Argentina: La lucha continúa
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La Proliferación de "Focos Infecciosos" y sus causas en la Educación Militar Argentina
Eduardo R. Saguier
A partir del discurso del Presidente de la República en el Colegio Militar,
en donde le advirtió a los nostálgicos de tiempos de infamia que "no les tiene
miedo", creo que similar actitud debería adoptarse en aquellas otras esferas de
la administración pública donde la repercusión es más relevante y donde aún
anidan numerosos ejemplares de esta misma estirpe.
En ese sentido, estimo que el área del estado que más repercusión tiene en las
demás esferas estatales es la que corresponde a la producción y difusión del
conocimiento científico y humanístico, y en especial aquellos conocimientos
pertenecientes a las ciencias sociales, pues desde dichos ámbitos de relevancia
simbólica se derraman contenidos que penetran profundamente en el entramado
docente de la educación civil, castrense y eclesiástica.
Sin embargo, para la actual conducción del estado, y en especial para la
Ministra de Defensa Nilda Garré, la democratización de los contenidos educativos
y la integración de los cuerpos docentes en los ámbitos castrenses tiene escasa
significación y sus cambios han sido siempre postergados en aras de una
persecución mediática de supuestos "focos infecciosos". De tal manera, se ignora
en forma suicida, que sin una profunda transformación de los contenidos, los
portavoces docentes y la metodología de la enseñanza --a impartir en los centros
educativos militares desde la misma Escuela Superior de Guerra para abajo-- los
focos infecciosos se multiplicarán inexorablemente y no habrá entonces entre los
cuadros de oficiales quienes sean capaces de defender las instituciones
democráticas. La actividad ministerial estará entonces condenada permanentemente
a combatir la proliferación de los síntomas, sin jamás llegar a atacar sus
verdaderas causas, el principal foco infeccioso, que reside en las conciencias y
no en la voluntad episódica de dichos cuadros de oficiales.
En ese preciso sentido y concomitante con la necesaria democratización de las
instituciones educativas castrenses, a tal extremo ha llegado en el actual
gobierno argentino la indiferencia por la democratización de la ciencia y la
investigación científica, que aún persiste la legislación Menemista pergeñada
por el ex Secretario de CyT Lic. Juan Carlos del Bello (Decreto 1661/96), y al
frente de la Secretaría respectiva está designado un funcionario que ha sido
durante dicha gestión el equivalente a Shuberoff en la provincia de San Juan, el
Ing. Tulio Del Bono.
Asimismo, para encabezar el CONICET en el campo de las ciencias sociales, el
actual gobierno confirmó --con la aquiescencia del Ministro Daniel Filmus-- a
una conocida colaboracionista de la Dictadura del Proceso, la Prof. Noemí Girbal
de Blacha. Dicha profesora tuvo durante el Proceso una activa vinculación con la
Academia Nacional de la Historia, con la Fundación para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (FECIC), y con el Instituto Bibliográfico "Antonio Zinny" (IBIZI),
instituciones desde las cuales se orquestó el Congreso que homenajeó el
centenario de la Conquista del Desierto, celebrado en General Roca (Río Negro)
en noviembre de 1979.
Para tal evento, se tejieron estrechos vínculos con la Escuela Superior de
Guerra y con el gobierno genocida, al extremo de contar con la presencia del
entonces Ministro del Interior Gral. Albano Harguindeguy, quien pronunció el
discurso inaugural.
Más aún, estos funcionarios del área científica se han caracterizado por
perseguir, mediante postergaciones, rechazos de Informes y negación de ascensos,
a todas aquellas voces críticas que pudieran cuestionar y poner al descubierto
los antecedentes pretorianos de las Fuerzas Armadas, las acciones
colaboracionistas con las dictaduras por parte de intelectuales cortesanos y la
corrupción sistemática de los organismos de ciencia.
Eduardo R. Saguier Investigador del CONICET