Argentina: La lucha continúa
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Bolivia da el ejemplo
Argentina debe cambiar la política petrolera y gasífera, nacionalizar
auténticamente los hidrocarburos y recuperar su soberanía energética
FETERA-CTA-COCEPA
La renacionalización del petróleo y gas bolivianos, adoptada por el Gobierno
de Evo Morales, interpretando una de las reivindicaciones más sentidas de su
pueblo, ha conmovido a nuestro Continente y al mundo.
La Comisión por la Conmemoración del Centenario del Descubrimiento del Petróleo
Argentino (CoCePA) saluda al Pueblo y Gobierno hermanos por tal decisión. Y
compromete nuestra solidaridad frente a las presiones que descargan los
monopolios petroleros y diversos gobiernos afines.
El ejemplo boliviano ilumina nuestra escena nacional. Las mismas multinacionales
que operan en Bolivia saquean nuestras riquezas hidrocarburíferas. Con el
agravante de que nuestra Argentina no es un país petrolífero. Y cada metro
cúbico que hoy se llevan es a costa del agotamiento de nuestras reservas.
Desde su constitución la CoCePA lucha por la recuperación de patrimonio y renta
para usufructo de nuestra Nación y nuestro Pueblo. La Soberanía sobre nuestros
recursos reviste importancia estratégica. Y sin modificar el rumbo actual será
imposible realizar nuestro destino como Nación. Nuestras determinaciones se han
guiado por estos objetivos.
Por ello nos hemos pronunciado:
Por la potestad soberana de la Nación sobre nuestro subsuelo. El mismo es
'propiedad imprescriptible e inalienable de la Nación con la correspondiente
participación en su producto que se convendrá con las provincias'. La
provincialización de los recursos adoptada por la reforma constitucional de 1994
es el subterfugio a través del cual canalizan los negociados petroleras y
Gobiernos.
Por la restatización de YPF y Gas del Estado. Unicos instrumentos que
posibilitarán una política genuinamente nacional en la gestión del Recurso.
Solamente así será posible revertir el actual curso descendente en la
exploración y explotación de hidrocarburos. Por el contrario, restringir
nuestras aspiraciones a una 'asociación' con las petroleras, sea pública o
privada, llevará al fracaso. El General Mosconi advertía sobre la naturaleza
incompatible de la explotación de los monopolios privados y el interés nacional.
REPSOL, Pan American (Bulgheroni + British Petroleum), PETROBRAS, TOTAL, CHEVRON
succionan nuestras riquezas, las envían al exterior y nos dejan pobreza, pueblos
convertidos en parajes y contaminación. Y son las responsables de innumerables
dolos por lo que deberían sufrir las correspondientes penalizaciones.
Por la derogación de los recientes Convenios entre ENARSA y algunas de estas
empresas petroleras. Los mismos, suficientemente analizados en un anterior
Documento, representan una prolongación a la exploración y explotación en la
plataforma marina de las concesiones de áreas decididas durante la década
anterior en el subsuelo continental. Constituyen una gravísima abdicación de
nuestra soberanía, comparable con la privatización de YPF y Gas Del Estado.
Contra la prórroga de contratos y por la anulación de los llamados a licitación
de áreas convocados por algunos estados provinciales al amparo de la
Provincialización.
Contra la exportación de nuestro gas y petróleo por parte de las
multinacionales. La permisividad oficial en la materia es una de las causas de
la pérdida del autoabastecimiento. Resulta ridículo e injusto que nuestro país
sufra escasez de energía, cuando exporta gas y petróleo. La Argentina
'exportadora' marcha en camino a transformarse en una importadora neta de
combustibles.
Contra el proyecto de Ley presentada por el Poder Ejecutivo, con avanzado estado
parlamentario, que otorga a la explotación hidrocarburífera similares beneficios
que los lesivos vigentes para la minería. Generosas desgravaciones en IVA,
Ganancia y en importaciones de Bienes de Capital determinarán que los monopolios
incrementen, real o ficticiamente, sus inversiones solventadas por todos los
argentinos.
Contra el empleo de la Gendarmería y otras fuerzas en la represión de las justas
luchas de los obreros petroleros (cualquiera fuese su encuadramiento sindical).
Maximizar sus utilidades a costa del sudor de sus operarios. Esta es la lógica
de las empresas petroleras, aún en la era del barril a 70 dólares. A diferencia
de los 70 años de YPF estatal, el desarrollo del tejido social, la
infraestructura, la ocupación territorial, son ajenos al interés de las
multinacionales petroleras.
El ejemplo boliviano convoca en nuestro país altos niveles de adhesión y ha
reactualizado ante la opinión pública nacional la impostergable necesidad de
recuperar nuestro petróleo y gas. Y una renovada preocupación ante la magnitud
de la crisis energética que sus responsables han procurado minimizar.
Frente a esto se despliegan operaciones que procuran cambiar solo la apariencia
para que permanezca la esencia de la política hidrocarburífera vigente.
REPSOL, que declara utilidades crecientes (más de la mitad de ellas en su
'filial' argentina) ha definido un plan de exploraciones para los próximos 4
años de tan sólo U$S 700 millones. Existen fuertes presunciones de que con la
renta sustraída de nuestro país exploran en destinos más rentables. Nuestros
recursos no renovables financian la expansión y crecimiento de la empresa, a
costa del agotamiento de las reservas.
No compartimos la exhortación oficial a que REPSOL encare mayor exploración en
nuestro país. Ello subsidiado por las generosas exenciones comprometidas en el
mencionado proyecto de Ley con trámite parlamentario. ¿Semejante gasto para
apurar la depredación de recursos tal cual ha sido la esencia de la política de
REPSOL desde la liquidación de YPF?
Los voceros de las petroleras arguyen que ya es mayúscula la renta que obtiene
el estado argentino de la actividad petrolera. Se refieren a las retenciones a
las exportaciones, diversos impuestos y las regalías. En primer término los
valores reales que representan estos gravámenes se determinan por la información
viciada provista por las propias compañías petroleras. Afirmamos categóricamente
que la porción de la renta que se apropian los monopolios petroleros es
mayoritaria. Es la que emprende el camino de los mares como decía Mosconi y es
la que imperiosamente debemos recuperar.
Pero, además, reclamamos a los Poderes Públicos que la Renta petrolera y
gasífera, presente y futura, se destine, a atender la enorme deuda social, (que
constituyen los millones de excluidos, desocupados y hambrientos, necesitados de
empleo salud, educación y bienestar); a reparar los atrasos infraestructurales,
y a reestructurar nuestra matriz energética para que nuestro país pueda
desarrollar y sostener un crecimiento soberano. Que ni un solo peso de dicha
Renta sea desviado a atender ningún otro tipo de compromisos.