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La Vieja Europa

�Traidores, m�rtires o valientes?

Robert Fisk
The Independent de Gran Breta�a

Hace m�s de quince a�os fui a la ciudad belga de Ypres con una amiga irlandesa. Ella es de una familia seguidora del partido Fine Gael y tiene un sano escepticismo sobre la gloria rom�ntica que cuelga del cuello de Padraig Pearse por la militarmente in�til pero pol�ticamente explosiva rebeli�n de Pascua de 1916 en Dubl�n. Mi amiga tiene el mismo escepticismo sobre las intenciones inglesas hacia Irlanda, norte o sur. Su madre una vez me cont� su recuerdo infantil sobre un allanamiento de militares ingleses en su casa de Carlow. "Yo era una nena y uno de los soldados me acarici� la cabeza. Yo le dije: �A m� no me toque�."

Una noche en Ypres, ante la inmensa Puerta de Menin, en la que est�n grabados los nombres de 54.896 soldados brit�nicos de la Primera Guerra Mundial cuyos cuerpos jam�s fueron encontrados, mi amiga se enfrent� con un verdadero desaf�o pol�tico. Entre esos miles, vio cientos de nombres irlandeses que murieron vistiendo el uniforme ingl�s mientras sus compatriotas combat�an en Dubl�n contra el mismo uniforme ingl�s. Leyendo un nombre en particular, dijo: "�Por qu�, en nombre de Dios, este chico de Tralee muri� en las trincheras de Flandes?". Fue entonces que un anciano se nos acerc� y nos invit� a firmar el libro de visitas.

Mi amiga mir� el libro y vio, con disgusto, la insignia militar brit�nica. Ah� estaba, brillando dorada, la corona brit�nica. Mi amiga pens� en ese chico de Tralee muerto en B�lgica. Pens� en su peque�o pa�s cat�lico y sus siglos de opresi�n, y se dio cuenta de que ese chico de Tralee hab�a ido a pelear �o cre�a haber ido a pelear� por la peque�a y cat�lica B�lgica. Entonces, mi amiga decidi� escribir algo en el libro, pero en irland�s. "Do thiortha beaga", "por los pa�ses peque�os".

Todo esto pas� a�os antes de que una Rep�blica Irlandesa pr�spera y confiada tuviera que pensar c�mo tratar el sacrificio que sus soldados hicieron, antes de la independencia, bajo bandera brit�nica. Los 35.000 irlandeses que murieron en la guerra de 1914-1918 abruman a los pocos cientos de muertos en la rebeli�n de Pascua. Mi propio padre termin� luchando junto a los irlandeses en el Somme en 1918 aunque, y esto es algo que me callaba muy bien cuando era el corresponsal de The Times en Belfast en los a�os duros de la d�cada del 70, hab�a llegado a Irlanda como parte de las tropas que ocuparon el pa�s despu�s de la rebeli�n. S�lo lo confes� cuando me invitaron a hablar en Derry, Irlanda del Norte, en la conmemoraci�n del Domingo Sangriento �fui el primer ingl�s en ser invitado a hablar en memoria de los cat�licos baleados en 1972 por los Paracaidistas�. Si Padraig Pearse no hubiera izado la tricolor en el Correo Central de Dubl�n en abril de 1916, le dije a mi audiencia, mi padre hubiera muerto en la primera batalla del Somme tres meses despu�s, y yo no existir�a. �Le debo mi existencia al Sinn Fein?

Todav�a no s� c�mo hay que ver a los hombres de 1916. Los mejores libros sobre el alzamiento prueban que "los rebeldes", como siempre los llamaba mi padre, eran muy valientes y no les importaba sus vidas ni las de sus hombres. Nunca sabr�an la manera tortuosa en que su "sacrificio de sangre" �que no era ni remotamente el primero en la historia irlandesa� ser�a reivindicado luego por otros grupos armados que encontraban un mandato en la sangre derramada por los escuadrones de fusilamiento ingleses de 1916.

Si no hubieran sido fusilados cruelmente por su desaf�o armado al poder brit�nico, �hubieran sido honrados tanto en la Irlanda pobre, oscura y estancada de los a�os veinte y treinta? �O mucho despu�s en el interminable conflicto del Norte? �Hay que ser un m�rtir para ser honrado?

Hace cinco a�os pensaba mucho en esto mientras buscaba en los Archivos Nacionales brit�nicos en Kew los detalles de la ejecuci�n de un joven soldado australiano. A mi padre le hab�an ordenado fusilarlo hacia el fin de la Primera Guerra, pero Bill Fisk se neg� y otro oficial se hizo cargo de esa tarea sucia. Entre los documentos de ejecuciones militares correspondientes a 1916, encontr� los nombres de Pearse, Connolly y McBride. El castigo extremo que recibieron junto a sus colegas rebeldes de Dubl�n transform� el rechazo de los irlandeses a la rebeli�n en simpat�a y admiraci�n. Pero para los ingleses hab�a sido simplemente otra aplicaci�n rutinaria de la ley marcial, un grupo de traidores a la Corona fusilado del mismo modo que los desertores, asesinos y cobardes que eran baleados al amanecer en la retaguardia de las trincheras de Francia.

El ministro irland�s de Defensa dice ahora que las ceremonias militares de este fin de semana son un s�mbolo del fin del conflicto en el Ulster. Puede ser. Pero, �qui�n va a homenajear a ese pibe de Tralee?

Fuente: lafogata.org

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