Argentina: La lucha continúa
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Argentinismo
Pbro. José Guillermo Mariani
No puede ser sino motivo de alegría el fenómeno de que para el mundial de
fútbol, cuando juega el seleccionado argentino, la patria se llene de banderas y
gritos alentadores y entusiastas, levantando en alto el nombre de nuestra nación
y abriendo los corazones a una emoción verdaderamente profunda e incontenible.
He dicho "cuando juega el seleccionado". Debo decir, para ser más exacto,
"cuando gana el seleccionado o cuando se pone en peligro su triunfo a lo largo
de un partido". Y esto denuncia una característica que no resulta del todo
gratificante o laudable. Las rivalidades no permiten otro gozo que el de ganar,
como quiera que sea. Y dejan de lado muchas veces, el mérito real frente a un
resultado casual.. Un juego divertido, exacto, preciso, de equipo, de arte en el
manejo de la pelota, pasa muchas veces inadvertido si el equipo no resulta
ganador.
Y esto comienza a configurar un "argentinismo". Porque es reducción de un
legítimo valor, como es el sentido de patria, a un momento y una circunstancia
muy excepcionales.
Ese desembocar de toda la simbología patriota en banderas adornando los
edificios, portadas por los hinchas, colgadas a las espaldas o adornando los
sombreros de los jóvenes y los adultos en las concentraciones provocadas por los
triunfos, moviéndose al ritmo de los gritos y consignas entusiastas, llama
poderosamente la atención ante la habitual indiferencia de las mismas personas,
en ocasión de celebrarse las fiestas patrias o de jugarse diversas decisiones
que afectan a todos los argentinos.
Creo que el fenómeno del "argentinismo" para los mundiales exclusivamente,
basado en la exigencia del triunfo de los equipos de fútbol, tiene dos fuentes
principales. La primera, la falta de modelos de argentinidad en los políticos,
que pocas veces pueden ser citados como interesados por el pueblo, sin que se
les descubran inmediata o posteriormente, intereses absolutamente egoístas y
acaparadores.
La segunda fuente es que la Escuela ha dejado de presionar por el uso de los
símbolos patrios, rehusando a la consideración de las motivaciones profundas que
animan a una actitud comprometida con la búsqueda de los valores de la
nacionalidad, ligados a la independencia y al progreso. Las deficiencias de una
historia contada sin fomentar el juicio crítico y las objeciones que atentan
contra la idealización de los héroes, llevan todo lo que se aprende al terreno
de lo alejado de las situaciones reales y a la falta de interés juvenil.
En este sentido creo que el "patriotismo" de los mundiales es una especie de
reclamo hacia todos los responsables, ante el desafío de descubrir los secretos
que provoquen entusiasmo por un amor a la patria aplicado a la lucha y a la
realidad de cada día.
Fuente: lafogata.org