Internacional
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No va m�s
En una elecci�n legislativa que se convirti� en plebiscito sobre la
administraci�n de George W Bush, los republicanos perdieron la mayor�a que
tuvieron durante doce a�os en el Congreso, y la mayor�a de los votantes indic�
su disposici�n a un cambio de rumbo.
Jorge A Ba�ales
Semanario Brecha
La econom�a de Estados Unidos funciona razonablemente bien, el desempleo ha
bajado al 4,4 por ciento de la fuerza laboral, la inflaci�n sigue contenida a
pesar de los aumentos en los precios de los combustibles, y el gasto de los
consumidores �que representa m�s de dos tercios del producto bruto interno�
sigue creciendo y se prepara para el festival de compras de fin de a�o. Y no
obstante todo ello, los votantes estadounidenses concurrieron este martes en
niveles altos y le dieron la espalda a su presidente George W Bush y al Partido
Republicano, que tampoco lo respalda de manera firme.
Las encuestas previas a las elecciones legislativas y de gobernadores indicaron
que casi el 70 por ciento de los estadounidenses cree que el terrorismo es uno
de los asuntos m�s importantes que encara el pa�s. Pero m�s del 60 por ciento
tambi�n indic� que no cree que la guerra en Irak haya mejorado la seguridad de
Estados Unidos.
Estas elecciones debieron haber sido sobre los asuntos locales y estatales, en
torno a los cuales giran las campa�as de diputados, senadores, gobernadores, y
las decenas de iniciativas sometidas a plebiscitos en todo el pa�s. Sin embargo
el presidente Bush �que eligi� en Irak el sitio equivocado para su guerra contra
el terrorismo� err� tambi�n al convertir estos comicios en una batalla decisiva
por su propia gesti�n.
Los dem�cratas no s�lo ganaron la mayor�a en la C�mara de Representantes y en el
Senado, sino que triunfaron en 20 de las 36 contiendas por gobernadores de
estados. Ahora habr� 28 estados con gobernadores dem�cratas y 22 con
gobernadores republicanos. Por primera vez en doce a�os los dem�cratas controlan
las dos c�maras y su l�der, Nancy Pelosi, ser� la primera mujer en la historia
de Estados Unidos en presidir la C�mara de Representantes.
La decisi�n de la ciudadan�a no representa tanto una elecci�n a favor de los
dem�cratas como un repudio a Bush y al Partido Republicano, marcados por
numerosos esc�ndalos, y la percepci�n de que el pa�s ha ido a una guerra que no
puede ganar y de la cual no puede salirse.
FUTURO INMEDIATO
El nuevo Congreso reci�n iniciar� sesiones en enero de 2007, de manera que
todav�a queda un resto de esta legislatura con mayor�a republicana, pero es poco
probable que la administraci�n Bush obtenga algo sustancial. Los pol�ticos
republicanos, que ya estaban un poco desconfiados de que el apego a Bush les
redituara beneficios electorales, tienen ahora la comprobaci�n: el pa�s quiere
cambios.
En los pr�ximos dos a�os hasta la elecci�n presidencial, a menos que ocurra
alg�n acontecimiento de gran magnitud como un ataque terrorista en el pa�s o un
vuelco espectacular de la guerra en Irak, el gobierno estar� atascado en la puja
entre la Casa Blanca y el Congreso.
Quiz� la �nica legislaci�n de verdadera importancia para el resto del mundo que
llegar� a votaci�n ser� la renovaci�n de la autoridad presidencial para la
negociaci�n de acuerdos comerciales con otros pa�ses. Este mecanismo, otrora
llamado fast track o "v�a r�pida", permite que el Poder Ejecutivo negocie los
acuerdos comerciales con otros pa�ses que luego se someten a la votaci�n del
Congreso, donde la opci�n es s� o no, pero sin enmiendas.
El Congreso con mayor�a republicana otorg� esa autoridad a Bush, pero debe
renovarse durante 2007. Los dem�cratas, en general, se oponen a los acuerdos
comerciales que no incluyan cl�usulas sobre la protecci�n de los derechos de los
trabajadores (los dem�cratas deben pagarle su cuota de apoyo pol�tico a los
sindicatos), y cl�usulas sobre la protecci�n ambiental (otra cuota para grupos
que apoyan al Partido Dem�crata).
La reforma pendiente de las leyes de inmigraci�n probablemente no progrese mucho
m�s. Cuando Bush contaba con la mayor�a republicana en ambas c�maras no pudo
sacar adelante su propuesta, que incluye un programa de visas de trabajo
temporales, aceleraci�n de los tr�mites de residencia para los inmigrantes que
ya se encuentran en Estados Unidos y una mayor vigilancia de la frontera. Con
mayor�a dem�crata probablemente el Congreso aprobar� leyes de inmigraci�n que el
presidente no promulgar�, prolongando el estancamiento.
HACIA D�NDE EN IRAK
Cuando los estadounidenses concurrieron a las elecciones legislativas de 2002,
la popularidad del presidente Bush estaba en el 63 por ciento. Dos a�os m�s
tarde, Bush gan� su reelecci�n contando todav�a con la reacci�n b�sica del
electorado de que se apoya al comandante en jefe durante la guerra, o la versi�n
criolla de que no se cambia de caballo en medio del r�o.
Antes de la elecci�n del martes pasado s�lo el 44 por ciento de los
estadounidenses aprobaba la gesti�n de Bush, y el �ndice era aun m�s bajo en lo
que se refiere a la guerra en Irak. Con casi 3 mil soldados estadounidenses
muertos, m�s de 20 mil heridos, y casi 144 mil apostados en territorio hostil en
medio de tribus dispuestas a la carnicer�a, la intervenci�n en Irak la critican
en Estados Unidos tanto quienes proponen un uso mayor y m�s decisivo de la
fuerza militar como quienes claman por una retirada inmediata.
Algunos legisladores republicanos, incluidos los senadores presidenciables John
McCain y Charles Hagel, han se�alado numerosas fallas en la estrategia que busc�
una guerra r�pida sin calcular las consecuencias de una ocupaci�n prolongada.
Generales retirados y oficiales en servicio han salido a la luz p�blica
criticando al jefe del Pent�gono, Donald Rumsfeld, y algunos candidatos a
representantes republicanos enfatizaron en sus campa�as que ellos nunca apoyaron
la invasi�n.
En el bando dem�crata la cr�tica a la guerra en Irak es m�s generalizada y
cercana a los grupos pacifistas que creen que Estados Unidos estar� m�s seguro
si retira a todos sus soldados y deja Irak a merced de sus propias tribus
enemigas y de los vecinos hambrientos como Ir�n.
El domingo un tribunal en Bagdad conden� a muerte al ex amigo de Washington
Saddam Hussein, pero ni siquiera ese s�mbolo de "misi�n cumplida" de la invasi�n
a Irak atrajo m�s votantes en respaldo de Bush. El lunes antes de la elecci�n
los peri�dicos militares Army Times, Navy Times y Air Force Times �de propiedad
privada pero muy bien vinculados con los mandos� publicaron un editorial
pidiendo la salida de Rumsfeld, sea por destituci�n o renuncia. El mi�rcoles,
apenas un d�a despu�s de la votaci�n, Rumsfeld present� su renuncia que fue
inmediatamente aceptada por Bush, quien nombr� en su lugar a Robert Gates, ex
director de la cia. Bush anunci� en rueda de prensa que "era necesaria una nueva
cara al frente del Pent�gono y de la guerra en Irak".
Ahora, pasada la elecci�n, es probable que la administraci�n Bush encare un
cambio de rumbo en Irak. La estrategia m�s probable ser� la de fortalecer en lo
posible a las fuerzas de seguridad del gobierno iraqu�, y la b�squeda de un
di�logo con Ir�n que contenga el avance chiita en Oriente Medio.
Fuente: lafogata.org