Argentina: La lucha continúa
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Fracasan los gestos conciliadores en el conflicto argentino-uruguayo
Eduardo Rodríguez-Baz
Las acciones para descomprimir el diferendo por la instalación de dos plantas de celulosa en Uruguay colisionaron esta semana con la negativa de ambientalistas argentinos a abandonar su protesta contra esas obras.
El pedido del presidente argentino, Néstor Kirchner, a su par uruguayo, Tabaré Vázquez, para que suspenda la construcción de esas fábricas, consideradas contaminantes por Buenos Aires, tropezó con fuertes obstáculos a ambos lados del Río de la Plata.
En su mensaje anual ante el Congreso, Kirchner imploró el pasado miércoles a Vázquez suspender por 90 días el montaje de las plantas para que los mejores especialistas del mundo realicen los estudios pertinentes y determinen si estas dañan o no el ecosistema.
Le ruego que me escuche y acepte este pedido que le hago con la mayor de las humildades, insistió el estadista en el exhorto a su par uruguayo, a quien calificó de amigo y hermano.
Buenos Aires considera que las obras de la polémica, puestas en marcha en la localidad de Fray Bentos por las empresas española Ence y finlandesa Botnia, contaminarán el Río Uruguay, cuyas aguas bañan ambas costas.
Argumenta, además, que Montevideo violó el Estatuto de ese afluente firmado por las partes en 1975, al decretar en forma unilateral la instalación de las llamadas papeleras en el límite con la ciudad de Gualeguaychú, norteña provincia de Entre Ríos.
En una primera reacción a la oferta de Kirchner, el gobierno de la República Oriental deslizó que carece de facultades legales para ordenar la detención del emprendimiento.
Sin embargo, ejecutivos de las dos compañías extranjeras que levantan las papeleras dijeron estar a disposición de lo que decidan las autoridades orientales, según reportes de la prensa porteña.
El vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin, fue incluso más lejos al calificar de impertinente la solicitud del gobernante argentino.
Jamás saldrá de nuestro gobierno una acción en ese sentido, decirle a una empresa que ha confiado en el país que pare la inversión, agregó.
Tanto Nin como la vicecanciller Belela Herrera ratificaron la víspera que una condición indispensable para comenzar a dialogar es el cese del bloqueo que ecologistas argentinos mantienen desde hace un mes en el puente Gualeguaychú-Fray Bentos.
Sin embargo, los defensores del ecosistema del Río Uruguay impugnaron anoche una propuesta del gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, para que levanten los cortes de ese y otro paso fronterizo, el de Colón-Paysandú.
Al dirigirse a los manifestantes que obstruyen dos de los tres accesos terrestres con la República Oriental, Busti dijo que sólo la suspensión de la protesta podría facilitar la solución de la controversia medioambiental.
El mandatario provincial sustentó su reclamo en la necesidad de contribuir con ello a un posible diálogo presidencial para dirimir la disputa.
Los vecinos de Gualeguaychú argumentaron que si Montevideo no puede ordenar la suspensión las obras, menos va a poder garantizar el control del impacto ambiental.
Luego de esa postura, la instancia de negociación sugerida por los dos países
parece alejarse, al menos por unos días.