Argentina: La lucha continúa
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Aníbal Ibarra y sus últimas piruetas en la Plaza de Mayo
El gran circo porteño
Argenpress.info
Después de Ibarra, el temporal. La Ciudad de Buenos Aires amaneció con los habituales anegamientos como ironía del acto organizado para salvar el destino político de su gobernador suspendido, que enfrentará el veredicto de la Sala Juzgadora el martes próximo.
Frente a la farsa del enjuiciamiento en la Legislatura porteña, el kirchnerismo en punta montó un espectacular procedimiento movimientista como golpe de efecto frente a la opinión pública, para instalar en la agenda mediática la victimización de Aníbal Ibarra en una representación aún más quimérica de un endemoniado "golpe institucional".
Algo más de veinte mil personas se acomodaron en forma ordenada en las seis cuadras que separan la avenida 9 de julio de la Casa de Gobierno. Sólo dos mil manifestantes autoconvocados e independientes no estuvieron encolumnados tras las banderas de alguna organización social, gremial o partidaria.
El aparato del Partido Justicialista, colonizado en las últimas elecciones por el kirchnerista Frente para la Victoria, movilizó desde la localidad bonaerense de La Matanza a las huestes del ex duhaldista Alberto Balestrini; mismo sitio de residencia del piquetero converso Luis D’elía, designado una semana atrás como Subsecretario de Tierra y Hábitat Social de la Nación, quién aplaudió enérgicamente hasta el vuelo de las palomas.
La Corporación
También dijo presente el sindicato de Encargados de Edificios (SUTERH), comandado con ojota reglamentaria por el legislador entre destituido y renunciado Víctor Santamaría. Con un lugar destacado en el palco de oradores la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, enunció en un discurso el apoyo incondicional a Ibarra, supuestamente, en nombre de las instituciones que defendieron los miles de detenidos-desaparecidos por la última dictadura. Apelando a un elocuente "nosotros inclusivo", Carlotto dijo representar la expresión "toda la sociedad y todo el arco político".
Curiosamente, desde la vuelta de la democracia no hubo mandatario que acumulara mayor concentración de poder que Néstor Kirchner. Un hábil desarticulador de toda institucionalidad verdaderamente democrática, que supo sorprender incluso a gran parte del progresismo local con la cooptación de un amplio espectro de organizaciones sociales al paso de un lento pero virtuoso punto cruz, en el armado de una urdimbre tejida con planes sociales y prebendas a ex militantes sociales transformados en funcionarios rentados; entre ellos los hijos de la oradora mencionada y un sinfín de nombres que integran las largas listas de empleados públicos.
Sólo contando la población amontonada en las capas geológicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que se estima en alrededor de 300.000 puestos, conforme al aumento demográfico de las familias y/o amigos o amantes de cada representante que pasa por la función pública; a excepción de la honrosa gestión de Alexis Latendorf, quien cedió a esta agencia de noticias esa cifra estimativa luego de inútiles pedidos de informe para saber cuántos están realmente capacitados, cuántos llegaron por concurso abierto y quienes concurren a sus labores.
Por lo tanto, puede estimarse que Aníbal Ibarra sólo convocó a menos del 7% del personal que trabaja para su gobierno, sin contar a esa especie de cuerpo scout asistencial conocido como Guardia Urbana, que brilló por su ausencia esa tarde noche en las esquinas por las que rondan habitualmente con anotador en mano.
¡Siempre listos!
Algunos personajes de la farándula dieron el toque cultural al palco, junto al gabinete de ministros del gobernador en suspenso, el ex presidente Raúl Alfonsín y a la senadora Vilma Ibarra, hermana de Aníbal pero no novia oculta del otro Aníbal como piensan algunos, sino del Alberto que tampoco tuvo nada que ver con el vaciamiento del Grupo Provincia ni los descalabros de la Superintendencia de Seguros y que el jueves último aseguró la prescindencia del gobierno nacional en la movilización.
Entre otras agrupaciones poco representativas asistieron el Partido Socialista, el Frente Grande, el Partido de la Revolución Democrática y el Partido de la Ciudad.
"La derecha lucra con el dolor", aseguró Ibarra para descalificar la acusación que lo sindica como principal responsable político de la cadena de contralor que derivó en las 194 muertes del caso Cromagnon.
La hora señalada
Con la función que abrirá el próximo martes a las 13:00 horas en la Legislatura, se decidirá si la estrella caída del Frente Grande, Aníbal Ibarra, concluirá o no su mandato. Con el voto de diez sobre los quince miembros de la Sala Juzgadora la iniciativa de la derecha capitalina, encabezada por el macrismo, lograría su cometido en un proceso de enjuiciamiento tan poco claro como el discurso de quienes acusan a esa Sala de "politizar la tragedia".
Por el macrismo (PRO) votarán Silvia Majdalani, Roberto Destefano, Marcelo Meis y Daniel Amoroso. Facundo Di Filippo y Guillermo Smith decidirán por el ARI. El ex zamorista Héctor Bidonde, la ex ibarrista Beatriz Baltroc, Florencia Polimeni por la UCR no alineada, sumados al cuestionado Gerardo Romagnoli por el zamorismo (AyL) y el único transversal cuya decisión pende del hilo de Ariadna, Evo Rebot, decidirán si Jorge Telerman terminará la gestión de su Jefe directo.
Once son los diputados de los que depende la palabra final. Diversas acusaciones de coimas han señalado que Gerardo Romagnoli cambiará su voto o se abstendrá, y algunos trascendidos indican a Daniel Amoroso como un nuevo Eduardo Borocoto (Jr) en el cambio de decisiones.
Ibarra también recibió el amparo del ex vicepresidente de Fernando de la Rúa, el hoy titular del bloque comercial MERCOSUR, Carlos "Chacho" Alvarez. El mismo que renunció a su cargo por supuestas coimas en el Senado. Lo que aún no se sabe es si este gesto es un beso de resentimiento al estilo siciliano que confirmará también como vendetta los diez años de prohibición para el ejercicio de la función pública en caso de que Romagnoli, Amoroso o Rebot confirmen su voto por la negativa.
El funcionario acusado inició su estelaridad política como destacado colaborador del entonces fiscal, ahora devenido en su defensor personal, Julio César Strassera, durante el Juicio a las genocidas Juntas militares, en 1986.
Toda su vida ejerció la función pública como empleado de carrera en la Justicia o como Legislador. Es el único sobreviviente fuerte luego de la debacle aliancista. Fue cuestionado en tiempos de juventud por recibir un crédito hipotecario con tasas muy ventajosas para los "amigos" circunstanciales del alfonsinismo. Acaba de festejar sus 48 años, cumple su segundo mandato como jefe comunal y, a pesar de su larga trayectoria, dice desconocer la cadena de corrupción en el gobierno porteño que terminó en la masacre de Cromañon.
Se busca Patiño para las próximas presentaciones del payaso Piñón Fijo en
Buenos Aires. No faltarán postulantes.