· El juez federal de Mar del Plata, Alejandro Castellanos, se negó a permitir que Chacho, que cumple arresto domiciliario, fuese trasladado a Buenos Aires el día anterior, de manera de poder concurrir a la audiencia descansado, aseado y después de haber tomado adecuado contacto con sus defensores. A pesar de que se garantizaron todas las condiciones necesarias, el juez ordenó en cambio que fuese directamente llevado a la sede de la Cámara, e inmediatamente después de terminada la audiencia, trasladado nuevamente a la costa. Así, Berrozpe fue retirado de su domicilio en medio de un operativo policial inusitado a la una y media de la madrugada, y llegó al destacamento de la policía federal lindero a los tribunales de Comodoro Py a las 7:45. Recién pasadas las 8:30 pudo entrevistarse con su abogada, presente en el lugar desde las 7:00. También se negó el juez a que, en el camino de regreso, visitara brevemente a su madre en Avellaneda, cuyo estado de salud había empeorado notablemente esta semana.

· La Sala Segunda de la Cámara de Casación modificó hace 72 horas el día de la audiencia, haciéndolo coincidir con la fecha del segundo partido de la selección argentina en el Mundial de fútbol, con la nada oculta intención de quitar visibilidad a su presencia en Buenos Aires, y, especialmente, tratar de desactivar la movilización popular convocada a las puertas de la sede judicial.

· Cuando comprobaron que a pesar de la maniobra, varios centenares de compañeros de diversas organizaciones estuvieron apostados frente a los tribunales desde antes que amaneciera, que la cobertura mediática fue importante, y que la lista de referentes y personalidades que por escrito solicitaron presencia la audiencia superaba la capacidad de la sala (100 personas), recurrieron a un nuevo ardid: 15 minutos antes del horario previsto, Chacho Berrozpe y su abogada fueron rápidamente llevados, con custodia policial, al interior del edificio, al tiempo que se impedía el acceso de público al mismo.

· La audiencia se celebró en una pequeña sala adyacente a la Cámara, sin más público que una buena cantidad de policías, y una compañera de APEL que pudo ingresar gracias a su credencial de abogada.

· Por otra parte, los compañeros del Frente Antirrepresivo de Mar del Plata hicieron nuevas gestiones ante el juez federal Castellanos para que autorizara a Ricardo Berrozpe a visitar a su madre, dado que los informes médicos señalaban que agonizaba. A pesar de eso, terminada la audiencia cerca de las 11:30, el compañero fue directamente conducido al vehículo que lo trasladaría nuevamente a Mar del Plata, sin siquiera poder saludar a sus hermanos, hijas y sobrinos que tampoco había podido ingresar al tribunal.

· La Sra. de Berrozpe falleció pasado el mediodía, sin que Chacho pudiera despedirse de ella. Recién a las 14:30 y después de haber recibido por fax un certificado médico, el juez Castellanos autorizó que se ordenara al subcomisario encargado del traslado volver desde la ciudad de Dolores para que Berrozpe pudiera asistir al velatorio de su madre.