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Argentina: La lucha contin�a

Una b�squeda de identidad

Eduardo de la Pe�a es el hijo de Felipe Vallese, el primer desaparecido de Argentina, que lo anot� con el apellido de una amiga para protegerlo. Se enter� de qui�n era su padre a los cinco a�os de edad y busca a su madre, que nunca conoci� y cuya identidad era un secreto familiar.

Alejandra Dandan

Arnaldo Pampillon
Lleva una lupa como las de las pel�culas de detectives. Unas cuantas carpetas, recortes viejos y un anotador, que parecen ser todo lo que le interesa en este mundo. Hace unos meses, de madrugada, se levant� para escribir un cuadro con un mont�n de flechas y de nombres que muestra a quien encuentra en las bibliotecas y los archivos que recorre. "Soy el hijo de Felipe Vallese", dice y explica que no lo supo hasta los cinco a�os. Cuando era chico lo anotaron con otro nombre y reci�n ahora, a los 47, Eduardo de la Pe�a empez� a encontrarse con su historia. En ese camino, alguna vez lleg� hasta Gente que busca gente porque se dio cuenta de que no conoce ni siquiera el nombre de su madre. El legendario Felipe Vallese lo cri� hasta su secuestro, pero ni �l ni sus amigos revelaron nunca el nombre de esa mujer.
En estos a�os, De la Pe�a hizo de todo para ganarse la vida. Tom� cursos de profesor de educaci�n f�sica, de paddle y de director t�cnico, pero sobrevive como mec�nico. El 31 de mayo trabajaba en el taller con el televisor prendido cuando escuch� la noticia que lo puso detr�s de la historia de su padre: la Justicia hab�a ordenado la captura de Juan Fiorillo, el comisario alguna vez detenido por el secuestro de Felipe Vallese y que ahora ser�a detenido por la megacausa contra Miguel Etchecolatz. Fiorillo estaba acusado por m�s de cien delitos de privaci�n ilegal de la libertad y torturas, y por el robo de una beba todav�a desaparecida.
"Cuando escuch� la noticia de Fiorillo estall� por dentro", dice De la Pe�a. "Fue un verdadero sacud�n." Hac�a a�os hab�a dejado de preguntarse por esa parte de su vida, que lo llevaba al barrio de Flores y a la historia del metal�rgico que se convirti� en el primer desaparecido pol�tico del pa�s. Pero con la detenci�n del polic�a la inspiraci�n volvi�: "Tengo otra cosa que hacer", dijo en su trabajo y al d�a siguiente renunci�.
�Sal�a a caminar y me preguntaba �a d�nde voy? �Qu� hago? �Por d�nde arranco? Y as�, el primer d�a me fui a meter en la Biblioteca del Congreso a buscar diarios de la �poca, despu�s me fui a la Biblioteca Nacional.
��Qu� dec�a en esos lugares?
�Mir�, les dec�a: "Estoy investigando el tema Felipe Vallese", y no dec�a m�s. Necesitaba una punta. Algo. Cualquier cosa, para empezar.
Encontr� una foto en la que Felipe lo alza. Busc� a amigos, testigos y vecinos e inici� un expediente en la Secretar�a de Derechos Humanos de la Naci�n para dar peso jur�dico a su historia.
Su padre
Felipe Vallese muri� cuando Eduardo ten�a tres a�os. El 23 de agosto de 1962 un grupo de la Unidad Regional de San Mart�n se lo llev� secuestrado en un auto con otros militantes de Flores. Hac�a cinco a�os que trabajaba en una f�brica del barrio, la metal�rgica TEA, donde lo nombraron delegado. Los Vallese eran del barrio. Don Luis, el padre de Felipe, ten�a un puesto de frutas y verduras en el mercado de Donato Alvarez. Su mujer estaba enferma. Cuando naci� el primero de sus hijos, el m�dico les dijo que no era conveniente que tuvieran otros. Pero seg�n los datos de esa nueva biograf�a familiar, los consejos m�dicos no se oyeron. Poco despu�s naci� Felipe y entre 1940 y 1947 los Vallese tuvieron otros tres hijos: N�lida, Juan Luis y Ricardo.
"Inmediatamente �explica Eduardo�, mi abuela entr� en un estado depresivo y en un estado psicol�gico muy dif�cil de revertir. En 1947 termin� internada en el manicomio. Ah� naci� Ricardo, el m�s chico, como quien dir�a, en cautiverio. A mi pap� siempre le dijeron que por su culpa su madre termin� internada en el Moyano y qued� loca. �Qu� le pas� a mi pap� con esa historia? A m� me parece que �l fue creciendo con esa culpa."
Felipe se las arreglaba para visitar a su mam�, pero las visitas no prosperaron demasiado. Tapado por el trabajo y la crianza de sus cinco hijos, don Luis mand� a Italo y a Felipe como pupilos a un colegio de General Rodr�guez; a N�lida y a Juan Luis los envi� a otro lugar y once d�as despu�s del nacimiento, se llev� a Ricardo del Moyano a la Casa Cuna para darlo en una adopci�n, aunque ocho a�os despu�s la suspendi�. Para entonces, Felipe hab�a dejado dos escuelas, se hab�a fugado caminando de Mercedes a Flores, viv�a con su padre, se hab�a anotado en el Hip�lito Vieytes de Capital y lo hab�a dejado antes de terminar segundo a�o. En la calle, paraba con una barra de amigos de Plaza Irlanda y antes de conseguir un puesto de trabajo en la metal�rgica pas� por una tintorer�a y por la lavander�a El Tumbaito, donde conservaron su certificado durante a�os. Norberto Abdala era uno de sus amigos del barrio. Un d�a lo escuch� quejarse porque necesitaba trabajo estable. "�Por qu� tanta preocupaci�n?", le pregunt�. "Porque me parece que voy a ser padre", contest� Felipe. Hab�a dejado embarazada a una chica.
Su madre
��Qu� pas� con su madre?
�Por lo que pude averiguar, al parecer la familia de mi mam� biol�gica no acept� a Felipe. Parece que eran una familia muy bien, de Belgrano. Pienso que se habr�n dado cuenta o �l les habr� dicho que no ten�a plata porque ven�a de una familia trabajadora.
��Qu� supo usted de ella en todos estos a�os?
�Poco y nada. Supe que su padre era un m�dico y que ella ten�a 16 a�os. Que yo nac� y tres meses despu�s su padre le dio el beb� a mi pap� y dicen que a ella se la llevaron a Estados Unidos. Puede estar ah� como pudo haber regresado, como puede estar fallecida. No lo s�.
Cuando Felipe supo que iba a ser padre, dice Eduardo, alquil� una pieza en una casa de Morelos 628, a tres puertas del mercado donde trabajaba el padre. En la casa viv�an Elbia Raquel de la Pe�a y Mar�a Mercedes Cervi�o, con su pareja y dos hijas. Las dos mujeres eran trabajadoras, y probablemente peronistas. Felipe pagaba 1200 pesos de los 4000 que ganaba en la f�brica. En TEA entraba con el turno noche. Calibraba m�quinas, pon�a aceite y las controlaba para dejarlas a punto. A las ocho de la ma�ana se iba. Generalmente segu�a camino a la UOM. "Su amigo Osvaldo lo notaba siempre como una persona muy inquieta �cuenta su hijo�. No era nervioso sino inquieto: siempre ten�a algo que hacer para la f�brica, para sus compa�eros, pero siempre por derecha: no pod�an ir y pedirle algo fuera del reglamento porque no se los iba a aceptar."
A partir de ese momento, la vida de Felipe parece dividida en dos partes. Una, m�s p�blica y conocida, dentro de la f�brica, donde de a poco y despu�s de estudiarse los libros que le iban prestando en la UOM empez� a bregar por los derechos de los trabajadores y se hizo delegado hasta su desaparici�n. Y una privada, con un hijo.
Cuando a Felipe lo secuestraron empez� la deriva para Eduardo. Por su historia personal, su padre hab�a cortado amarras con su familia y Eduardo pas� sus primeros a�os de vida de casa en casa. Estuvo con amigos, con un juez de menores, qued� anotado con una partida de nacimiento donde no s�lo no aparece el nombre de su madre sino tampoco de su padre: lleva el apellido de una de las mujeres de la casa de Flores. "Creo que eso fue pensado por mi pap� para protegerme �dice�, me anot� como hijo de Elbia porque habr� pensado que llevar su nombre era peligroso." A los cinco a�os, Eduardo viv�a con Elbia. Revolviendo los armarios un d�a encontr� los volantes que hab�a distribuido la JP cuando se llevaron a su padre: "Vallese vive" o "Queremos vivo a Felipe", ley�. Y la impresi�n fue tan fuerte que, dice, todav�a se acuerda de aquel momento: "Me acuerdo de las firmas de la Uni�n Obrera Metal�rgica que en esa �poca me preguntaba �qu� quiere decir UOM?".
Tard� un a�o y medio en contar sus sospechas: "Me parec�a que hab�a algo raro. Quer�a saber qu� pasaba porque cuando me preguntaban en el colegio qui�n era mi pap� y qui�n era mi mam�, mis amigos dec�an tal o cual y yo no sab�a qu� decir".
��Tiene esperanzas de encontrar a su madre?
�Tengo la esperanza porque saco c�lculos y ella tendr�a 62 a�os. Inclusive mi pap� alguna vez le dijo a Osvaldo Abdala el nombre de mi mam�. Ese hombre se lo olvid� pero entonces yo, como quien no quiere la cosa, lo llamo cada tanto por si se acuerda. No le miento, pero escrib� 192 nombres de mujeres en un papel como disparador: un activador de memoria, por ah� el hombre empieza a leer nombre por nombre.
De la Pe�a tiene encima la lista. Los nombres ocupan cinco columnas de dos p�ginas. Ana, Leonora, Armenia o Vanesa. De origen criollo, italiano o ingl�s.
��Intent� hacer alg�n otro tipo de b�squeda?
�S�, pero si tuviera el nombre. Porque no tengo el apellido, pero si tuviera el nombre al menos podr�a empezar. No s�, si se llamara Filomena trato de empezar a investigar sobre todas las Filomenas que existen en Argentina, en Belgrano, que nacieron entre tal a�o y tal a�o. Tendr�a una punta, de esta forma no tengo nada. No tengo nada.
��Busc� en el circuito de su pap� cu�l era?
�Es exactamente lo que pens�, si mi pap� se mov�a dentro del radio de Flores, entonces yo me dije: �l tendr�a que haber conocido a una chica de Flores, pero nada que ver. Pero tengo fundamentos, �l viv�a en Terrero y Canalejas. El mercado de mi abuelo estaba tres cuadras m�s arriba, en Donato Alvarez y Canalejas; mi pap� ten�a esa piecita en Morelos 628 y la f�brica estaba en Caracas y Canalejas. Y Plaza Irlanda estaba ah�.

Fuente: lafogata.org

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