Argentina: La lucha continúa
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La Casa Blanca está furiosa porque Fidel es aclamado y
se rompe el bloqueo a Cuba
Emilio Marín
Al final la numerosa delegación cubana a la XXX reunión del Grupo Común del
Mercosur (cancilleres y ministros de Economía) y la XXV cumbre de presidentes
que deliberaron en Córdoba, estuvo encabezada nomás por Fidel Castro. Como
trasuntando que las relaciones de La Habana con Moscú siguen vigentes como en
los años de la ex URSS, aquél llegó al aeropuerto de Pajas Blancas en un avión
ruso Ilyushin T1280.
Ni sumando el eco del arribo de los otros ocho mandatarios asistentes a la
cumbre, incluido Néstor Kirchner, se acercó a la expectativa generada por la
llegada del comandante en jefe cubano. "Es un pedazo de historia", coincidieron
los medios y políticos de todos los colores partidarios. "Bravo Fidel" tronó
algún periodista en el Centro de Prensa del complejo Ferial, a muchos kilómetros
de la pista de aterrizaje, cuando las imágenes televisivas de ese arribo
aparecieron en los monitores. Y allí también los aplausos y vítores indicaron
que la abrumadora mayoría de los cronistas estaba feliz con que el hombre del
uniforme verde oliva llegara a Córdoba por primera vez (en 1959 y 2003 estuvo en
Buenos Aires y en 1995 en Bariloche).
El hombre cumplirá 80 años el 13 de agosto y venía racionando sus salidas al
exterior. ¿Qué cosa importante lo llevó a emprender viaje junto al
vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque? La respuesta nos
remite al acuerdo económico firmado ayer con los países del Mercosur, por el que
se generalizan las ventajas comerciales recíprocas que La Habana tenía firmado
individualmente con algunos de ellos.
Se dijo que la isla tiene acuerdos con Argentina para comercializar 1.300
productos con un sistema de preferencias arancelarias y que a partir de ahora
tiene interés en duplicar esa cifra. Pero ya no será en términos bilaterales
sino en el marco del convenio con los cinco miembros del Mercosur, pues a los
cuatro fundadores se agregó Venezuela a partir del 4 de julio.
Esos instrumentos tienen un valor que trasciende en mucho a lo
comercial-financiero. Su significado es político: implica que el bloqueo
estadounidense contra la mayor de las Antillas ha recibido un golpe estratégico.
Si bien el Mercosur no tiene la envergadura económico-poblacional de la Unión
Europea y la Asociación de naciones de Asia, lo suyo no es para nada
despreciable porque significa el 75 por ciento del Producto Bruto Interno de
Sudamérica.
En contraste con la buena onda de la mayoría de los cordobeses y las
delegaciones oficiales para con la representación cubana, no podían faltar los
críticos del acercamiento de ésta al Mercosur.
Críticas mal intencionadas
Un argumento economicista giró en torno a la supuestamente pequeña significación
de la economía caribeña, de poco impacto en el intercambio. "¿Qué nos pueden
vender los cubanos, aparte de ron y habanos" dijeron esos críticos de la única
nación socialista del hemisferio occidental.
La enunciación de esa objeción revela ignorancia y/o la mala fe, pues pasa por
alto que la isla puede vendernos, y de hecho ya lo hace, vacunas, medicamentos y
otros productos salidos de sus polos científicos y biomedicina. Lo suyo va más
allá del ron Havana o sus famosos cigarros. También nos ayuda con los programas
de alfabetización "Yo sí puedo", que a municipios como Tilcara, Jujuy, libró del
flagelo del analfabetismo. Estos intercambios son clave, aunque no se facturen
en dólares ni figuren en la estadística de la balanza comercial.
Esos análisis "contables" también pasan por alto que en intercambio educacional
Argentina es la deudora. Desde 1999 hasta hoy casi 400 alumnos de escasos
recursos estudian gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Ciencias
Médicas (Elam) en La Habana. Los primeros 46 graduados recibieron sus títulos el
año pasado. Y todo eso, hecho con mucho amor y espíritu solidario, cuesta plata.
Las diferencias de apreciación sobre si hay que poner el acento en los negocios
o en la integración soberana, afloraron ayer viernes en los discursos de los
presidentes. No todos pusieron el énfasis en mejorar la situación social de la
gente pero sí lo hicieron Hugo Chávez, Evo Morales y Fidel Castro. Este último
aludió a la principal riqueza de Cuba: el capital humano.
Algunos de los mandatarios, avarientos, estaban predispuestos a convalidar el
ingreso de Venezuela al bloque regional por una cuestión de dinero. Pensaban en
el barril de crudo rozando los 80 dólares y en la Franja del Orinoco como una de
las grandes reservas de crudo del mundo.
Pero esos mismos políticos mercantilistas no deben haber reflexionado mucho
sobre las palabras del comandante en jefe cubano cuando, en la clausura de la
Cumbre, los llamó a hacer una "pesquisa activa casa por casa" en sus respectivos
países, para detectar cuántas son las necesidades de operaciones de la vista.
Tentativamente él las estimó en 30 millones de personas que las requieren en
Latinoamérica y, con humildad, manifestó que junto con Chávez hicieron planes
como para intervenir gratuitamente seis millones en diez años.
Mal que les pese a sus críticos, los líderes de Cuba y Venezuela tienen el
"know-how" para encarar muchas de las asignaturas sociales pendientes en el
Mercosur. El "cómo hacerlo" no sólo vale como tecnología para lanzar productos
ventajosos al mercado sino también, y más importante aún, para superar las
lacras de la mortalidad infantil, analfabetismo y demás enfermedades impropias
del siglo XXI.
Bush sangra por la herida
Los gobernantes más amigos de la Casa Blanca dentro de la región no se hicieron
presentes en Córdoba. El colombiano Alvaro Uribe, el peruano Alejandro Toledo y
el mexicano Vicente Fox se quedaron en casa y mandaron a cancilleres o
vicepresidentes. El lobby proestadounidense quedó entonces muy disminuído.
Uruguay, cuyo ministro de Economía Danilo Astori había planteado la posibilidad
de que su país fuera autorizado a firmar un Tratado de Libre Comercio con EE.UU.,
debió aclarar luego por medio del canciller Reinaldo Gargano que tal firma no
está a consideración de Tabaré Vázquez.
Con la derecha rehuyendo la confrontación de ideas con el bloque
Fidel-Chávez-Evo, tal misión quedó en manos de algunos periodistas o medios de
comunicación, en una muestra de debilidad.
Algunos se limitaron a pasar el aviso, como el presentador de TN en la
medianoche del jueves, cuando desde Buenos Aires comentó el arribo del "dictador
Fidel Castro". Otros le dieron manija durante buena parte de la mañana del
viernes, como la Cadena 3, con Mario Pereyra y Miguel Clariá, que además de
tratar de "dictadura" al gobierno isleño, hicieron una larga entrevista a la
médica contrarrevolucionaria Hilda Molina, que los atendió vía telefónica en La
Habana. Molina dijo que los 11 millones de cubanos son "esclavos" y que Fidel
era un dictador, lo que motivó llamados de algunos oyentes ironizando que tan
dictador no debía ser si una acérrima enemiga suya podía dialogar tan
tranquilamente con las radios argentinas y decir tales barbaridades.
Reflejando pobreza de argumentos para atacar a Cuba, "La Nación" y el grupo
pronorteamericano Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal)
tomaron como estilete el caso de esa médica jubilada. Los columnistas Joaquín
Morales Solá, Jorge Elías y Fernando Laborda (éste último es parte del programa
radial de Cadal en una radio porteña), publicaron sus artículos el viernes 21
urgiendo a que Néstor Kirchner planteara a su colega cubano el caso de la
contrarrevolucionaria. Si no lo hacía sería una traición a la bandera de los
derechos humanos tan cara al gobierno.
Los argumentos del director de Cadal, Gabriel Salvia, fueron de película, al
escribir que "EE.UU. es el principal exportador a Cuba", que ésta puede realizar
"transacciones comerciales con todos los países del mundo por lo que no existe
técnicamente ningún ´bloqueo´como ligera e inapropiadamente se afirma".
También en esto los proestadounidenses locales son tan poco afectos a la verdad
como su mentor Bush. O más aún, pues el texano presentó el lunes 10 de julio el
informe de la "Comisión de Asistencia a Cuba Libre" reforzando con 80 millones
de dólares el bloqueo y demás actividades terroristas contra la patria de José
Martí.
El diario vocero de la Sociedad Rural y Cadal, financiado por la embajada
norteamericana y la Konrad Adenauer, tienen idéntica posición que EE.UU.,
Israel, Islas Marschall y Palau cada vez que se somete a consideración el
bloqueo contra Cuba. Vienen perdiendo desde 1992 y ahora por goleada: el año
pasado el score fue 182 a 4.