Argentina: La lucha continúa
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"Negocios son negocios" en la copa Alemania 2006
Gane quien gane el mundial, FIFA ya salió campeón y se quedó con millones de
euros
Comienza en Alemania la Copa Mundial de fútbol y son varios los equipos
candidatos a ganarla en lo deportivo. En lo comercial ya se sabe que el campeón
es la FIFA y sus sponsors oficiales, ganadores de millones de euros.
Emilio Marín
Ningún deporte es tan popular en el mundo como el fútbol, una de las pocas
cosas que los argentinos debemos agradecer a los ingleses por haberlo traido a
mediados del siglo XIX. Con el Alumni de los hermanos Brown comenzó la fiebre de
este lado del Río de la Plata, hecha pasión o enfermedad, o ambas cosas juntas
en estos tiempos mercantilizados de Julio Grondona, Mauricio Macri y José M.
Aguilar. El 9 de junio arrancará en Alemania la 18º edición de la Copa del
Mundo, que se disputará durante un mes. Los periodistas deportivos han copado la
pantalla y el dial de los medios desde hace varias semanas, atosigando al
público con los detalles de nuestro equipo y en menor medida de los otros 31. En
los últimos días esa cobertura se hace desde tierra teutona en forma tan intensa
que ni siquiera deja huecos en los informativos ni otros programas de interés
general. No es que uno comparta la fobia antifútbol de la que hace gala Fernando
Savater (\"Odio Mundial\", en La Nación, 28/5). Al contrario, el fútbol me
gusta. Pero si antes de que comenzara a rodar la pelota, la Copa ya es
omnipresente en todos los medios, tenemos por delante un mes monotemático. Un
poco de fútbol está bien. Un poco más tratándose del Mundial, también. Pero todo
el día en los medios y como principio y fin de toda conversación, será hartante.
Hay algo peor que la saturación de partidos y repeticiones, goles, offsides,
lesiones, penales, clasificaciones o vuelta a casa de los perdedores: esta trama
puede subsumir problemas sociales y políticos que son de vida o muerte. El
deporte, en cambio, no debe plantearse en esos términos aunque se llore y hasta
a veces se muera inútilmente por determinados colores. Esa instrumentación de la
pelotita suele ser un recurso de gobiernos que se trasvisten con los colores
nacionales para operaciones nada patrióticas ni humanas. Se ha recordado la
utilización de Benito Mussolini del torneo de 1934 en su Italia fascista. Pero
también hay que traer a colación lo que entre nosotros hizo la dictadura de
Videla-Massera-Agosti del Mundial ï78.
Los goles de Mario A. Kempes a los holandeses se gritaron tan fuerte en el
Monumental que se deben haber escuchado en la Esma, a varias cuadras del
estadio, donde sufrían los detenidos-desaparecidos que el gran público no quería
ver. Cada vez que el \"Matador\" rompía la red, los asesinos se creían con más
licencia para secuestrar, torturar y arrojar seres vivos dopados al mar.
Goles y negocios.
Los periodistas que conocen el paño opinan que el gran candidato a ganar la Copa
es Brasil, sobre todo por su ataque demoledor con Ronaldinho, Ronaldo, Adriano y
Kaká. En términos burreros, si ganan los brasileños pagan dos pesos. Pero como
el fútbol tiene sus imponderables, y eso lo hace más atractivo, la lógica suele
comerse goles desde la mitad de la cancha. Por eso también se especula con que
pueden ser campeones Alemania, Inglaterra o la Argentina conducida por José N.
Pekerman. Otros juegan boletos por Francia y República Checa, que llegan con
menores chances y pueden dar una sorpresa. Si Ronaldinho, Wayne Rooney, Thierry
Henry, Lionel Messi o Juan R. Riquelme serán los mejores jugadores de esta Copa,
se sabrá en pocos días. Lo mismo con el campeón, que se llevará la gloria y 13,5
millones de euros. Esos resultados no están dados, por más que el escándalo de
partidos arreglados en el torneo italiano de años anteriores y que beneficiaron
a la Juventus, Inter y Milán, dé qué pensar también acerca de la limpieza de lo
que se jugará en el césped de los estadios de Hamburgo, Berlín, etc. Se
dirá que en este caso será más difícil el \"tongo\" porque todo estará bajo las
potentes luces de la televisión mundial. Pero ¿quién dijo que la TV es sinónimo
de transparencia? Justamente antes que se enciendan esas cámaras ya comenzó la
parte comercial del evento deportivo. La FIFA vendió por 800 millones de euros
los derechos de televisación a cadenas que a su vez los comercializan. En
Argentina esa licencia la tiene TyC Sports, donde están asociados los fondos
estadounidenses de inversión Liberty, HTM&F, el grupo Avila, Clarín y
Vila-Manzano en diversas proporciones en la parte televisiva, radial (La Red) y
gráfica (El Gráfico). Como es obvio, TyC Sports recuperará con creces sus pagos
mediante la venta del paquete a los canales argentinos y todos estarán felices
de recibir una porción de la sabrosa torta publicitaria. Es que las empresas
grandes quieren hacer publicidad en pantallas que verán millones de argentinos
(se estima que habrá, sumados y acumulados los espectadores a nivel mundial, una
teleaudiencia de 30.000 millones, en más de 200 países). En nuestro país,
multinacionales como Repsol, Coca Cola, Quilmes, CTI y Mastercard, han gastado
mucho en publicidad. \"Las empresas invertirán 220 millones de pesos en
publicidad, más 50 millones que aportaron por los derechos de imagen de la
Selección y 10 millones en sponsoreo de jugadores\", estimó José Romero
Victoria, gerente de la agencia del mismo nombre que conoce al dedillo el
mercado.
Esta Copa moverá en el mundo una cifra nunca vista de 500.000 millones de
dólares, de los que una cuarta parte tendrá que ver con la venta de
electrodomésticos. FIFA ganará en forma neta 1.300 millones de euros porque a
los 800 millones embolsados por los derechos de televisación hay que sumarles
500 millones aportados por sus dieciséis sponsors oficiales.
La ganancia será mayor porque cobrará la parte proporcional de las entradas a
los estadios, publicidad, souvenirs, etc. El goleador de Alemania 2006 ya tiene
nombre: Joseph Blatter, \"capitán\" de ese equipo-multinacional.
Funcionarios longevos Los aportes de Adidas, Avaya, Budweiser, Coca Cola,
Continental, Deutsche Telecom, Fly Emirates, Fujifilm, Gillete, Hyundai,
Mastercard, McDonalds, Phillips, Toshiba, Yahoo y Telefónica han repletado las
cuentas de FIFA.
Estas compañías no pierden dinero sino que lo ganan, lo que explica la lucha
judicial de Mastercard contra Visa debido a que ésta le ganó la condición de
\"socio\" de la Federación para los próximos dos torneos, el de 2010 en
Sudáfrica y el de 2014 en lugar a designar. Pasan los mundiales y ese sistema
comercial subsiste casi con los mismos nombres. Lo mismo que sucede con las
estructuras del fútbol mundial, regido desde hace dos períodos (en total ocho
años) por Blatter, que ya anticipó irá por su tercer mandato. El suizo está hace
31 años en el cuadro directivo de la Federación. Los argentinos no podemos
asombrarnos de ese continuismo porque en AFA pasa otro tanto, con Grondona en la
poltrona mayor hace 26 años y en la vicepresidencia de FIFA desde hace 25. Casi
como \"El Padrino\", firma los contratos con la televisión de TyC y erige a este
monopolio en el supremo tribunal afista. También en el fútbol nuestro hay olor a
podrido en fixtures, arbitrajes, rendición de gastos de AFA, contratos, pases de
jugadores al exterior incluyendo figuras tan jóvenes como Messi o Sergio Agüero,
quiebras de clubs, etc. Las diferencias entre Grondona y Macri son apenas de
edad y colores, pues uno está entre Arsenal e Independiente y el otro entre Boca
y la empresa Socma. En lo demás son muy parecidos. Macri impulsó hace años la
modificación legal para hacer de los clubes sociedades anónimas. Sobre su
fracaso se montó el eterno presidente para fomentar el gerenciamiento, como
versión menor del mismo mal. El fracaso del Exxel Group en Quilmes sólo demoró
en parte esos planes de hacer del deporte más popular una mercancía comprada y
vendida con la mayor rentabilidad.