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Argentina: La lucha continúa

Tartagal, nuestro pueblo se desmorona...

Norte del Bermejo   

Cuesta escribir, cuesta hablar de lo que está pasando en nuestro pueblo, de la situación en la que hoy se encuentra y del futuro que nos espera, que no queremos ver. Cuesta creer que los responsables, por ejemplos intendentes que pasaron sin jamás haberse interesado por el problema del Río que era totalmente previsible, esperado, hoy echen la culpa a los "que ahora gobiernan", mientras ellos miran al otro costado del río. Cuesta creer que estos descarados hoy se apresten a salir de nuevo a la arena política, seguros de ser "futuro intendente" de esta ciudad hoy destruida. Cuesta creer que si este pueblo destruido podría premiar su inoperancia. De ser casi analfabetos salieron ricos, dueños de empresas y de medios, mientras Tartagal, como resultado de sus gestiones hoy se nos cae a pedazos.
Ya son más de 30 las casas que el río se ha comido y las lluvias según los pronósticos van a continuar todavía.
Las barrancas formadas superan los 20 metros de altura en el Río Tartagal, todos los puentes que están sobre la Ruta 34 están amenazados. La ciudad quedó partida por la mitad habiéndose cortados los precarios pasos (pasarelas) que unían el sector norte – sur. Los tres puentes que conectan estos dos sectores, (dos pasarelas y el carretero) Villa Saavedra el barrio más numeroso y la parte céntrica, hoy están aislados a punto de ser derrumbadas las dos pasarelas, con lo cual ya no sólo quedaremos aislados del país, sino entre los vecinos de la misma ciudad.

A los serios problemas de aislamiento de evacuados que sufre Tartagal, y todo el departamento General San Martín junto con el Rivadavia luego que se cayera el puente carretero de Río Seco, se suma ahora los derrumbes que ocasiona el río Tartagal.
Para quienes no conozcan nuestra ciudad, el Rio Tartagal la divide en dos sectores, norte y sur, y el avance del mismo es hacia los dos costados.
Las últimas fuertes tormentas caídas causaron los socavones y las altas barrancas que hoy fractura literalmente a la ciudad. Se estima que el avance del río es entre 180 y 240 metros y con una altura de 20 en menos de una semana, avanza arrasando todo lo que encuentra a su paso.
Las familias que quedaron sin casas son propietarias con títulos, con escrituras, que pagaban sus impuestos y que deben ser resarcidas. Pero no hay quien les preste asesoramiento jurídico. El poder del Gobernador Juan Carlos Romeros en situaciones como esta se cohesiona como nunca y no deja espacios para el reclamo popular. Los medios solo hablan cuando la noticia salta a los medios nacionales. Recién entonces ante el país informado recién cuentan la verdadera realidad de los hechos.

Fuente: lafogata.org