Argentina: La lucha continúa
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Recursos Naturales Luego de la nacionalización en Bolivia ¿Podría Argentina dar un paso similar?
María Díaz
APM
Las opiniones acerca de una posible nacionalización en este país están cruzadas.
La Ley de Hidrocarburos, aún vigente, faculta al Estado a intervenir en el
mercado de petróleo y de gas.
El comienzo de la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia produjo una
fuerte reacción en la región, sobretodo en Brasil y Argentina. En el primer
caso, desató una resistencia basada en tres argumentos: primero, que este país
importa más del 50 por ciento de su mercado interno desde Bolivia; segundo, que
la empresa brasileña Petrobrás tomó con cierta antipatía la decisión del
presidente boliviano, Evo Morales; y tercero, que al presidente, Luiz Inácio
Lula Da Silva, no le pareció para nada "amistoso" no haber sido advertido acerca
de esta medida, según manifestaron medios brasileños.
La posición de Argentina, sin embargo, es muy diferente. La decisión del
presidente boliviano ¿debe ser criticada o evaluada como una opción a seguir por
el presidente argentino Néstor Kirchner?
Durante la campaña electoral, el actual presidente de Bolivia advirtió que él
consideraba muy bajos los precios en los que se estaba comercializando el gas
con Argentina. Actualmente este país importa el gas a 3,18 dólares el millón de
BTU (unidad térmica para el comercio internacional), mientras que Morales dejó
trascender que pretende llevarlo a 5,5 dólares.
Por eso, la sorpresa que manifestó Néstor Kirchner es llamativa, dado que el
aumento en el precio de los hidrocarburos en las negociaciones con Argentina,
había sido un punto ya explicitado por el presidente de Bolivia meses atrás. Si
bien Morales no había advertido recientemente sobre esta medida, fue sólo el
cumplimiento de lo que había prometido meses atrás.
Por otra parte, según distintos informes Argentina importa desde Bolivia sólo el
5 por ciento de su volumen total del consumo interno de gas. Por lo tanto, no le
sería trascendente un aumento de uno o dos dólares por millón de BTU. De hecho,
en la Casa Rosada sostienen que ese incremento no tendrá impacto en las facturas
de los usuarios residenciales, y por este motivo, al Gobierno argentino le
importa más acordar un flujo estable que soportar un aumento de precios.
En ese sentido, cabe tener en cuenta que el Estado argentino, basándose en la
Ley de Hidrocarburos (17.319), tiene la facultad de intervenir en el mercado del
petróleo y del gas, con el propósito de garantizar las condiciones de
abastecimiento de la población y las necesidades de generaciones futuras.
Sin embargo, dado que actualmente el país no cuenta con reservas, debido al
último pago de su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), quizá no
sería el momento apropiado para nacionalizar las empresas petrolíferas, pero sí
para acordar que el Estado pueda fijar los precios en todas las etapas (en boca
de pozo, en transporte, refinación y venta al público de combustibles y
derivados).
Además, en la Ley de Hidrocarburos, se señala que ninguna empresa puede poseer
más de cinco concesiones, en forma directa o indirecta. Este punto también se
podría hacer cumplir, en pos de que una sola empresa no posea la totalidad de
las explotaciones. Según la Secretaría Energética de la Nación, en 2003 sólo
siete empresas eran propietarias del 82,7 por ciento de las reservas de gas
natural. Cabe señalar que Repsol YPF es titular de 85 concesiones y Petrobrás de
32 en este país.
Algunos estudios afirman que en Argentina la participación estatal en la renta
petrolera es del 38 por ciento, que surgen de retenciones a la exportación,
regalías e impuestos que pagan las petroleras. Hoy en día, las concesionarias
eligen a quién venderle y a qué precio; pero cabe la posibilidad de volver al
régimen mediante el cual los productores deben entregar una determinada
proporción de su producción a una empresa estatal, a un precio establecido.
En ese marco, cabe señalar que en América Latina ningún país está en las
condiciones en que se encuentra Argentina. México retiene el 100 por ciento de
la renta; Brasil, a través de Petrobrás, también; Ecuador, con la reciente Ley
de Hidrocarburos, aumentó su captura del 18 por ciento al adicionarle el
compartir el 50 por ciento de las ganancias extraordinarias de las petroleras;
en Venezuela, según el viceministro de hidrocarburos, Bernard Mommer, el Estado
percibe el 87 por ciento de las ganancias de las empresas mixtas, además de la
totalidad de la estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.); y ahora Bolivia,
con la nacionalización, estableció un mecanismo de distribución de 82 por ciento
para el Estado y 18 por ciento para las empresas.
A raíz de la nacionalización en Bolivia, se difundieron rumores en Argentina que
sostienen que el presidente Kirchner estaría evaluando la posibilidad de
recuperar parte de la petrolera ex estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales
(YPF). Eso podría tener lugar a fin de año, ya que se llegaría a tener las
mismas reservas que antes del pago al FMI.
Gustavo Calleja, presidente del Grupo Moreno (Movimiento por la Recuperación de
la Energía Nacional Orientadora), sostiene que como el país no tiene una empresa
estatal en condiciones de asumir el control de las áreas petroleras, "habría que
transformar los contratos de concesión en contratos de locación de servicios".
Esto es, pagarles a las empresas por sacar el petróleo y que el Estado defina
cuánto se extrae, a quién se le vende y a qué precio.
Calleja opina en una entrevista publicada en el diario argentino Página 12, que
es posible que las empresas privadas reaccionarían de la misma manera que lo
hacen en Bolivia: apelando a la seguridad jurídica, la suspensión de
inversiones, "las apretadas políticas de los gobiernos cuyas empresas se vean
afectadas", como España, Brasil, Inglaterra y Francia.
Sin embargo, especialistas en el tema, consideran que las empresas privadas que
tenían concesiones en Bolivia no abandonarían las concesiones y perderían las
grandes inversiones que han hecho en infraestructura. Y las pocas que lo hagan
serán reemplazadas por otras que se quieren insertar en este mercado.
De hecho, pese a las primeras declaraciones que hizo la empresa brasileña
Petrobrás acerca de las medidas que tomaría en caso de que Morales continúe con
su proyecto, el presidente Lula Da Silva, luego de la cumbre en Puerto Iguazú,
declaró que todo lo dicho hasta ese momento había quedado "borrado". Esa
declaración se puede tomar como un primer signo de los pasos que van a seguir la
mayoría de las empresas privadas afectadas por la nacionalización en el país del
altiplano.
Por otro lado, el Director de la revista "ABC Economía y Finanzas", Alberto
Bonadoja, dijo que no cree que las empresas se embarquen en juicios contra el
Estado de Bolivia, sino que "van a intentar entablar una negociación que
incorpore a sus gobiernos para la firma de nuevos contratos".
Por estos motivos, sería conveniente que el presidente argentino evalúe la
posibilidad de recuperar parte de lo perdido en materia de hidrocarburos durante
la nefasta década de los ‘90. El Estado tiene todas las condiciones como para
intervenir en los precios y en las ventas de los hidrocarburos si lo desea, pero
decididamente hay mucho todavía para balancear.
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(*) El autora de esta nota es alumna del Seminario "Periodismo en Escenarios
Políticos Latinoamericanos" que actualmente dicta la Agencia Periodística del
Mercosur (APM) en la Facultad de Periodismo y comunicción Social de la UNLP.