Argentina: La lucha continúa
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La Plaza del 25
El kirchnerismo
Hugo Presman
Argenpress
Después de tres años de acumulación política, el kirchnerismo tuvo su acta bautismal en la histórica Plaza. En el desangelado tiempo político reinante, resulta significativa una concentración de alrededor de ciento cincuenta mil personas. Impensable desde el atalaya del 19 y 20 de diciembre del 2001. Donde "el que se vayan todos" sintetizaba incorrecta pero con precisión el hartazgo de las tres décadas en que la política quedó prisionera vergonzosamente y sin mediaciones de los sectores concentrados de la economía.
El azar en la historia reciente fue un protagonista impensado. Cuando la implosión de la convertibilidad y sus consecuencias expulsó en helicóptero a Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde llamó a Jorge Remes Lenicov para que consumara el trabajo sucio con una sierra de carnicero. Cumplió el mismo papel que Erman González, quién preparó el campo para la aplicación por Cavallo de la convertibilidad. Roberto Lavagna, que fue designado por la tardanza en llegar de Guillermo Calvo. Este último es un exponente consumado del establishment financiero y de los organismos internacionales. Una increíble fortuna acompañó a la ignorancia económica del ex gobernador bonaerense. La gestión de Lavagna, un conservador heterodoxo, aprovechó con algunas virtudes propias, el rebote de la peor crisis de la historia argentina.
La confusión de Duhalde en el campo económico, disciplina que ignoraba, la reiteró en el campo político donde siempre fue un hábil tejedor de poder. Para derrotar a Menem, tentó a dos menemistas confesos: De la Sota y Reutemann. Por descarte y como alternativa desesperada apareció Kirchner cuya atracción política competía en frialdad con el glaciar Perito Moreno. Colocado en una alternativa débil e impensada, Kirchner transformó en tres años su anemia en una fortaleza política disciplinando a todo el justicialismo, donde hoy los intendentes duhaldistas junto con políticos y sindicalistas ultra menemistas, se disputan la profundidad del amor al santacruceño. Sin escalas pasan de las privatizaciones a la estatización, del rol prescindente del Estado a su participación activa, de la vieja a la pretendida nueva política. Los mismos actores ahora interpretan un nuevo papel. Sin el menor atisbo de reconsideración de las posiciones anteriores. Como si siempre hubieran sostenido lo que ahora afirman.
El kirchnerismo tiene la dualidad de ser en algunos aspectos relevantes una ruptura de la década del noventa y en otros significativos una continuación. La parcialización en el análisis lleva a desatinos e incomprensiones.
Al mismo tiempo que Kirchner alineó a sus seguidores, la oposición se debate en una fragmentación y desconcierto mayúsculo. Eso convierte a la realidad nacional e internacional y las tareas pendientes o las realizadas incorrectamente como el verdadero obstáculo futuro, la real oposición.
Un ejemplo es la búsqueda desesperada de los restos del alfonsinismo y el duhaldismo de encontrar en Roberto Lavagna, una especie de Fernando Henrique Cardozo local, de menor envergadura, peronista, socio hasta ayer del kirchnerismo, el candidato que enfrente a la alternativa oficial en el 2007.
El kirchnerismo
Es una mezcla de propuesta de capitalismo nacional, de verticalidad vigorosa típicamente peronista, de construcción de poder justicialista agrupando lo alineado, de reivindicación teórica de ideales de la juventud peronista línea tendencia revolucionaria pasado por el tamiz de más de tres décadas de derrotas, de enarbolamiento de la bandera de los derechos humanos hacia el pasado como versión radicalizada de las propuestas tibias y temerosas de la Alianza. Una realización construida con un fuerte disciplinamiento, con un manejo de premios y castigos vía apertura o cierre de la caja, con una dialéctica planteada en los términos amigo- enemigo.
Es una arquitectura política endeble. Como se pregunta el ensayista José Pablo Feinmann "¿Para que querés sacarle la basura a tu enemigo? Si le sacas la basura es lo mismo, te metes el enemigo adentro nomás….Que ventaja es sacarle los alacranes al contrario? Lo tenés con vos ¿Eso te da más poder?"
La construcción del enemigo es fundamental en este diagrama. En muchos casos se elige no al principal sino al que se lo puede castigar sabiendo que está imposibilitado de capacidad de respuesta. En esos casos se actúa como esos goleadores que acumulan goles haciendo el tercero y el cuarto ante Olimpo, el quinto ante Tiro Federal. Como dicen en el Norte, rasca bien, pero no donde pica. Nunca el primer gol contra Boca, el que define ante Independiente. No es exactamente el caso de Kirchner, que ha concretado goles de los complicados. Pero en muchos casos, con su juego para la tribuna, pega donde sabe que no pueden devolverle (ejemplo: desafortunado discurso, en líneas generales, más allá de algunas definiciones precisas, en el Colegio Militar, día del Ejército) y al mismo tiempo envía un mensaje de alerta para los que si tienen capacidad de respuesta.
Composición social de la plaza
Más allá de las eternas anécdotas sobre la cifra de la concurrencia y cuanto hubo de organización y espontaneísmo, la composición de los presentes fue mayoritariamente de los obreros formalizados y de los excluidos. Muy poca clase media, muchos rostros con falta de piezas dentarias, el certificado más palpable de la pobreza, hombres y mujeres desprovistos de anteojos, porque los obreros y los excluidos "carecen" de problemas visuales. Ropa largamente amortizada con cansancio de uso y concurrencia en familia. Un muestrario palpable del descenso del nivel de vida de los sectores populares de la Argentina en estos treinta años.
Alegría medida, presencias provincianas más interesadas en conocer la ciudad inmensa y lejana que el discurso presidencial. La Argentina que continúa en el infierno, camino al purgatorio, con los atisbos de moderado optimismo que la convoca. Una politización acorde a los tiempos desangelados. Una concurrencia imposible de convocar, en las mismas condiciones por ninguna otra alternativa política.
La burguesía ausente y aprobando a disgusto
En las dos citas siguientes, quedan sintetizadas las miserias de la burguesía, que está ganando cifras impresionantes, que firma solicitadas de apoyo simplemente por temor, mientras putea en privado por los discursos presidenciales, por prácticas no ortodoxas del secretario de comercio Guillermo Moreno, por "la soberbia" sindical y por la modificación de leyes laborales que limitan su tasa de ganancia.
"El principio del fin del gobierno peronista comenzó cuando la rentabilidad obtenida por las fracciones industriales dominantes comenzó a descender. Entiéndase bien, a disminuir con respecto a la época de oro ( 40% de rentabilidad sobre el capital invertido en 1949) por las subsidiarias extranjeras), ya que seguía siendo notablemente alta en términos históricos ( entre el 17 y 18% en 1952 y 1953). Ante ésta situación, y tal como lo harán sistemáticamente en los años posteriores, fracciones dominantes del capital llevaron a cabo una ofensiva política ideológica y económica para instalar socialmente la convicción que el problema radicaba en los excesivos gastos estatales, y en el elevado nivel de los salarios. En esas circunstancias, como lo han destacado algunos autores, la posición de la burguesía nacional no se diferenció demasiado de la adoptada por las fracciones empresarias dominantes" Eduardo Basualdo en "Estudios de historia económica Argentina. Desde mediados del siglo XX a la actualidad página 52".
"Tampoco es casualidad que las empresas hayan vendido más en el 2005 pero que al mismo tiempo la rentabilidad haya caído del 42% al 26,4% del patrimonio" Ambito Financiero 22 de mayo del 2006 nota de tapa.
El comentario es ocioso pero necesario aunque sea obvio. Ganar el 43% sobre el patrimonio es recuperar la inversión en un poquito más de dos años, situación que sólo es factible en una economía de saqueo y de capitalismo salvaje. Cuando se reduce al 26%, que sigue siendo excepcional, concluyen que están perdiendo y así es muy difícil seguir invirtiendo en la Argentina
Por eso parece poco probable el cumplimiento de un capitalismo nacional con una burguesía de una debilidad pavorosa y de una miseria intelectual destacable, sin reconstruir un Estado que la suplante
El discurso del 25 de mayo
Un discurso mediocre para una convocatoria de semejante envergadura. Una oratoria deshilvanada que no alcanzó a establecer un diálogo con la multitud. Una concurrencia que en buena parte le resultaba imposible entender lo que decía el Presidente en los escasos catorce minutos de duración, por deficiencias inadmisibles de audio
Pero de una lectura atenta puede obtenerse importante elementos de análisis para entender lo que intenta ser el Kirchnerismo.
Al afirmar: "… y al final un día volvimos a la gloriosa Plaza de Mayo", es claro que es un entronque con la presencia masiva de la juventud peronista el 25 de mayo de 1973. La misma que había sido la principal protagonista y sostén en la campaña Héctor Cámpora – Vicente Solano Lima que gano las elecciones del 11 de marzo de ese año. Fue esa misma juventud con la presencia significativa de la Tendencia, la que consideró ese día que el gobierno estaba tan cerca como la Plaza de la Casa de Gobierno. De ahí el párrafo pronunciado más adelante: "Hace 33 años yo estaba allí abajo, el 25 de mayo de 1973, como hoy, creyendo y jugándome por mis convicciones que un nuevo país comenzaba y en estos miles de rostros veo los rostros de los 30 mil compañeros desaparecidos, pero igual veo la Plaza de Mayo de la mano de todos nosotros. Venimos a esta Plaza que es de los trabajadores, que es de Eva Perón y que es de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo a juntarnos los argentinos a celebrar el Día Patrio."
Este párrafo aclara una cuenta pendiente del Presidente y del sector en que se encontraba incluido en 1973. La Plaza omitida es la del 1° de mayo de 1974, donde ese sector colisionó con el creador del partido, el General Perón. Esa herida profunda es la que llevó a Montoneros a levantar la Evita muerta, en la que se podía proyectar todas las virtudes, contra el Perón vivo que los amonestaba. De ahí surgió la consigna "Si Evita viviera sería Montonera". Entonces y ahora, es fácil de rebatir la idealización de esta aseveración con otra realista: "Si Evita hubiera estado viva en los setenta, seguiría siendo la mujer de Perón". En mérito de la verdad histórica, Evita, nada tuvo que ver con el 17 de octubre de 1945. Accedió al poder a través de su casamiento con Perón. A partir de ahí realizó una tarea social de una envergadura que la independiza en sus méritos del lugar del que partió para acceder al poder. Pero siempre fue claro que en un enfrentamiento entre obreros y Perón, siempre optaría por Perón, como en una recordada huelga ferroviaria.
Eso permite entender en el discurso del Presidente, su atribución de la copropiedad de la Plaza a Evita y excluyendo a Perón.
Incluso intentó diferenciarse de Perón, no hablando desde el balcón, tan caro a toda la historia de Peronismo. Dijo: "un balcón que ya tiene dueño histórico ese balcón, que ya tiene dueño y que nosotros lo seguimos respetando con todas nuestras fuerzas, allí estaban Perón y Eva Perón y hubo otros que no debieron estar." En su tendencia frecuente a la sobreactuación, considerando que la mejor historia comenzó el 25 de mayo del 2003, ningunea a Perón y escritura a nombre del tres veces Presidente un balcón que es del pueblo argentino.
De ahí es que reitere la caracterización: El kirchnerismo es una mezcla de propuesta de capitalismo nacional, de verticalidad vigorosa y alineamiento peronista, de construcción de poder justicialista, de reivindicación teórica de ideales de la juventud peronista línea tendencia revolucionaria pasado por el tamiz de más de tres décadas de derrotas, de enarbolamiento de la bandera de los derechos humanos hacia el pasado como versión radicalizada de las propuestas tibias y temerosas de la Alianza. Una realización construida con un fuerte disciplinamiento, con un manejo de premios y castigos vía apertura o cierre de la caja, con una dialéctica planteada en los términos amigo- enemigo.
Interesante fue la aseveración: "Queridos hermanos: dicen que me peleo mucho, y no es que me pelee mucho, es que negocio poco con ciertos intereses; hay algunos intereses que me quieren ver de rodillas y yo voy a honrar el juramento ante el pueblo argentino: siempre de pie, siempre luchando, siempre peleando por la Patria"
La misma contiene dosis de veracidad y la debilidad propia de su forma de construcción. Ha enfrentado a sectores económicos importantes, ganaderos, privatizadas, empresarios, acreedores externos, impensables en otros gobiernos mientras teme avanzar en la implantación de un nuevo sistema tributario, en la reestructuración del Estado para convertirlo en un factor fundamental de la economía, en la recuperación de la renta petrolera, en la planificación de la producción agropecuaria, en la construcción de un nuevo perfil industrial, en reconstruir los ferrocarriles, en cambiar la matriz de distribución de la década de los noventa, entre tantas tareas pendientes.
Su deseo de: "Mi sueño es ayudar a construir una Argentina cada vez más plural", parece una jugada tendiente a seducir a la clase media, sector cuya presencia no fue significativa en la Plaza.
La omisión al 25 de mayo de 1810 fue otra ausencia significativa.
"Estamos en el lugar de las grandes asambleas, estamos levantando la bandera de la Patria, estamos levantando la bandera de la Nación, estamos levantando el orgullo y la dignidad, estamos levantando la bandera de la Patria grande, estamos levantando la bandera de América latina, estamos levantando la bandera que nos contenga a todos, una bandera argentina que nos de la posibilidad a todos de poder ser."
Es un buen objetivo, un camino para recorrer. En algunos casos se han dado positivos pasos, en otra no pasa de una enunciación a transitar.
Tal vez, Bertold Brecht puede ayudar en eso de hacer camino al andar: "No acepten lo habitual como cosa natural. Pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural, nada debe parecer imposible de cambiar".