Argentina: La lucha continúa
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Correpi - Boletín informativo
Número 376 - Mayo 20/27 de 2006
SUMARIO
1- Causa Fraguada (por amor)
2- Encontraron a uno
3- Gatillo Fácil en Salta
4- Marcelo Arias - Juez
5- Persiguen Abogados del Campo Popular
6- Nosotros no vamos
7- Próximas Actividades
CAUSA FRAGUADA (POR AMOR)
El Tribunal en lo Criminal Nº 1 de La Plata absolvió a Martín M. Amadeo, un
vendedor ambulante, que pasó más de 5 años preso y fue llevado a juicio por un
delito que no cometió. Nada nuevo en la justicia bonaerense que manda en cana a
un montón de inocentes que pasan años detrás de las rejas y después deben
soltarlos porque no tienen pruebas, las inventaron o se las armaron.
Se trató de otra causa fraguada, a punto tal que los jueces ordenaron investigar
a un policía y a un presunto falso testigo. Como cualquier causa fraguada, donde
la víctima resulta ser un carenciado, una persona sin influencia económica ni
social. CORREPI vió muchas causas fraguadas, pero ésta tiene una particularidad:
mientras que generalmente el fin es "institucional", porque se arman causas para
"hacer estadísticas" o para "hacer antecedentes para ascender", esta causa fue
inventada por un policía que quería alejar al pobre Amadeo para ver si podía
seducir a su mujer.
Amadeo fue detenido en febrero del 2001 por el suboficial Pérez en averiguación
de identidad, o sea, Doble A o averiguación de antecedentes, como les guste más.
Una vez en la comisaría con esa excusa, el policía armó un expediente por robo
junto a un testigo trucho. Como decimos siempre, la AA, como las
contravenciones, sólo sirven (nada menos) que para dar a las fuerzas de
seguridad la facultad de detener a quien quieran cuando quieran, y suelen ser la
antesala a la tortura, la muerte o la falsa imputación.
Después pasó lo de siempre. Fiscales que no investigan, o mejor dicho, que
delegan la instrucción de las causas penales en policías; jueces de garantías
que no garantizan nada y cámaras de apelaciones que confirman todo lo que sea
para meter presos a infelices.
Ahora Amadeo salió en libertad, con 5 años de su vida perdidos por culpa de un
sistema perverso.
ENCONTRARON A UNO
¡Lo logró! ¡Arslanian lo logró! ¡Logró detener a un cana que estaba prófugo!
Para que aprendan los incrédulos que piensan que este gobierno es cómplice con
los delitos que comete la policía. Dicen que lo buscaban desde hace más de diez
años, desde que encontraban el cuerpo de Andrés Núñez, torturado y desaparecido
en La Plata.
El ahora capturado se llama Rubén V. Dos Santos. Estaba prófugo por la tortura
seguida de muerte de Andrés Alberto Núñez, el albañil detenido en la madrugada
del 28 de setiembre de 1990. Tres policías lo trasladaron desde su casa en
Ensenada a la Brigada de Investigaciones de La Plata. Lo acusaban de robar una
bicicleta. Para hacerlo confesar le pegaron y le hicieron "submarino seco", es
decir le metieron la cabeza en una bolsa de nylon y lo asfixiaron. Como "se les
quedó", hicieron desaparecer el cuerpo.
Durante varios años Núñez permaneció desaparecido. Fue, junto a Miguel Bru, el
caso emblemático de la bonaerense platense. En 1995, dos policías arrepentidos
dijeron al juez que a Núñez lo habían enterrado en un campo de General Belgrano.
A mediados de 1995 se hallaron los restos incinerados del albañil, en un predio
que pertenecía al primo de un policía involucrado. Se ordenaron las primeras
detenciones, pero ya era tarde: todos se habían profugado.
Dos Santos, desde entonces, vivió en Adrogué y se hizo sacerdote de la religión
umbanda. Lo ubicaron por el rastreo de llamadas telefónicas. Con él ya son dos
los detenidos por la causa Núñez, ya que en octubre pasado fue detenido el
policía González en Córdoba. Falta Gerez, como faltan Garay (causa Lencina), Rojido
y Farese (causa Durán), Balmaceda y Miño (Masacre de Budge), Olivera (causa
Sosa), entre otros. Y como faltan las ganas de buscarlos, porque cuando los
encuentran, resulta que ninguno estaba demasiado escondido.
GATILLO FACIL EN SALTA
Ante los tribunales de Salta Capital se está sustanciando el juicio oral contra
el policía Osvaldo Cruz que mató el 7 de marzo de 2004 a Hugo Daniel Mamani de
15 años e hirió a Sergio Avalos de 21.
Según la versión del cana, regresaba a una fiesta a buscar a su hijo en Villa
Los Sauces y una patota lo insultó. Dijo que le tiraron piedras, por lo que tuvo
que sacar su arma reglamentaria, que en un forcejeo se le disparó matando al
pibe e hiriendo a otro.
Después de escuchar el cuento inventado por el policía, testimoniaron los
médicos forenses que determinaron que la herida mortal que presentaba el chico
se ubicó en la zona inguinal, lo que le produjo la muerte por sangrado interno.
También constataron las supuestas lesiones que tenía Cruz pero no pudieron
descartar que fueran autoinflingidas. El sobreviviente Sergio Avalos afirmó que
tanto a él como a Mamani, el cana les disparó sin motivos cuando iban a comprar
una damajuana de vino.
El viernes pasado declaró una testigo de identidad reservada ofrecida por la
defensa del policía que contó que la noche del hecho vio a cuatro muchachos,
entre los que se encontraba Avalos, cuando insultaban a un hombre que iba solo,
y que luego escuchó dos disparos. El testimonio fue denunciado como falso por el
abogado que representa la familia del chico muerto. El lunes el Tribunal
realizará una inspección ocular en la cancha donde se produjo el gatillo fácil.
MARCELO ARIAS - JUEZ
David Bosca, un chico de 20 años (hoy tiene 22), fue absuelto por el delito de
robo por el Tribunal de Menores Nº 1, pero los jueces que habían ordenado su
detención se olvidaron de liberarlo y pasó ocho meses en la cárcel de Devoto por
error. Los jueces se llaman Pablo Jantus y Marcelo Arias, este último muy
conocido por la CORREPI. El caso llegó ahora al Consejo de la Magistratura, que
juzgará la actuación de los jueces pero se descuenta que el Ministerio del
Interior haga mucho para salvarle las papas a este magistrado tan amigo de la
Policía Federal.
Por supuesto ni la defensora oficial ni el Servicio Penitenciario hicieron nada
por su libertad, ni se preocuparon en averiguar porqué seguía preso estando
absuelto. El pobre pibe, que ni plata tenía para llamar por teléfono, se hubiera
quedado allí si no fuera que conoció a otro preso que estudiaba derecho que "le
movió los papeles" como se dice en la jerga.
Cuando el 25 de agosto de 2005 los jueces recién se dieron cuenta que desde el 6
de diciembre de 2004 se habían olvidado de ordenar la libertad, Marcelo Arias y
su colega alegaron que tenían exceso de trabajo. Pobres. El mismo argumento
esgrimirán ahora ante el Consejo de la Magistratura, que los investiga por mal
desempeño y en las próximas semanas deberá resolver si los somete a juicio
político.
Ambos fueron denunciados por el joven Bosca ante un juzgado de instrucción por
privación ilegal de la libertad, pero fueron sobreseidos por otro magistrado
solidario que comprendió tanto trabajo de sus superiores. Como recuerdo de su
paso por la cárcel de Villa Devoto Bosca lleva una visible cicatriz en la
frente. Explicó que es producto de un palazo que le pegaron los guardiacárceles,
seguramente cuando ya tenía que estar en libertad.
En realidad, Marcelo Arias es un especialista en sacarse trabajo de encima, y no
es la primera vez que se lo denuncia. En el año 1991 era el único juez
correccional de menores que no sólo conocía sino que avalaba el uso por parte de
la policía del "Memo 40", esa orden interna policial que permitía a la cana
detener menores sin ponerlos a disposición del juez de turno. Además, Arias
había dado instrucciones por escrito a la policía para que no lo molestaran por
detenciones de menores fuera del horario de atención judicial.
De hecho, la conducta de Marcelo Arias fue ampliamente usada por la defensa del
comisario Miguel Angel Espósito en la causa Bulacio, para demostrar que lo
actuado por el policía tenía aquiescencia judicial. Y en el Boletín nº 8, en
enero de 1999, relatábamos un hecho similar por el que Arias mantuvo preso a un
joven, Facundo Athanassiev, con el argumento de que estaba "desamparado y en
estado de abandono", por lo que aunque ordenó su libertad por el delito que le
imputaban lo dejó preso, para protegerlo...
PERSIGUEN A ABOGADOS DEL CAMPO POPULAR
Los abogados que defienden causas populares no sólo se ponen de punta con
miembros de fuerzas de seguridad sino muchas veces con fiscales y jueces. Es
simplemente natural la antipatía que generan en los custodios de la legalidad
del sistema quienes defienden intereses de clase diferentes.
A veces se desata sobre ellos hostigamiento y persecución. Esto es lo que
sucedió en los últimos días con los abogados Cristian Hendrickse, del PH de
Chubut, y María Fernanda Pereyra, de FIDELA.
El 10 de mayo de 2006 Cristian Hendrikse, que representa a varias víctimas de
hechos represivos policiales en Chubut, recibió una cédula en la casa de sus
tíos en Esquel firmada por el Fiscal Gral. del Noroeste de esa provincia,
informándole que había una denuncia en su contra por amenazas radicada por un
vecino. La denuncia era del 05.09.2004, ello es de dos años atrás, pero
curiosamente el fiscal se acordó que la tenía justo cuando el compañero
impulsaba las movilizaciones por el primer aniversario del asesinato bajo
custodia de Gumersindo Vergara, en coincidencia también con una demanda civil
contra la Provincia del Chubut radicada ante la Secretaria de
Juicios Originarios de la CSJN y con una denuncia ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos por la desaparición forzosa de Luis Alberto
Silva ocurrida en El Maiten, ambas patrocinadas por Hendrickse. Y sobre todo,
coincide con la condena obtenida por el abogado contra dos suboficiales de la
policía chubutense, Aguilera y San Martín, por apremios ilegales en perjuicio de
los menores Vergara (cuyo padre murió bajo custodia en Cría. El Hoyo).
El otro caso es el de María Fernanda Pereyra por su actuación como defensora de
los presos de Haedo. La compañera de FIDELA denunció con particular énfasis las
condiciones infrahumanas en las que uno de los detenidos por los hechos de
Haedo, menor de edad, estaba alojado en un instituto de menores. En cuatro
oportunidades presentó ante el juez federal de Morón escritos
responsabilizándolo -como corresponde- por la vida e integridad física del
chico.
Cuando todavía festejábamos la soltura de seis de los presos -incluido el menor-
por oden de la Cámara Federal de San Martín, el juez Castelli apercibió a
Fernanda por haber cometido una falta contra su "autoridad, dignidad y decoro"
en aquellos escritos. De la dignidad y decoro del pobre pibe que pasó siete
meses preso en las peores condiciones, ni una palabra.
Es de destacar que el juez de Morón utiliza como fundamento una norma contenida
en un decreto-ley de un gobierno de facto, que fue derogada por la ley de
creación del Colegio Público de Abogados, estableciéndose que sólo el tribunal
de ética profesional, luego de un proceso con derecho a defensa, puede aplicar
sanciones a un abogado por actos en el desempeño de la profesión.
Los abogados de CORREPI tenemos alguna experiencia en este tipo de aprietes,
como cuando el juez Carreras de Morón denunció a Daniel Stragá por desacato en
el curso de la causa Durán; cuando los jueces de la sala VI de la Cámara
Criminal apercibieron nuevamente a Stragá y a María del Carmen Verdú por sus
expresiones en una presentación en la causa Bulacio "que no guardaba el estilo
judicial", o cuando mandaron testar varios párrafos en otro escrito donde
justamente nos referíamos al juez Marcelo Arias y su deseo de dormir sin ser
molestado por menores detenidos.
Sabemos que no podemos esperar otra cosa de quienes defienden los privilegios de
los poderosos. Nos hemos puesto a disposición de ambos compañeros, a quienes
acompañaremos en las acciones que lleven adelante.
NOSOTROS NO VAMOS
Está circulando por la red una gacetilla de prensa fechada el 9 de mayo del
2006 por la cual la oficialista Hebe Pastor de Bonafini informa que la
Asociación Madres de Plaza de Mayo va a ir a la Plaza para festejar con K los
tres años de gobierno, porque "agradecen toda su política de derechos humanos".
CORREPI se pregunta si en esa política de derechos humanos que agradecen han
recordado incluir todos los presos políticos de este gobierno; todas las
torturas que imponen las fuerzas de seguridad; la Gendarmería apostada en Las
Heras; todos los casos de gatillo fácil y los muertos en cárceles y comisarías,
a razón de un muerto por el estado día por medio; y los miles de detenciones
arbitrarias cotidianas.
Partiendo de la base de que la señora y su Asociación son personas bien
informadas, sólo resta concluir que son cómplices de la política represiva de
este gobierno.
Nosotros, el 25, no vamos a la Plaza.
PROXIMAS ACTIVIDADES
Continúan en La Matanza el juicio al policía Smith, asesino de Héctor Otero, y
en Mar del Plata, el juicio por el homicidio de Sergio Alí a manos del policía
Cañete.
CORREPI
Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional
correpi@fibertel.com.ar