Argentina: La lucha continúa
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Pese al crecimiento económico, hay más pobres en Argentina
Argenpress
fines de 2001, la pobreza en Argentina es mayor a la registrada en 1998, reveló
hoy un estudio.
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), durante
2005 se consolidó una recuperación de la producción en el país sudamericano,
pero con más pobres.
Los especialistas de ese centro, especializado en la temática del mercado
laboral, el sistema educativo y la seguridad social, sostuvieron en su habitual
informe semanal que el crecimiento es más acelerado que la reducción del
mencionado flagelo.
La economía trepó 9,2 por ciento y la pobreza cayó a 33,8 por ciento de la
población al cierre del año anterior.
Sin embargo, 'la economía produce prácticamente la misma cantidad de bienes y
servicios que antes de la crisis, mientras que una proporción muy grande de los
argentinos dispone de menos bienes y servicios para satisfacer sus necesidades',
indicó el IDESA.
El ajuste por la devaluación y la violación de contratos implica motorizar
una masiva transferencia de recursos hacia el exterior, cuya contrapartida es un
menor nivel de inversión y consumo de las familias, en particular la de más
bajos ingresos, precisó.
Son claras y significativas las mejoras, pero la expansión se produce a un ritmo
muy diferente que la recuperación social, insistió el reporte.
Para IDESA, la solución no pasa por medidas como la reducción del mínimo no
imponible de las ganancias, aumento de asignaciones familiares ni el incremento
del salario, porque al operar sobre el segmento formal del mercado laboral no
llega a los hogares pobres.
Los cambios tienen que ser estructurales para promover un mercado de trabajo más
integrado y elevar la inversión, de manera que la competitividad sea más en
función de la productividad y menos del empobrecimiento de la gente', consignó.
La combinación de devaluación, contexto internacional único y prudencia fiscal y
monetaria fueron suficientes para impulsar la recuperación, pero exiguos para
que los indicadores sociales acompañen a los económicos, agregó el centro.
Mientras los ingresos de los trabajadores informales subieron 36 por ciento
desde 2001, la canasta básica de alimentos escaló a 110 por ciento.
Esa drástica caída en el poder de compra de los hogares más humildes es la clave
para reducir el consumo de las familias, que pasa a engrosar el incremento de
las exportaciones, concluyó el IDESA.