Argentina: La lucha continúa
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Jorge Vanossi: Responsable político y autor intelectual de la Masacre de Avellaneda
Prontuario de Jorge Vanossi, quien, el 26 de junio de 2002, ejercía el cargo de Ministro de Justicia de la Nación.
Por ANRed, Argentina Arde y Prensa de Frente.
ANRed, Argentina Arde y Prensa de Frente, en junio de 2005, elaboraron los
prontuarios de los autores intelectuales de la Masacre de Avellaneda
Los mismos fueron realizados cuando el juicio ya estaba en marcha.
Las condenas que recibieron los autores materiales han sido sólo una parte de la
justicia buscada.
Por eso, a un año de la publicación, consideramos necesario recordar quiénes son
los responsables políticos de los asesinatos de Darío y Maxi y de los 33 heridos
con balas de plomo.
Jorge Vanossi: Responsable político y autor intelectual de la Masacre de
Avellaneda
¿CUÁL ES SU RESPONSABILIDAD EN LA MASACRE DE AVELLANEDA?
26/06/02: Ministro de Justicia de la Nación
LA PREVIA AL 26
Toma I: Se idea la Causa Complot
Ocho días antes de que sucediera la masacre de Avellaneda, incluso antes de que
los espías del vicejefe de la SIDE Oscar Rodríguez entregaran el último "informe
secreto" de la SIDE, Jorge Vanossi, Nicolás Becerra y Norberto Quantín ya habían
acordado los términos de la denuncia que presentarían una vez efectuada la
represión en Avellaneda el 26 de Junio. El martes 18, los tres mantuvieron una
reunión con Duhalde y con los jefes de las fuerzas de seguridad (próximas a
ejecutar el operativo represivo) y allí fijaron "las directivas que deberán
acatar jueces, fiscales y efectivos uniformados; cuál será la actitud de la
Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Federal y la cobertura a su
acción que tendrá en la Justicia a través de los jueces y los fiscales federales
en las próximas acciones de piqueteros que preocupan al gobierno."
EN LOS DÍAS POSTERIORES A LA REPRESIÓN
JUEVES 27 DE JUNIO 2002
Duhalde no
perdió tiempo para ejecutar uno de los puntos centrales en la estrategia de
deslegitimación de las movimientos en lucha ideada para posibilitar -sin
demasiados costos políticos- la represión abierta al conflicto social: la "Causa
Complot". A través de su ministro de Justicia Jorge Vanossi, presentó ante
justicia federal una denuncia la contra los desocupados reprimidos el día
anterior en Avellaneda. La causa judicial (ideada en los días previos por el
mismo Vanossi) consiste en la acusación por 17 delitos contra el orden público
tipificados en el Código Penal y por "violación de la Ley de Defensa de la
Democracia".
La presentación
judicial intentaba encuadrar la supuesta comisión de estos delitos en la teoría
de que aún existía un "complot" para derrocar al gobierno de Duhalde y "atentar
contra los poderes constituidos de la República".
Vanossi, que a
partir del 20 de diciembre de 2001 comenzó a ver "sediciosos" golpeando
cacerolas por todos lados, agregó que Duhalde, como titular del poder ejecutivo,
estaba obligado a denunciar la situación ante la justicia. Propuso además reunir
"informes oficiales de los organismos competentes", no sólo ante los hechos del
26 de junio sino también sobre "la preparación de otros ilícitos que podrían
consumarse de aquí en más".
En la
presentación de la causa, el gobierno sostuvo el enérgico pedido de castigo para
los "autores, cómplices, instigadores y encubridores" de los hechos "sufridos
por la sociedad y el Estado", como caracterizó Vanossi hipócritamente en el
escrito de presentación de la Causa Complot. Al mismo tiempo que agregaba: "No
escapa a nuestra percepción que los sucesos de los últimos días indican una
escalada de acciones violentas que parten de la alteración del orden público y
continúan con la pérdida de vidas humanas amenazando, incluso, con el
derrocamiento de poderes constituidos".
En el marco de
esta representación teatral, el ministro de Justicia expuso: "es del caso
preguntarnos si estamos o no en presencia de una maquinación concertada para
alcanzar con intencionalidad objetivos de máximo alcance que puedan poner en
peligro más vidas, más derechos, más libertades y hasta la totalidad de las
instituciones de la república que se encuentran constituidas legítimamente y en
pleno funcionamiento". Exposición tramposa que, apenas el soplo de la memoria se
hace presente, se desmorona como pirámide de naipes: los únicos responsables de
la "maquinación concertada" (asesina de Dario y Maxi), fueron Duhalde y sus
funestos secuaces.
ALREDEDOR DE LAS 16HS…
Luego de la
presentación de la Causa Complot, Vanossi se reunió con Jorge Matzkin y Juan
José Álvarez en la Casa de Gobierno. Allí elaboraron un informe en base a las
declaraciones públicas realizadas en los últimos días por integrantes de los
movimientos de desocupados que sumaron a los informes de la SIDE sobre el
accionar de los movimientos que habían sido reprimidos el día anterior. Después
repasaron el texto que el ministro del Interior Jorge Matzkin leería en la
conferencia de prensa programada para minutos después. Vanossi, abogado
constitucionalista, había aportado al texto el asesoramiento legal y Juan José
Alvarez su estilo prolijo y garantista.
Ante las cámaras
de televisión, Matzkin sentenció: "Las acciones que dejaron el trágico saldo de
dos muertes, constituyen un plan de lucha organizado y sistemático que puede
llegar a amenazar y reemplazar la fórmula de consenso que la mayoría de los
argentinos hemos elegido. Hay quienes prefieren el lenguaje de la violencia".
"Los lamentables acontecimientos de ayer no constituyen un hecho aislado -
insistió - el gobierno tiene elementos que permiten suponer que estamos frente a
acciones concertadas" y anunció que la decisión del gobierno no quedaría en
meras palabras: "se hará llegar a la justicia los antecedentes que se han
reunido", dijo en referencia a la presentación de la Causa Complot.
El mensaje era claro. Como señaló el viernes 28 de junio el analista político
Martín Granovsky en Página/12: "Las palabras (de Matzkin) apuntan a crear la
sensación de que el principal problema en la Argentina es la inminencia de una
insurrección armada contra la democracia (...). El mensaje era que cualquier
opositor es un violento potencial, y quedará sujeto a la represión de la
violencia. Una forma, de paso, de disuadir a asambleístas o nuevos actores de la
política de seguir participando activamente".
RECORRIDO DE LA CAUSA
Toma II: Puesta en práctica del plan (reaparecen en escena los mismos
personajes):
Jorge Vanossi, con los informes listos y la fundamentación redactada, elevó la
presentación judicial al procurador de la Nación, Nicolás Becerra, quien lo
derivó a la Cámara Federal, a manos del fiscal Norberto Quantín. Este último
remitió las actuaciones a la justicia federal y la causa quedó a cargo del Juez
Federal Norberto Oyarbide.
Se acusó a los manifestantes de violar los artículos 181, 182, 183, 184, 190 al
197, 209, 210 al 213 bis, 226, 229 y 230 del Código Penal y la Ley 23077 de
Defensa del Orden Constitucional y de la vida democrática y de 17 delitos contra
el orden público, referentes a "la usurpación con clandestinidad, daños, el
entorpecimiento del funcionamiento de los trasportes públicos, la instigación a
cometer delitos, la asociación ilícita o banda, la intimación pública, la
apología del crimen, la alteración del orden, el libre ejercicio de sus
facultades o la deposición de alguno de los poderes públicos, la sedición, el
atribuirse derechos del pueblo e impedir la ejecución de las leyes".
Toma III: Los autores intelectuales de la Masacre no logran sustentar la
falacia de la Causa Complot
La causa cayó en manos del fiscal Carlos Stornelli quien consideró que había
"elementos suficientes" para promover y dar sustento a la investigación penal
sobre el supuesto complot. El requerimiento de la investigación penal fue
recibido por el Juez Oyarbide. Vanossi - en representación del gobierno nacional
- debía ratificar la denuncia. El jueves 4 se presentó ante el Juez. Pasada una
semana el gobierno no tenía ninguna otra evidencia para aportar y dar sustento a
tan grandilocuente acusación. Carlos Soria, todavía jefe de los servicios,
estaba citado para el día siguiente para aportar los "clarificadores" informes
sobre la asamblea piquetera realizada el 22 y 23 de junio en el estadio de Villa
Domínico. No se presentó: "se contactó con el juzgado y explicó que tenía
problemas de horario, por eso se suspendió la audiencia" explicaron en los
tribunales de Comodoro Py. A Juan José Álvarez, recientemente ascendido a
Ministro de Seguridad y Justicia, también lo esperaban en tribunales, su
citación estaba fechada para el 15 de julio. Al igual que Vanossi y Soria,
Álvarez no aportó nada que apoyara las denuncias y acusaciones mediáticas. Al
igual que Soria ni siquiera llegó a brindar testimonio en la causa. El miércoles
10 de julio el juez "se enteró" de que en otro tribunal se investigaba
casualmente - desde enero pasado - la posible puesta en marcha de un plan "para
desestabilizar" al gobierno de Duhalde. Entonces Oyarbide declinó su competencia
apartándose de la causa y dejando sin efecto las citaciones pendientes a Soria y
a Álvarez. El gobierno después de intentar convencer a la sociedad de que el
peligro piquetero acechaba al futuro de todos, ahora dejaba la causa penal que
venía a preservar las instituciones sin aportar un solo elemento que sustentara
tanta verborragia.
La de Vanossi fue una de las renuncias obligadas por el gobierno de Duhalde
luego de la Masacre. Siendo una de las caras más visibles del discurso oficial,
al igual que Soria se convirtió en uno de los "malos asesores" del Presidente en
torno a los hechos del 26. La recomposición del Duhaldismo luego de la Masacre
requería ciertos cambios de Gabinete. En este marco, su ministerio fue fundido
con el de Seguridad, quedando al frente de ambos el entonces secretario de
Seguridad Interior de la Nación, Juan José Álvarez, también responsable político
directo de la represión.