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Argentina: La lucha contin�a

La hip�crita "conciencia ecol�gica" de la clase pol�tica argentina

Prensa de Frente

La hipocres�a del gobierno de turno podr�a calificarse de astuta si no provocara tanta indignaci�n. La preocupaci�n que hoy en d�a muestran funcionarios, diputados y senadores por el medio ambiente est� limitada al conflicto con Uruguay por la instalaci�n de las papeleras.
Sin embargo, s�lo se responde con silencio a la falta de soluciones que hubo para el Riachuelo, a la fabricaci�n de celulosas en suelo argentino e incluso al desmonte de los bosques, al desalojo de los campesinos, al uso indiscriminado de herbicidas, a los problemas de agua y a la contaminaci�n de la naturaleza que se producen -se siguen y seguir�n produciendo- por el monocultivo de soja en nuestro pa�s.
El gobierno encabezado por N�stor Kirchner adopt� una posici�n en el conflicto con Uruguay en la que quien no conoce su historia podr�a creer que hay una preocupaci�n sincera por los posibles da�os ambientales y sociales que conllevar�a la instalaci�n de estas f�bricas de celulosa en Fray Bentos. Hip�crita es la �nica palabra que se puede pensar al escuchar a Carlos Ruckauf reivindicar la figura de Artigas y correr por izquierda a los uruguayos acus�ndolos de enterrar la figura del libertador oriental.
Mientras este gobierno dice preocuparse por el medioambiente entrerriano, no lo hace por el pa�s en su conjunto. Argentina es calificada como la rep�blica sojera por el predominio del monocultivo de soja transg�nica a gran escala; en la actualidad, el pa�s tiene m�s de la mitad de la tierra sembrada con este cultivo. El gobierno genera los medios para mantener un pa�s agroexportador, ya que la venta de soja al exterior genera casi el 30 por ciento de las divisas del pa�s. Este modelo de exclusi�n no s�lo es una continuaci�n del que comenz� en 1976 con la �ltima dictadura militar, sino que se presenta exactamente opuesto a los intereses nacionales que con el conflicto de las papeleras el gobierno pretende defender.
Con la exportaci�n como premisa principal, con el predominio de la soja en el campo, en los �ltimos diez a�os desaparecieron m�s de la mitad de las peque�as producciones agropecuarias, se extendieron las fronteras a zonas donde antes hab�a producciones locales, haci�ndolas desaparecer, el trabajo se volvi� a�n m�s precario y creci� en gran medida la desocupaci�n. El modelo econ�mico actual beneficia especialmente a las grandes empresas y tiene como principales damnificados a los sectores populares.
Al pueblo no le interesa vender leche u otros productos al exterior; los quiere en el pa�s para que todas las familias puedan satisfacer sus necesidades b�sicas. Los empresarios, que pueden vender a un precio mayor en otros mercados, son quienes ponen como prioridad la exportaci�n y no el mercado nacional. Y el Estado, que se sostiene econ�micamente por las retenciones, avala y promueve pol�ticas que permitan mantener las condiciones de exportaci�n favorables, aun a costa de que las condiciones de vida de gran parte de la poblaci�n disminuyan, de que se destruya el medio ambiente y de que nos despojen de nuestros recursos naturales. A pesar de que hace a�os se habla de los desastres que produce el monocultivo, de la necesidad de hacer obras en el Riachuelo, quienes gobernaron Argentina no han hecho obras ni esfuerzos para modificar esta realidad.
Al hablar de las papeleras, parece que se olvidaran de todo esto. El problema no es que tomen una posici�n a favor de los manifestantes que dicen no a las papeleras. Por supuesto que no. El problema es que lo hagan s�lo en este caso.   

Fuente: lafogata.org

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