Argentina: La lucha continúa
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Gasto fiscal y nuevo populismo
La máquina electoral de Kirchner
Colectivo Nuevo proyecto Histórico
Mientras se reduce el gasto en Desarrollo Social, De Vido lanza un
festival de gasto populista en el año electoral y posiblemente re-eleccionario
de Kirchner. ¡Un 225% de aumento! Crece además el gasto de personal y las "obras
públicas" en las provincias que apoyan al gobierno en el Congreso. La forma de
dominio del "Pais en Serio": Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), gasto de
personal, cooptación del movimiento piquetero y las organizaciones de derechos
humanos, banalización del Congreso...
"Caja", gasto estatal y populismo clásico
Durante los dos primeros meses del año, ningun área aumentó tanto la ejecución
del gasto público como el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido.
Según los números de la Asociación Argentina de Presupuesto Público (Asap),
durante el primer bimestre el Gobierno erogó en obras públicas 805 millones de
pesos más que en igual período del año pasado. Mientras en el bimestre los
gastos de la administración pública nacional engordaron un 27 por ciento
–siempre en relación al mismo período del 2005–, los pagos de De Vido crecieron
un 225 por ciento.
Centralización y nuevo populismo
Según datos del Ministerio de Economía complementados con información de las
provincias, en el año 2005 los ingresos percibidos por el Estado Argentino
(nacional y provincial) a través del cobro de impuestos se distribuyen
aproximadamente de la siguiente forma:
· Sólo el 14% de los ingresos tributarios son recaudados por las provincias.
· El 86% es recaudado por el Gobierno Nacional, de los cuales sólo se
coparticipa de manera automática a las provincias un 45% de esos recursos.
· Esto implica que prácticamente la mitad (47%) de los recursos tributarios
totales del Estado Argentino quedan en manos del Gobierno Central.
Los datos muestran con claridad que, en la práctica, el país no opera en un
régimen federal ya que las provincias no tienen plena responsabilidad sobre los
recursos que se necesitan para cumplir con las responsabilidades que
constitucionalmente les ha sido asignadas. Tampoco opera en un régimen unitario
ya que la Nación no asume de manera directa las responsabilidades de brindar los
servicios a la población. Esto se utiliza como mecanismo político no sólo de
acumulación de poder sino como disciplinador de las tibias oposiciones al
oficialismo, tal como lo hace De Vido.
En este marco, prevalece la discrecionalidad populista. Sólo así se explica, por
ejemplo, que en el presupuesto que está por sancionar el Congreso para el año
2006 se contemple (dejando de lado el caso especial de la Ciudad de Buenos
Aires) que la Provincia donde proporcionalmente la Nación más va a gastar sea
Santa Cruz (¿no es la provincia de Kirchner, la provincia donde suceden sucesos
tenebrosos como el de Las Heras?). En esta provincia el gasto federal por
habitante duplica al promedio del país. Esta situación de privilegio es análoga
a la que ocupó en otros tiempos la provincia de La Rioja con el vitupereado
Menem.
El sistema político del "Capital-Parlamentarismo" se ha adaptado y disfruta de
las perversas reglas de juego que impone un régimen fiscal donde prevalece la
discrecionalidad en el manejo de los recursos y la ambigüedad en la toma de
responsabilidades. Las diferentes "cajas" permiten recaudar y planificar el
ciclo político con combinaciones de "Pane et circenses". Las implicancias sobre
el funcionamiento del Estado son profundas y muy negativas, si vemos que el
gasto del estado capitalista argentino descansa sobre los hombros del trabajador
y sobre los salarios de los estatales y jubilaciones.
Los políticos provinciales son incentivados a operar bajo la lógica de que gran
parte de su éxito se define en su "peregrinaje a Buenos Aires" procurando
obtener la simpatía de los funcionarios nacionales o del "Líder" de turno. ¿Para
qué administrar con solvencia el gasto o asumir la antipática función de
recaudar impuestos si con un buen contacto en el gobierno nacional se pueden
conseguir "gratis" recursos adicionales?
El presidente Kirchner no pierde oportunidad de mencionar que la obra pública es
una de las prioridades del Gobierno. Diríamos: es una prioridad en su proyecto
de acumulación de poder personal. Y aprovecha cada uno de los anuncios oficiales
–desde una parada de colectivos o un camino provincial a una autopista, desde un
puente a un plan de viviendas populares– para sembrar políticamente en el
interior del país, y retribuir a los gobernadores amigos de la Rosada. El
presupuesto 2006 preveía un aumento de partidas para el Ministerio de
Planificación del 46 por ciento: de los 7248 millones del año pasado, a 10.579
millones disponibles para este año. Dejando de lado las erogaciones de la
seguridad social, por lejos, De Vido es el ministro con mayor cantidad de
recursos en la billetera. Y bien lo sabe en carne propia el renunciante
gobernador de Santa cruz, Acevedo. Una parte de esos fondos adicionales se
destinará a mayores subsidios a trenes (las demonizadas en el discurso
"privatizadas"), y a centrales eléctricas, para afrontar el cuello de botella
energético del invierno. Sin embargo, la clave de la ampliación presupuestaria
está en la obra pública y en el crecimeitno de la partida de personal
(retribución al militantismo).
El último informe de Asap sobre la ejecución presupuestaria del primer bimestre
del año confirma esa impresión:
- En el período, el sector público nacional gastó un 27 por ciento más –2627
millones de pesos adicionales– que durante el primer bimestre del año pasado.
- Los gastos del Ministerio de Planificación se incrementaron un 225 por ciento:
en el primer bimestre llegaron a 1164 millones, frente a sólo 358 millones
erogados en el mismo bimestre de 2005. Son 805 millones adicionales.
- Unos 600 millones extra se destinaron a obras públicas en general.
- Mientras que la Dirección Nacional de Vialidad ejecutó 180 millones de pesos
más que en igual período del año pasado, incrementando así sus erogaciones en un
353 por ciento.
En contraste con la superejecución del presupuesto que está realizando De Vido,
los gastos del Ministerio de Desarrollo Social aumentaron en lo que va del 2006
apenas un 1 por ciento: pasaron de 376 millones de pesos el año pasado a 378
millones entre enero y febrero último. Así, con una inflación anual del 12 por
ciento, Desarrollo Social achicó el gasto en términos reales y es uno de los más
bajos de los últimos 20 años. Este es el perfil del "gobierno de los derechos
humanos": acumulación personal de poder, manipulación del gasto público,
indiferencia por los más débiles. No nos extrañe que sea récord la brecha y la
desigualdad entre ricos y pobres...