Argentina: La lucha continúa
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Extracto de la presentación espontánea de Fernando Esteche en tribunales
"Por distintos medios de comunicación hemos tenido información fehaciente de
que, con fecha 1 de setiembre de 2006, los señores Jorge Kirszenbaum y Luis
Grynwald, en calidad de presidentes de la Delegación de Asociaciones Israelitas
Argentinas (DAIA) y de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA),
respectivamente, han interpuesto denuncia contra Fernando Esteche "y el resto de
los miembros del grupo ‘Quebracho’ que se encontraban el 23 de agosto de 2006 en
las inmediaciones de la sede diplomática iraní de Buenos Aires".
Motiva la presente el derecho que tienen los imputados a aclarar los hechos
antes que se promuevan las investigaciones.
Como es de su conocimiento, desde los últimos días de Julio el estado de Israel
atacó e invadió a su vecino la república del Líbano, en el marco del conflicto
histórico que lo enfrenta con las poblaciones y los estados del llamado Medio
Oriente. En este caso particular, la confrontación, que se había iniciado con la
previa invasión del estado Palestino y el secuestro de parte de sus autoridades,
habría tenido como objeto la organización Hezbolá, el partido más votado en las
últimas elecciones legislativas libanesas.
Las prácticas que llevó adelante el estado israelí durante esa agresión al
pueblo libanés no son el objeto de esta presentación, pero al solo efecto de
servir de marco a los hechos que mencionaremos bástenos mencionar, además de la
evidente violación de las normas internacionales que representa la agresión
misma, un informe de Amnesty Internacional donde esta organización con sede en
Londres, aseguró que entre el 12 de julio y el 14 de agosto, Israel cometió más
de siete mil ataques aéreos y otros dos mil quinientos bombardeos... estos
ataques causaron la muerte de más de mil cien personas, de los cuales un tercio
eran niños, además de causar más de cuatro mil heridos y 970 mil desplazados, lo
que constituye la cuarta parte de la población local. También podría mencionarse
la declaración del Secretario General de la Naciones Unidas, Kofi Annan,
denunciando la utilización, por parte del ejército israelí, de bombas de
fragmentación". (...)
"Es en este contexto que en nuestro país, en distintas ciudades y en diferentes
ámbitos, se sucedieron manifestaciones de repudio a lo que muchos no dudamos en
calificar como acciones terroristas y genocidas llevadas adelante por el estado
de Israel.
Estas manifestaciones de las que nuestra organización formó parte,
contaron con al participación de miles de compatriotas, enrolados en las más
diversas organizaciones, ya fueran sociales, políticas, de derechos humanos,
profesionales, etc. En todas ellas, reiteramos, el repudio fue explícito contra
las acciones del estado de Israel, y en solidaridad con los pueblos atacados por
éste. Adjuntaremos las solicitadas promovidas por las organizaciones sociales,
políticas, estudiantiles y de derechos humanos denunciando el genocidio y el
terrorismo de Estado de Israel en el Líbano y Palestina". (...)
"Es pertinente mencionar aquí, también, que los días 6 y 7 de agosto una
delegación de dirigentes de la comunidad judía argentina, encabezados por Luis
Grynwald (AMIA), Jorge Kirszenbaum (DAIA), acompañados por Abraham Szwarc
y miembros de la Organización Sionista Mundial (OSA), se entrevistó con las
autoridades del Parlamento israelí, con el presidente de Israel, Moshé Katzav,
con la canciller Tzipi Livni y con Ehud Olmert, primer ministro de ese país. Los
encuentros fueron '–entre otros puntos– para manifestar apoyo y solidaridad con
Israel'". (...)
"Ahora bien, en ese contexto de crisis provocada por los resultados de la
aventura guerrerista del estado israelí y aplaudida por estos dirigentes
comunitarios, cuando la situación en el Líbano ya se descomprimía y las partes
acordaban aceptar la intervención de una fuerza de paz de la ONU y cuando todos
las lecturas acordaban en destacar el papel político central de la organización
Hezbolá (hasta el punto de que el secretario de la ONU anuncia en estos días
aceptar un pedido de mediación de "ambas partes", Israel y Hezbolá); cuando, por
otra parte, escalaban a la primera plana la decisión del gobierno de Irán de
seguir adelante con su programa de desarrollo de la energía nuclear con fines
pacíficos y las amenazas del gobierno de EEUU contra ese país, ocurren los
hechos que motivan estas presentaciones". (...)
"En ese contexto, la convocatoria del Movimiento Patriótico Revolucionario
Quebracho, tuvo por objetivo la solidaridad expresa en la sede de representación
de un estado que, sin ser parte explícita del conflicto hoy desatado y aún
vigente de Medio Oriente, viene siendo sistemáticamente agredido e inculpado,
por no decir que amenazado tanto por la potencia de Israel, como por la potencia
de Estados Unidos. Ese fue, como lo expresamos en el lugar, nuestro objetivo y
lo consideramos dignamente cumplido. No nos afectan las consideraciones
interesadas y tendenciosas de quienes apostaron todo a una política guerrerista,
agresiva, terrorista y genocida y ahora buscan colocarse en el lugar de los
ofendidos y víctimas para disimular no sólo su derrota sino el hecho de haber
enlodado la dignidad de quienes dicen representar". (...)
"Esta dirigencia que eligió ser cómplice de quienes, de existir justicia,
deberían terminar condenados por crímenes de guerra, ha desatado una miserable
campaña contra nuestra organización y sus miembros acusándonos de cosa tales
como terrorismo, antisemitismo, antijudaismo, fascismo, etc... Sólo por
reflexionar, nos detendremos en algunas de las expresiones que los dirigentes de
las entidades israelitas en Argentina han mencionado acerca de nuestra fuerza.
Expresiones tales como las del Dr. Toker, Secretario General de la DAIA, quien
refiriéndose a Quebracho, sostuvo que éste es un grupo antisemita, amén de
manifestar que 'este grupo es una organización terrorista porque se tapan la
cara, se esconden, van con palos...' creemos que marcan la política de
estigmatización que han sembrado dentro de nuestro país. Más áun, dejan en
evidencia estas palabras cuando manifiesta que: 'nuestra entidad como sectores
de la comunidad árabe luchamos para no trasladar el conflicto de medio oriente a
nuestro país, pero los salvajes, los extremistas, quieren hacerlo para canalizar
su odio anti judío a través de estas manifestaciones que son realmente
bárbaras...'.
Señoría, nada más alejado de la verdad y anda más cercano al agravio en estas
expresiones. Ni los miembros de nuestra organización somos salvajes o bárbaros
(calificativo por demás repudiable por cierto), ni mucho menos terroristas, como
este Sr. dice. Además, sería ridículo sostener que somos nosotros quienes hemos
trasladado el conflicto de Medio Oriente a nuestro país. Salvo, claro, que se
nos quiera ver como los artífices de las multitudinarias movilizaciones de
repudio a la aplicación del terrorismo de estado de Israel, tal como rezaban las
pancartas que encabezaban dichas actividades, acordadas por infinidad de
organizaciones políticas, sociales, organismos de derechos humanos, etc. No
somos quienes nos hemos opuesto una y otra vez a la guerra quienes podemos ser
caracterizados de terroristas, mientras que, debemos decir, las prácticas
desarrolladas por aquel estado que el Dr Toker defiende, incluida la
legalización de la tortura, el confinamiento de menores dentro de prisiones
asimilables a campos de concentración, más las prácticas ya mencionadas y
repudiables en el marco de las actuales agresiones a los países vecinos, se le
acercan bastante.
Nos parecen, en este sentido, de gran valor las siguientes reflexiones
aparecidas el mismo 20 de julio en el citado Clarín: 'Sin arrogarse la
representación de nadie, Eduardo Nachman repudia 'la política del Estado de
Israel, que implementa los métodos que dice combatir' ... Y advierte: 'Es muy
peligroso confundir antisemitismo con estar en contra de las autoridades del
gobierno israelí, o confundir ser judío con ser israelí''.
En ese sentido, nos arrogamos el derecho de hacer una breve caracterización de
nuestra organización, sobre todo dando respuesta a la insistente acusación de
una práctica o posicionamiento antisemita o antijudío.
Nuestra organización, ni por sus prácticas, ni por sus posicionamientos
ideológicos, ha manifestado jamás ningún tipo de prejuicio contra gente de
cualquier tipo de profesión religiosa. Y esto, atendiendo a que dentro de
nuestra fuerza, conviven cientos de compañeros de las más diversas creencias,
(entre ellos miembros de la religión judía), pero además compañeros procedentes
de distintas tradiciones culturales y nacionales; siendo nuestro único punto de
comunión, una idéntica concepción acerca de la naturaleza de nuestra sociedad,
acerca de la condición de las injusticias que existen en su seno y acerca de la
necesidad de operar las transformaciones proclives a construir un país inclusivo
desde lo político, lo económico, lo social y lo cultural para todos aquellos que
lo habitamos.
Más aún, es justamente ese tipo de concepciones, en torno a la necesidad de
construir una sociedad más justa, la que nos lleva asimismo a tener como pilar
fundamental el de la indispensable solidaridad que debe existir entre los
pueblos. Por eso, sostenemos con vehemencia que no debemos apoyar cómplicemente
ningún tipo opresión del hombre por el hombre, propiciando la libre expresión de
los pueblos, el ejercicio de su soberanía y la construcción de su destino. Esto
que parece una verdad evidente, lamentablemente no es frecuente en el marco del
contexto mundial, donde Ud sabe, las agresiones bélicas por el dominio del
mundo, de los resortes de poder y, sobre todo, de los recursos naturales,
arrasan con poblaciones enteras, devastan territorios y convierten a la
condición humana en víctima de su propia crueldad. Sobran ejemplos de esto que
le mencionamos, y casualmente, la zona del Medio Oriente, ha tenido la desdicha
de aportar demasiado sufrimiento en este sentido. No es necesario Señoría, que
nosotros le traigamos a la memoria la triste experiencia de Irak, un país
invadido y destrozado, sumido en una espiral de violencia donde el grueso de las
víctimas son, como siempre, los civiles. Tampoco, señoría, necesitamos
recordarle la existencia de espacios horrorosos de tortura y confinamiento, como
el caso de Guantánamo, donde son arrojados sin ningún tipo de garantía o
proceso, todos aquellos identificados con las resistencias de los pueblos
oprimidos, causal y especialmente los estigmatizados con el mote de islámicos o
pro islámicos, y donde las vejaciones a la condición humana tocan límites
inimaginables.
De esto hablamos Señoría, cuando le decimos que nos definimos por la solidaridad
con los pueblos agredidos y atacados por las políticas del imperialismo. Hemos,
en reiteradas veces, manifestado nuestro repudio a la guerra de Irak. De igual
modo que hemos manifestado la solidaridad con la república hermana de Venezuela,
cuando fuera atacada, víctima de un promovido golpe de Estado. O de la misma
manera que somos solidarios con la República de Cuba, luchando por el
levantamiento del bloqueo y el reconocimiento institucional de la isla. De ese
mismo modo, Señoría, es que junto a miles de compatriotas, hemos definido desde
el momento en que se iniciaron los enfrentamientos bélicos en el marco de la
guerra que inicialmente fue contra Palestina, y que después se extendió a Líbano
y que amenazó con propagarse para el resto de los países vecinos, la solidaridad
con los pueblos agredidos de aquellos estados, que debieron soportar, y aún lo
hacen hoy algunos de ellos, los atropellos causados por una potencia militar
como Israel, acusada por las propias autoridades de la ONU de haber violado las
mismas leyes de guerra.
Señoría, nosotros hubiéramos sido solidarios con ellos, con los pueblos
atacados, con o sin declaraciones de Kofi Annan al respecto, porque la sola
evidencia de más de un millar de muertos civiles, las imágenes de ciudades
arrasadas, de infraestructura devastada y de países que han sido arruinados, nos
hubiera hecho estar indiscutiblemente del lado de los agredidos. Pero, por si la
evidencia que a ojos vistas es suficiente, los mismos funcionarios de la ONU
(organismo que no ha brillado por ser ecuánime en la búsqueda de resoluciones de
los conflictos de la zona) dejan en evidencia el uso de armas prohibidas, amén
del bombardeo y asesinato de sus hombres en el campo de guerra, así como del
desprecio por el cumplimiento del alto al fuego. Esto, sin mencionar que
en Palestina siguen en pie las hostilidades, y prácticamente todo el parlamento
democráticamente elegido, ha sido tomado prisionero por parte del estado de
Israel.
Por eso, Señoría, se nos hace imperioso volver a dejar en claro un punto
esencial. Referente a nuestra caracterización como parte de una organización
antisemita, señoría, debemos decir que hasta aquí, nada de lo mencionado
entendemos que tiene una lógica de análisis que no sea la del conflicto
geopolítico entre estados, donde además hay que eventualmente incorporar al
análisis, el rol que las resistencias y las organizaciones populares al interior
de los estados atacados ha jugado en el seno de la defensa de la soberanía. Lo
repetimos, hasta acá, hablamos de política. En ningún momento, hemos hecho
referencia a la cuestión religiosa, y eso tiene que ver, en que no encontramos
en la cuestión religiosa ningún fundamento que explique este conflicto. Del
mismo modo, cada vez que nos hemos manifestado en nuestro país, no ha sido por
una adhesión religiosa, sino que ha sido en los términos estrictos de la
solidaridad política con los pueblos agredidos y en el repudio taxativo de los
estados agresores.
Por eso, nosotros condenamos y repudiamos el accionar del estado de Israel,
sostenemos como durante muchos años lo ha hecho la ONU que el sionismo es una
ideología racista, creemos que dada la génesis histórica del estado de Israel,
las indefiniciones sobre sus fronteras, sus políticas poblacionales semejantes a
las del tristemente recordado apartheid y sus prácticas de carácter
colonialista, su existencia en los términos actuales y en los términos que
defiende la ideología sionista es pasible de un legítimo debate político, y no
vemos cómo todo esto puede significar, por ejemplo, ninguna discriminación hacia
nuestros compatriotas de la comunidad judía argentina ni a ninguna expresión
religiosa o étnica.
Sí creemos que algunos intereses políticos nacionales e internacionales son
incompatibles con los intereses de nuestro pueblo y nuestra patria, y a ellos
nos enfrentamos. Hemos sido agredidos y reprimidos más de una vez por nuestra
coherencia en esa conducta y estamos comprometidos a no permitir que eso ocurra
impunemente; nuestra dignidad de argentinos, nuestro compromiso con la heroica
historia de nuestro pueblo, no nos lo permite. En ese marco, sólo los hipócritas
que aplauden las bombas de racimo 'en defensa de la Paz', que defienden la
inmoral teoría de que los bombardeos de Israel se justifican porque Hezbolá (es
decir una organización popular que, como ya dijimos, ganó las últimas elecciones
legislativas) se esconde entre la población, que creen que la solución a algún
problema puede estar en el 'aplanamiento' de las aldeas y en que los ministros y
diputados de la Autoridad Nacional Palestina son prisioneros y los soldados de
las Fuerzas de Defensa Israelíes 'secuestrados', se pueden sentir agredidos o
amenazados. Nuestra intención nunca fue agredir a nadie sino simplemente, como
ya dijimos, solidarizarnos en la defensa del territorio de un país amigo de la
Argentina aparte del buen nombre y honor de todos los argentinos que no
defienden otro interés que el de nuestro pueblo y nuestra patria, y que,
justamente, no aceptan aparecer como agresores de otros pueblos.
Como verá, Señor Juez, el trasfondo y los hechos mismos a los que referimos son
de carácter político e involucran cuestiones de política internacional junto a
mezquinas 'internas' de funcionarios políticos de organizaciones públicas de
nuestro país. Creemos un serio error y un camino sin retorno para las libertades
públicas y democráticas la judicialización de la confrontación política y lo
exhortamos a rechazar a quienes pretenden valerse del sistema judicial como
herramienta de operatorias políticas y de persecución de quienes militan no sólo
otra ideología y otra política, sino otra moral.
Sin desmedro de todo ello, creemos que la actitud de los dirigentes de
determinadas organizaciones de la comunidad judía, como los sres. Kirszenbaum y
Grynwald, Julio Toker, Silvio Rossjansky y otros que han hecho acusaciones y
calificaciones sobre nosotros, afecta y daña no solamente a nuestra organización
y a sus miembros, sino a muchos argentinos y al conjunto de nuestra sociedad que
se ve amenazada por actitudes de los mismos pasibles de ser encuadradas en tipos
penales. Mención aparte y destacada merece el grupo de personas indeterminadas y
hasta ahora anónimas que convocó al fallido ataque a la embajada.
Consideramos, entonces, que la conducta de estos individuos debe ser investigada
en términos de los artículos penales que se considere oportuno, pero
manifestando nuestra más alta preocupación por el permanente sentimiento de
persecución, estigmatización y discriminación de nuestra identidad (tildándonos
de bárbaros, salvajes o peor aún, de terroristas). Asimismo, entendemos que la
denuncia que motiva esta presentación espontánea, llevada a cabo por los Sres
Kirszenbaum y Grynwald, Julio Toker, Silvio Rossjansky y otros, linda con la
intimidación pública, promoviendo la investigación de falaces delitos no
cometidos, con el mero fin de amedrentar a quienes le son críticos. Esto debe
ser tenido en cuenta dentro del contexto más amplio dentro del cual fuera
denunciado como parte o adherente de un partido libanés un periodista de canal
7, o en el marco de la reunión que los titulares de las entidades AMIA y DAIA
mantuvieron con las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA,
para cuestionar la existencia de afiches contrarios a la postura de Israel en la
guerra. Todas estas acciones intimidatorias respecto a la existencia de un
estado de libre crítica y disenso, deben ser consideradas en el contexto de las
relaciones de poder que la investidura de sus entidades les otorga, por no
mencionar el caso de las intromisiones del Embajador de Israel en la Argentina,
quien ha hecho abuso de las potestades de su representación diplomática en pos
de una actitud persecutoria contra quienes no le fueron condescendientes. En ese
marco, Señoría, entendemos que la actual denuncia en nuestra contra, debe ser
tenida dentro de una política difamatoria y agraviante que involucra ya no sólo
a nuestra organización, sino a diversos sectores de la comunidad nacional".
MPR-QUEBRACHO
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