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Dos prisioneros en huelga de hambre agonizan en Guantánamo. Abu Bakah al-Shamrani sólo pesa 32 kilos
Sarah Baxer
The Times
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Montse Gurguí
Washington. Pese a que los militares estadounidenses los alimentan por la
fuerza, algunos presos de Guantánamo en huelga de hambre podrían estar a
agonizando, según informan los representantes legales de los detenidos.
El estado de dos yemeníes demacrados que se niegan a tomar alimentos sólidos
desde el mes de agosto es especialmente preocupante. También se teme por la vida
de un prisionero saudí hospitalizado.
La esposa del preso en huelga de hambre Shaker Aamer tiene la residencia
británica y la semana pasada visitó la Cámara de los Comunes para pedir la
intervención de los miembros del Parlamento. La esposa de Aamer, de treinta y un
años, vive en Londres con sus cuatro hijos y ha pedido que su nombre se mantenga
en el anonimato. "Ha llegado el momento de hacer algo. Mi marido no va a durar."
Aamer lleva en huelga de hambre desde el 2 de noviembre. Aunque ha perdido peso,
es más fuerte que otros prisioneros que participan en la protesta por haber sido
encarcelados sin proceso.
Según un comunicado que mañana hará público Reprieve, el grupo que defiende los
derechos de los prisioneros, los yemeníes identificados como Abu Bakah al-Shamrani
y Abu Anas están extremadamente débiles. Al-Shamrani sólo pesa 32 kilos.
Reprieve afirma que Camp Echo, que está formado por células de aislamiento, se
ha convertido en una "institución donde se alimenta a la fuerza", alejada de los
demás prisioneros y cuyo camino de gravilla han cubierto de cemento para poder
llevar a los huelguistas de un lado a otro en silla de ruedas.
Los militares dijeron la semana pasada que el número de presos en huelga de
hambre ha disminuido a 22 después de llegar al máximo en Navidades y que 17 de
ellos reciben alimentación a través de un "tubo".
El teniente coronel Jeremy Martin, portavoz de la Fuerza Conjunta de Operaciones
de Guantánamo, no quiso dar el número de detenidos hospitalizados y dijo que los
huelguistas estaban "desnutridos" pero "clínicamente estables".Asimismo, negó
que sus vidas corrieran un peligro inminente.
El bufete de abogados de Paul Weiss, que representa a tres detenidos saudíes,
han recibido partes médicos cada vez más alarmantes sobre el estado de uno de
ellos, que se halla en el hospital del campamento.
El mes pasado, los abogados del bufete de Paul Weiss viajaron a Guantánamo y se
les impidió visitar el hospital, diciéndoles que sus clientes no querían verlos.
"Nos preocupa que su vida corra peligro", dijo Jana Ramsey, una de las letradas.
"Normalmente, se alegran mucho de vernos."
Los prisioneros alimentados a la fuerza llevan una sonda permanente en la nariz
que desciende hasta el estómago y que está a unida a otro tubo para la
alimentación. Si no se lo arrancan, los militares dicen que eso significa que
consienten en que se les alimente, aun cuando la sonda se les haya insertado
bajo coacción.
Este mes, el abogado Clive Stafford Smith, director jurídico de Reprieve, ha
visitado a su cliente Aamer. Se sacó el tubo de la nariz con "evidente dolor"
para que pudiera examinarlo. Según Stafford Smith, media ciento diez centímetros
de largo y estaba manchado de rojo por haberlo tenido en el estómago.
Aamer ha prometido seguir la huelga de hambre hasta que se le haga un juicio
justo o sea liberado. "El gobierno británico se niega a ayudarme. ¿De que sirve
que mi mujer sea británica?". "Hago responsables de mi muerte a los gobiernos
británico y estadounidense",ha dicho.
Stafford Smith dijo que el "espectro inevitable de que un prisionero musulmán
muriese en suelo de Guantánamo causaría una indignación mucho mayor que la
profanación del Corán."
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