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La semana politica
Persiste la relación de dependencia con EE.UU. y le hace mal a nuestro país
En junio último The New York Times destapó que la administración Bush, por
medio de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), espiaba los movimientos
financieros de todo el mundo luego de presionar a Swift, la entidad que
centraliza esas operaciones desde Bruselas.
LA ARENA quiso saber entonces cuáles eran los bancos argentinos que habían
proporcionado esa información sensible de sus clientes a la voracidad del
espionaje estadounidense. Ni el gobierno nacional ni las entidades financieras
dijeron esta boca es mía.
En la primera semana de julio Clarín publicó noticias muy inquietantes para la
soberanía y alarmantes respecto a la seguridad bancaria: una decena de bancos
del sistema financiero local había sido espiado por la inteligencia de Estados
Unidos.
Quería decir que la NSA chupaba los datos por partida doble: vía Swift en
Bélgica y directamente en Buenos Aires. Peor aún, una segunda información del
diario que presume de tener la mayor tirada en Argentina indicó que había sido
espiada por los norteamericanos la ministra de Economía Felisa Miceli. Todas las
pinchaduras de teléfonos se habían hecho con equipos digitales Applied Signal
Technology ATS modelo 128, utilizada por la NSA y capaz de succionar 11.520
líneas al mismo tiempo.
Los especialistas en informática de la UBA y la UTN también detectaron que con
idénticos equipos estadounidenses se habían intervenidos los teléfonos del
diputado oficialista Remo Carlotto, hijo de la titular de Abuelas de Plaza de
Mayo. Obviamente en este caso no estaban rastreando movimientos financieros sino
cuestiones políticas.
Cabe recordar que tiempo atrás, aunque no pueden ser atribuidos con certeza a la
misma central del Norte, se interceptaron ilegalmente los correos electrónicos
del juez federal Daniel Rafecas, el periodista Daniel Santoro, el ex jefe de
gobierno porteño Aníbal Ibarra y el miembro de la Corte Suprema de Justicia Raúl
Zaffaroni.
El saliente embajador norteamericano Lino Gutiérrez, preguntado si la violación
de las telecomunicaciones de Miceli tenía que ver con la agencia de seguridad de
su país contestó con una cerrada negativa. Dijo que su gobierno estaba "tratando
de combatir el terrorismo financiero internacional y en eso había cooperado
mucho el Banco Central y a nivel privado". Basándome en esa declaración, Martín
Redrado y los dueños de bancos privados tienen que aclarar qué tipo de
información entregaron a la NSA, que es como decir el Pentágono y la CIA.
Sea que ese espionaje esté husmeando a ministros, legisladores y bancos, o que
algunas autoridades locales y banqueros le proporcionen los datos, o que ambas
cosas se combinen, se trata de un grave atentado a la soberanía nacional.
Lástima que en el Congreso toda la discusión, a los gritos, gire en torno a los
Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y los superpoderes, que serían aprobados
en Diputados el 2 de agosto.
Una intromisión
La injerencia norteamericana vá mucho más allá del "chupado" de líneas
telefónicas, faxes y correos electrónicos. Generalmente se realiza a cara
descubierta: el embajador Gutiérrez siempre hizo lobby públicamente sobre la
conveniencia de que Argentina siga las políticas trazadas por Washington.
El Area de Libre Comercio de las Américas (Alca) y los ejercicios militares
combinados en nuestro territorio quedarán como asignaturas pendientes para su
sucesor Anthony Earl Wayne a partir de setiembre próximo.
El diplomático que se está despidiendo en forma tan prolongada como Los
Chalchaleros se congratuló de que el gobierno K colaborara con la Casa Blanca
con informaciones bancarias. También subrayó el aporte de soldados a la Misión
de Estabilización de Haití (Minustah).
En sendos reportajes concedidos a Clarín y "La Nación", Gutiérrez destacó que
"Argentina sigue siendo un aliado extra OTAN de los EE.UU. y un socio muy
importante".
Esas palabras sirven para volver a preguntar al presidente Kirchner y la
ministra de Defensa Nilda Garré: ¿qué esperan para dar de baja nuestra membresía
en el tratado militar imperial? En 1997 Menem logró esa "distinción" luego de
enviar dos barcos a la primera Guerra del Golfo, dar de baja el proyecto
misilístico "Cóndor II" y entregar la Fábrica Militar de Aviones a la Lockheed
Martin, amén de haber silenciado los reclamos de soberanía sobre Malvinas.
El diplomático cubano-estadounidense no se quiso ir de Palermo sin presionar a
la Casa Rosada en un tema delicado, como es su relación con Venezuela. Tiró con
munición gruesa contra Hugo Chávez, acusándolo de diezmar a la oposición interna
y la prensa, armar milicias populares y apoyar a los gobiernos de Irán y Corea
del Norte.
Esa descalificación política llegaba cinco días después que el mandatario
argentino hubiera viajado a Caracas a firmar nuevos acuerdos comerciales con
Chávez y evaluara que allí hay "una democracia plena".
La intromisión del imperio está a la vista. Quiere condicionar la política
exterior argentina y meter una cuña profunda entre nuestro gobierno y el
bolivariano, sindicado como eje del mal. La jugada política es obvia: debilitar
el Mercosur y relanzar el Alca. En vísperas de la XXV reunión de presidentes del
mercado del sur en Córdoba sería bueno tener esto en cuenta.
De eso no se habla
Un punto favorable del Palacio San Martín fue que retomó algunas iniciativas
respecto a Malvinas.
Jorge Taiana estuvo en la OEA y la ONU, reuniéndose con Kofi Annan y hablando
ante el Comité de Descolonización para insistir en que el Reino Unido debe
dialogar sobre la cuestión de la soberanía. La protesta de nuestro canciller se
encendió con la mala nueva de que los kelpers estaban entregando licencias de
pesca no por un año sino por 25.
Ese comité, a propuesta de Chile, exhortó otra vez a Londres a sentarse a la
mesa. Pero los resultados prácticos no pudieron ser peores pues a la ONU llegó
una comunicación del Foreing Office. El canciller británico Geoff Hoon
manifestaba que no habrá tal negociación bilateral pues debe privilegiarse el
derecho de los habitantes de las islas.
Los kelpers no tienen la menor intención de permitir una resurrección de los
derechos argentinos. Ellos viven bien bajo la protección político-militar
londinense y con los ingresos de las licencias de pesca y exploración petrolera.
En una de las áreas marítimas, la Falkland Oil and Gas estimó reservas por 60
billones de barriles de petróleo y gas.
En contraste, las reservas de Argentina, dilapidadas por los monopolios, sólo
alcanzarían para nueve años de petróleo y doce de gas.
Surge naturalmente que el gobierno nacional debiera endurecer su política,
afectando a British Gas y otras firmas británicas, llevando el tema Malvinas a
la Asamblea General de la ONU y pidiendo a Uruguay, Brasil y Sudáfrica que no
permitan entrar en sus puertos ni aeropuertos a barcos o naves británicas que
van o vienen del archipiélago. Una política malvinera requiere independencia de
EE.UU. y dar de baja lo de "aliados especiales extra-OTAN", que lleva otra vez
al punto de partida. ¿Ser o no ser independientes? Esta es la cuestión.
Daños económicos
La dependencia es un fenómeno complejo que invariablemente termina o comienza,
según se mire, en las raíces económicas y financieras. Es la historia del país
que formalmente se declaró independiente en Tucumán y pocos años después firmaba
el empréstito con la Baring Brothers.
El embajador norteamericano hizo ostentación de que las compañías de su país son
500 y dan empleo a unas 200.000 personas. Ese es el costado amable del asunto,
que tiene su reverso en la acción depredadora del Citibank y BankBoston en el
vaciamiento que estalló en 2001.
El fiscal Federico Delgado pidió el procesamiento de Domingo Cavallo y la
citación a declarar de David Mulford, ex vicepresidente del First Boston e
ideólogo del "megacanje" de la deuda externa. La operación significó para
Argentina un perjuicio de 55.591 millones de dólares, tras canjear sus viejos
títulos por otros nuevos, más otros 150 millones en comisiones cobradas por los
banqueros.
O sea que esos bancos y multis tienen mucho que ver con el empobrecimiento
generalizado aqu{i y en otras latitudes latinoamericanas. Esos intereses no se
pueden hacer los desentendidos cuando el Indec informa que el 20 por ciento de
los compatriotas vive con 2,75 pesos diarios, 92 pesos al mes.
No son viejas historias. Dos semanas atrás, EE.UU. hizo fracasar la Ronda Doha
de la Organización Mundial de Comercio en Ginebra, al negarse a recortar sus
subsidios agrícolas pese al reclamo del Grupo de los 20 integrado por Argentina.
El imperio vulneró otra vez al Tercermundo. Está en su naturaleza, como en la
del escorpión de la fábula, que picó a la rana que lo llevaba a cuestas cruzando
el río.
Fuente: lafogata.org