza Roja, donde el primer ministro indio tradicionalmente
pronuncia su discurso del Día de la Independencia. Pero la Fortaleza Roja, al
estar rodeada de población predominantemente musulmana de la Vieja Delhi, fue
considerada una pesadilla en términos de seguridad. Así que ahora estamos en el
Plan Tres: el presidente George W. Bush habla desde Purana Qila, la Vieja
Fortaleza.
¿A poco no es irónico que el único lugar público seguro para un hombre que
recientemente se ha mostrado tan entusiasta con la modernidad de India sea una
fortaleza medieval que se está desmoronando?
Como el Purana Qila también alberga al zoológico de Delhi, la audiencia de
George W. Bush serán unos cientos de animales enjaulados y una lista palomeada
de seres humanos enjaulados, que en India están bajo la categoría de "personas
eminentes". Son, sobre todo, ricos que viven en nuestro pobre país como animales
cautivos, encarcelados por su propia riqueza, encerrados tras las rejas de sus
doradas jaulas, protegiéndose de la amenaza de las vulgares y revoltosas
multitudes, a las cuales sistemáticamente han desposeído durante siglos.
Así que, ¿qué le va a pasar a George W. Bush? ¿Será aclamado por los gorilas?
¿Los gibones observarán con desprecio? ¿Los ciervos de Eld se burlarán? ¿Los
chimpancés harán ruidos groseros? ¿Los búhos ulularán? ¿Los leones bostezarán y
las jirafas batirán sus hermosas pestañas? ¿Los cocodrilos reconocerán a un
espíritu afín? ¿Las codornices estarán agradecidas de que Bush no viaje con Dick
Cheney, su compañero de cacería con célebre mala puntería? ¿Los directores
ejecutivos empresariales estarán de acuerdo?
Ah, y el 2 de marzo Bush será llevado al monumento de Gandhi en Rajghat. No es
el único criminal de guerra que ha sido invitado por el gobierno de India a
colocar flores en Rajghat. (Recientemente tuvimos al dictador birmano, el
general Than Shwe -otro que no guarda bajo perfil.) Pero cuando George W. Bush
coloque flores en esa famosa losa de piedra pulida, millones de hindúes se
estremecerán. Será como si hubiera vertido un litro de sangre sobre la memoria
de Gandhi.
De verdad preferiríamos que no lo hiciera.
No está en nuestro poder frenar la visita de Bush. Sí está en nuestro poder
protestar contra ella, y lo haremos. El gobierno, la policía y la prensa pro
empresarial harán todo lo que puedan por minimizar nuestra indignación. Nada de
lo que digan los periódicos de las noticias felices puede cambiar el
hecho de que a través de todo India, desde las ciudades más grandes hasta las
aldeas más pequeñas, en lugares públicos y hogares privados, George W. Bush, el
que ocupa la presidencia de Estados Unidos de América, la pesadilla mundial
encarnada, simplemente no es bienvenido.
© Arundhati Roy
* Escritora y activista india, premio Sydney de la Paz 2004 por su trabajo en
campañas sociales
Traducción: Tania Molina Ramírez
Fuente: lafogata.org