Internacional
|
El muro de la muerte
Eva Golinger
Rebelión
Ya es un hecho. El Presidente George W. Bush firmó la llamada Ley del Muro
Seguro 2006 (H.R. 6061) el día 26 de octubre del 2006, autorizando la
construcción de un muro de 1.100 kilómetros por la frontera con México. La ley
también incluye la autorización de un incremento en puntos de chequeo, en
funcionarios de migración, en sistemas de monitoreo electónico (videos, cámaras,
micrófonos, etc) y la instalación de un sistema de luces bastante poderoso para
vigilar la zona. Pero esos 1.100 kilómetros solo representan una tercera parte
de la frontera entre México y los Estados Unidos, y los 1.2 mil millones de
dolares que el Congreso autorizó para la construcción del muro ni siquiera
cubren los gastos totales. ¿Entonces, cuál es la intención detrás de esta Ley
mal concebida, ofensiva e inhumana? Algunos especulan que tiene que ver con las
elecciones en el Congreso de los Estados Unidos programadas para el próximo 7 de
noviembre, cuando se decidirá si el partido demócrato logra retomar una mayoría
en el Senado y en la Cámara de Representantes, o si el partido republicano
mantendrá su control totalitario sobre el cuerpo legislativo de Washington. Pero
en realidad, no puede tener tanto que ver con esa situación política y
electoral, porque la suficiente cantidad de congresistas demócratos también votó
para aprobar esta "ley", haciéndolo entonces un asunto bi-partidista.
Lo que sí es cierto, es que la aprobación de la Ley en el congreso
estadounidense y la autorización ya dada por el propio Presidente George W.
Bush, confirman la política hostíl, discriminatoria y racista en contra de los
inmigrantes latinos. Más de once millones de mexicanos viven y trabajan en los
Estados Unidos, y por lo menos la mitad de ellos no poseen documentación legal
para residenciarse y trabajar en el país. Pero estas personas componen la fuerza
laboral más importante para el país; la mano de obra que hace funcionar las
empresas, las fábricas, las corporaciones y todo lo que demás que
fundamentalmente es necesario para el sistema consumista y capitalista de los
Estados Unidos. Y a pesar de los esfuerzos hace unos meses en los Estados Unidos
para autorizar la legalización de estos millones de personas indocumentados que
trabajan y viven cotidianamente en el país, intentando tener una vida digna para
sus familias y comunidades, no hubo lo suficiente apoyo en el Congreso para
buscar una solución humana y armónica. En lugar de encontrar la manera de ayudar
a estos seres humanos que arriesgan sus vidas para ir al país del norte - porque
la política capitalista y explotadora ha arruinada sus pueblos, sus productores
pequeñas y su economía - optaron por la muerte, por el asasinato, por la
exclusión y por la división.
Dicen que la construcción del muro sirvirá para garantizar la seguridad del país
y para impedir futuros ataques terroristas. He allí la verdadera razón por su
aprobación. Porque el muro en sí, como esta diseñado y financiado jamás
prevenirá la entrada de personas de manera ilegal por la frontera sureña de los
Estados Unidos. No tiene el financiamiento necesario ni siquiera para construir
los 1.100 kilómetros autorizados que igualmente solo cubrirán un tercio de la
zona fronteriza, entonces, claramente es un instrumento de manipulación.
El informe del Comité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes de
los Estados Unidos sobre la situación fronteriza que fue publicada la semana
pasada intenta convencer a los lectores que ahora los terroristas vienen
llegando por la frontera con México. Claro, ya han gastado tanto la idea y el
imagen de los terroristas llegando por avion – y ya tienen a los aeropuertos en
los Estados Unidos bajo una seguridad represiva e ilógica – que no queda más
nada que utilizar como símbolo de terror que la frontera terrenal del país. Por
supuesto que no va a ser la parte con Canadá, aunque ya hace unos años dijeron
que un supuesto terrorista intentó entrar por Vancouver con unos explosivos en
su carro, pero después nunca hubo un esfuerzo para construir un muro entre esos
países norteños y ni siquiera apretaron los controles migratorios para prevenir
esa supuesta amenaza terrorista.
Para Washington, la amenaza viene del sur, de los países morenos y rebeldes. El
mencionado informe del congreso hasta implica a Venezuela en esta violación de
la frontera méxicana-estadounidense, cínicamente, y sin prueba ninguna, acusando
al Presidente Chávez de estar entrenando a "islámicos radicales" para "actuar
como latinos", "enseñándoles español y dándoles documentación venezolana para
luego ir a México y pasar por la frontera a los Estados Unidos." Absurdo como
suena, en realidad es horrífico, porque estas son las matrices de opinión que
influyen en la percepción del pueblo estadounidense.
El muro no es para intimidar a los mexicanos y otros hermanas y hermanas
Latinas; es para encerrar al pueblo estadounidense, para que no escuche el
clamor de la revolución ocurriendo por todo su alrededor. Ese pueblo, ignorante
y drogada por el consumismo, no sabe que la humanidad esta en rebeldía; no
entiende que ya una mayoría del mundo se opone a la política de dominación y
explotación de los Estados Unidos, y que esa mayoría esta actuando de manera
concreta y contundente para defender y salvar a nuestro planeta. Ya le tocará al
pueblo estadounidense decidir si va a permitir la construcción de un muro lleno
de odio, ignorancia y muerte, que sirvirá para aislarlo del mundo y dividirlo de
su hermandad, o sí tumbará ese símbolo de violencia antes de que tome forma,
parando por fin a la destrucción y la agresión en su nombre.