Internacional
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La izquierda salió fortalecida de la contienda electoral
Antonio Guillermo García Danglades
Rebelión
Con un frágil apoyo que apenas ronda el 36% del voto popular, el conservador
Stephen Harper se convirtió en el nuevo Primer Ministro de Canadá.
De los 308 escaños que comprende el Parlamento canadiense, el Partido
Conservador obtuvo el triunfo en 124, la mayoría de ellos en Alberta y zonas
rurales del país.
A pesar de haber sido castigado por los alegatos de corrupción en su contra y
por consiguiente perder en circunscripciones claves de Québec y Ontario, el
Partido Liberal obtuvo 103 escaños con el 30% de apoyo, muchos mas de lo que
predecían las encuestas.
Por su parte, el partido separatista Bloque Quebecois logró el 42% del voto de
la provincia de Québec, única donde competía, y vio disminuir levemente su
presencia parlamentaria con 51 representantes electos, 4 menos de los obtenidos
en 2004. Esta disminución se explica por el surgimiento de los conservadores en
Québec como una opción federal por encima del Partido Liberal, y por el descuido
de los separatistas al enfocar su campaña casi exclusivamente en atacar a los
liberales, a quienes suponía su principal contendor.
En cambio, el Nuevo Partido Democrático (NDP) de izquierda salió fortalecido en
las elecciones logrando aumentar considerablemente su presencia parlamentaria
con 29 representantes electos.
La pírrica victoria de la derecha en Canadá significa la conformación de un
gobierno minoritario que requerirá buscar consensos para poder llevar a cabo su
programa de gobierno.
No obstante, a diferencia del resto de los partidos que se ubican
ideológicamente en la centro-izquierda o izquierda, el Partido Conservador no
tiene aliados naturales que le permita establecer alianzas políticas, además de
no contar con un solo representante en las ciudades mas importantes y grandes de
Canadá como lo son Toronto, Montreal y Vancouver.
La composición heterogénea del nuevo parlamento augura grandes dificultades para
que el gobierno conservador de Harper pueda transitar todo el periodo
parlamentario, por lo que se espera un nuevo proceso electoral para el segundo
trimestre de 2007. De hecho, los votos del Partido Liberal y NDP,
ideológicamente mas afines, son suficientes para destronar a Harper, llamar a
nuevas elecciones o incluso crear un gobierno de coalición en algún momento
determinado. Sin embargo, el Partido Liberal deberá sortear sus diferencias
internas para la escogencia de un nuevo líder tras el anuncio de Paul Martin en
dejar el liderazgo del partido, mientras el NDP busca sacar el mejor provecho de
su representación parlamentaria, lo cual podría alargarle la vida el nuevo
gobierno.
En este contexto, se espera que el nuevo Primer Ministro maneje con mucho
cuidado las posiciones mas extremistas de su partido y se presente como líder de
un gobierno moderado de centro que le permita sumar simpatizantes y deshacerse
de la imagen neoconservadora que muchos canadienses aun mantienen de él y su
partido con miras a un eventual proceso electoral.
(*) Internacionalista