Europa |
Los de abajo
Gloria Muñoz Ramírez
Libre circulación LA INMINENTE PUESTA en marcha de nuevos centros de
detención para migrantes en Italia, en los que los detenidos, hombres y mujeres
de abajo expulsados de sus propios países por razones políticas o económicas,
reciben un trato doloroso e inhumano, ha sido fuertemente cuestionada y
rechazada por diversos grupos antirracistas que han realizado acciones
encaminadas al cierre de las nuevas cárceles.
ITALIA ATRAVIESA MOMENTOS prelectorales en los que los políticos pretenden
desviar el debate sobre la existencia de los centros de detención, centrando
la discusión en las ya comprobadas condiciones inhumanas de los mismos,
ocultando así el verdadero problema que consiste en una flagrante violación al
derecho fundamental de la libre circulación de los seres humanos.
EN UN ANALISIS de la Asociación Ya Basta Bologna, se advierte que junto a la
planeación de una reforma a las políticas migratorias (y al sistema de
detención) "es importante producir señales de rechazo total a toda sugerencia
de que prevalezcan las "buenas maneras" al privar a las personas de sus
derechos, como el derecho a desplazarse.
EL PROBLEMA, INSISTEN, no se resuelve transformando estos lugares inhumanos en
estructuras en las que los valores al recibirlos se unan con la necesidad de
controlar y gobernar el fenómeno. No se trata, como pretende la coalición de
izquierda La Unione di Romano Prodi, de revisr un programa sin abandonarlo, ni
de crear estructuras en las que solo unas categorías de extranjeros sean
detenidos con "el más alto respeto de los derechos humanos".
INVERTIR ACTUALMENTE EN la gestión de los centros-cárceles ha resultado muy
atractivo para los empresarios y muy bien financiado. En este contexto, el
papel de los movimientos es crucial para desalentar todo el entramado económico
a su alrededor.
EN LOS MESES pasados se han realizado numerosas acciones de ocupación, condena
y bloqueo de empresas en las ciudades de Bologna, Modena, Bari, Lecce y Gorizia.
Las más recientes son la ocupación de las oficinas de la Cruz Roja de Bari, la
Cruz Verde de Gradisca D'Isonzo, y el bloqueo de la Cooperativa Minerva, en la
misma ciudad. La Cooperativa Minerva es una empresa que trabaja en el campo de
la limpieza y el mantenimiento de estructuras civiles y está asociada con la
poderosa Lega delle Cooperative.
EN MINERVA ALREDEDOR de cien activistas de los centros sociales de las
regiones de Friuli Venecia, Giulia, Veneto y Emilia Romagna bloquearon las
entradas y declararon a la cooperativa "fuera de servicio" por un día,
exigiendo la rescisión del contrato.
CONTRA LA FALSA humanización de los centros de detención y por el derecho a la
libre circulación, la movilización italiana va, aunque el saldo alcanza ya a
decenas de activistas procesados por las acciones y otro tanto de migrantes
expulsados o enviados a las cárceles con condenas hasta de tres años de prisión
por rebelarse dentro de los centros de detención.