VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha contin�a

La soja, de eso no se habla. �Y por qu� no se habla de eso?

Jorge Eduardo Rulli
Grupo de Reflexi�n Rural

Los diarios evidencian la temperatura que se vive entre los productores. La crisis ha desbordado a la Comisi�n de Agricultura de la C�mara y a la Diputada Alarc�n y se extiende por la pampa gringa con asambleas de productores que braman de indignaci�n y prometen paros y cortes de ruta, mientras los sectores m�s regresivos de la sociedad argentina se suman a la fiesta medi�tica que se les regala. En tanto, las disputas y "desinteligencias" entre funcionarios demoran la salida de los conteineres de la cuota Hilton ya permitidos por orden del Ejecutivo. Piense el oyente que esos cientos de conteineres que se apilan en el puerto, como consecuencia de una medida pol�tica dr�stica pero muy poco meditada y seguramente p�simamente aplicada, necesitan mantener la cadena de fr�o para que no se descompongan sus contenidos o sea que est�n siempre enchufados al sistema el�ctrico y que ello ocasiona gastos y gastos muy grandes.

Pero hay mucho m�s todav�a: la faena y exportaci�n de carnes constituye siempre una cadena compleja, cuando se la detiene en un punto dado como se hizo, sin considerar las consecuencias, resulta inevitable que la medida ocasione brutales costos a todo el resto del proceso. As�, impedidos de embarcarse a�n permanecen cerca de 18 mil toneladas de carne de exportaci�n en c�maras y frigor�ficos diversos, 18 mil toneladas listas para embarcar y que mientras no se resuelva una pol�tica acerca de ellos, ocasionan gastos ingentes de mantenimiento. Estamos hablando de tantas reses, de tanta carne, que podr�amos llenar con ella perfectamente mil ochocientos conteineres. No parece poco, a�n m�s todav�a, al com�n de los mortales consumidores de carne, nos resulta dif�cil imaginar toda esa comida junta... Pero a pesar de ello, no quisiera detenerme demasiado en estos hechos que corresponden a una mala implementaci�n de las pol�ticas, y que en �ltima instancia, se reparan y resuelven con mayores gastos e inversiones� Pretendo en cambio, hacer un an�lisis pol�tico y develar las zonas oscuras que nos impiden comprender la verdad de las cosas. Resulta extra�o que en tantas asambleas de productores que despotrican contra el Gobierno nadie hable de la soja, es extra�o que en los incidentes habidos en la Comisi�n de Agricultura de la C�mara, la soja estuviese ausente, es extra�o que con 16 millones de hect�reas cubiertas por monocultivos de soja en el pa�s, no se hable de ella en medio de semejante crisis con el campo si no fuese algo planificado y concertado cuidadosamente o que conviene no meter en el debate ni de un bando ni del otro.

A�n m�s todav�a, el desaf�o a esa Argentina Ganadera que guardar�a todav�a todo el poder econ�mico, el enfrentamiento popular a esa oligarqu�a vacuna en el que seg�n muchos se pone en juego el verdadero destino del pa�s, pareciera que no da espacios en los peri�dicos como para que se informe que Monsanto acaba de secuestrar otros diez buques argentinos cargados de Soja en los puertos de Espa�a y que todas las embajadas y consulados en Europa trabajan a full pero en silencio, respaldando a los importadores de forrajes y harinas de soja de la Argentina. De eso no se habla. �Y por qu� no se habla de eso? Porque hablar de eso implicar�a confesar que este enfrentamiento es en buena medida una pantomima, un tinglado que enardece viejas memorias de las luchas populares pero que tra�do al presente no es m�s que una penosa distracci�n� que todos esos presuntos ganaderos de Santa Fe no son m�s que sojeros enojados porque se les dificulta la rotaci�n o gente ligada a los frigor�ficos que tienen sus importantes negocios con la cuota Hilton� pero que ya no existe esa oligarqu�a vacuna con la que se excitan tantos apresurados de ayer y que hoy juegan el juego del gran bonete. Ser�an diez mil los obreros de los mataderos y frigor�ficos suspendidos por las medidas que detuvieron la exportaci�n de carnes hace ya muchas semanas� Usted los vio protestar en la plaza de mayo? �Los vio acaso haciendo piquetes en las rutas o marchando hacia el Ministerio de Econom�a? No, en absoluto, parece que alguien arregl� con ellos de tal manera que quedaron muy conformes pese a estar sin trabajo. �No es maravilloso? S�, pero es tan maravilloso como extra�o�

Recuerdo un art�culo de Julio Alemann en la Raz�n hace ya alg�n tiempo. En �l refer�a que los a�os noventa registraron las mayores transferencias de tierras que en toda la historia de la provincia de Buenos Aires� No s� si soy claro. La oligarqu�a vendi� sus tierras. Se acabaron las viejas estancias con vaquitas gordas y peones flacos. Cuando mucho, algunas de aquellas viejas familias olig�rquicas se quedaron con los cascos y con los palacios como recuerdos o para practicar el turismo rural de alto nivel que tanto se ha extendido. Una nueva clase empresarial, con gerentes y administradores de campo, ocup� ese espacio que era de la oligarqu�a, puso en marcha los pooles de siembra, aplic� a mansalva los nuevos paquetes tecnol�gicos, desplaz� sin piedad hacia las ciudades a los desempleados de la agricultura y a los vecinos de las peque�as localidades, e instal� un nuevo sistema de producci�n sin sustentabilidad, sin radicaci�n ni vida en el campo, basado en semillas transg�nicas y en el uso abundante de nuevas tecnolog�as y paquetes agrot�xicos. Eso es lo que denominamos: el modelo de la Soja.

C�mo interpretar entonces esta crisis, en que el grupo de los grandes empresarios de la siembra directa AAPRESID dirigidos por Trucco y Romagnoli, han salido a denunciar "la obsecuencia que se impone al debate de ideas y el verticalismo que se impone al estado de la raz�n"� y a�aden que "lo ocurrido con la Diputada Alarc�n, debilita la institucionalidad"� "y que en los �ltimos meses el ataque a la tecnolog�a o a determinadas actividades, v�a acciones o normativas de dudosa legitimidad implementadas por el Gobierno, generaron un clima de hostilidad que es incompatible con un pa�s democr�tico y transparente". Ellos, que son los grandes ganadores con este modelo, se muestran disconformes no s�lo con una medida que restringe las exportaciones de carne y que inevitablemente acabar� alentando mayores cultivos de Soja, sino que pareciera comienzan a tener dificultades en manejarse con las internas partidarias, con las agendas electorales de los pol�ticos y con sus intereses corporativos que no siempre se corresponden con los propios intereses de los Agronegocios.

Act�an en definitiva igual que Monsanto, ahora que han impuesto su modelo van por el poder total, lo quieren todo, les impacientan los negociados y las rencillas pol�ticas de los Diputados que escapan a los propios c�digos y que alteran sus grandes negocios, reclaman la garant�a de poner tropa propia en el manejo del sector y en fijar las estrategias. Y es verdad que tenemos una corporaci�n pol�tica inepta, que avanza a los tumbos, que no entiende del tema y sobre todo, que carece de proyecto nacional. Lo hemos dicho muchas veces: c�mo se les ocurre en un pa�s entregado a la producci�n de transg�nicos, aprobar proyectos de Ley en que se promueve con diversas ventajas a la industria biotecnol�gica y a la producci�n de Biocombustibles, cuando jam�s se fij� un m�nimo marco normativo ni existe acuerdo alguno de Bioseguridad que permita inscribir esas nuevas industrias. S�, es absolutamente insensato. Hicimos dos conferencias de Prensa en el Senado de la Naci�n muy recientemente para explicar esa situaci�n aberrante que constituye un esc�ndalo legislativo. No se hizo presente en ellas ni siquiera alguno de los legisladores que hab�an prometido asistir. El tema no les interesa, definitivamente. Ahora nos informamos sin mayores sorpresas, que las grandes corporaciones han elevado a la C�mara un proyecto de Ley sobre Bioseguridad que permita salvar la situaci�n y que les dar�a una legitimidad de la que ahora carecen�. Es natural entonces que se pregunten para qu� los necesitan�

El modelo de la Soja es hegem�nico y no hace sino extenderse, ocupando nuevas tierras y expulsando campesinos y peque�os productores, pero los grandes sojeros y los Agronegocios parecen no estar plenamente conformes, porque las inconsecuencias de la gesti�n pol�tica le quitar�a razonabilidad, tal como dicen ellos y seguramente tambi�n, previsibilidad a los negocios que emprenden. La crisis con Monsanto por las regal�as es prueba palpable de ello, el desorden y la corrupci�n en las cadenas de comercializaci�n de carnes tambi�n lo es. Les preocupa asimismo que el Gobierno impelido por sus propios presupuestos pol�ticos y por la creciente radicalizaci�n del continente, aliente pol�ticas de cierta apertura del modelo hacia los peque�os y medianos productores, como ser la de nombrar en los �ltimos d�as a un hombre de los movimientos campesinos de C�rdoba APENOC, a cargo del Programa Social Agropecuario, o que le abra nuevos espacios institucionales a la Federaci�n Agraria en los temas de agricultura familiar. S�, les preocupa, porque parecen quererlo todo sin atenuantes y tendr�an dificultades para comprender que en esta etapa la Republiqueta Sojera requiere cambiar algunos discursos y encubrirse con ropajes nuevos, sustentabilidad social que le dicen�

No es un momento m�s el que vive nuestro continente luego de la nacionalizaci�n del petr�leo por Bolivia y el anuncio de una nueva pol�tica de tierras por parte de Evo. Nuestro pa�s tendr� que adecuarse a la nueva situaci�n creada, los lazos de intercambios de experiencias y de trabajos en com�n a que nos obliga el MERCOSUR facilitan un crecimiento com�n y diverso en la creciente complejidad del continente. La Argentina vive su propio proceso de elaboraci�n pol�tica, proveniente de las experiencias setentistas del grueso de los cuadros de gobierno. Priman en ellos visiones clasemedieras y progresistas, y que quede claro que le doy a este t�rmino una connotaci�n despectiva. Hay pendientes debates profundos, postergados y resistidos que nos debemos desde las identidades pol�ticas y desde los desencuentros de los a�os setenta y que alguna vez habr� que asumir como gran tarea de nuestra generaci�n, porque el ejercicio del poder ha puesto todos los desaf�os sobre la mesa y ha transmutado antiguas impaciencias en gestos lent�simos y esperas prolongadas, que ya no soportamos los que hace treinta a�os reclam�bamos moderaci�n para que no se desorbitara la situaci�n a favor del golpe militar anunciado.

La Argentina profunda y postergada contin�a reclamando cambios decisivos que la saquen de la indigencia, del hambre y del hacinamiento inhumano en las ciudades. Y no saldremos de esta situaci�n hasta que no le pongamos un l�mite a los modelos impuestos y fortalezcamos el Estado para implementar pol�ticas a largo plazo a favor del redoblamiento del territorio y de la Soberan�a Alimentaria con Justicia Social.

Fuente: lafogata.org

������