Argentina: La lucha continúa
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Luchas con perspectiva de género
La dictadura militar y la desarticulación de las luchas populares
30 años después del golpe más sangriento de la historia Argentina , cuando ya
nadie pone en duda el carácter genocida de la dictadura militar y cuando muchxs
de lxs que hoy claman por los derechos humanos prefieren olvidar viejos
silencios y complicidades, nos gustaría hacer alguna reflexión sobre las
consecuencias del golpe sobre las luchas populares encaradas con alguna
perspectiva de género, ya que la dictadura representó un genocidio humano y
económico, pero también una masacre de las luchas, incluidas las de género.
La finalidad del golpe de estado fue la de desarticular la lucha popular
organizada, única manera de imponer un plan económico que aún perdura y cuyas
consecuencias sociales son por todxs conocidas. El secuestro, la tortura, el
robo de niñxs como botín de guerra, la desaparición forzada de personas y los
asesinatos masivos no fueron sino las condiciones necesarias para imponer un
liberalismo salvaje a la medida del salvajismo de los dictadores y de los
sectores civiles que promovieron el golpe de estado y se enriquecieron a la
sombra de los fusiles.
En materia de género, la dictadura representó un duro golpe que todavía no fue
debidamente reconocido, porque desarticuló y produjo un estancamiento en los
movimientos feministas y de liberación homosexual que venían desarrollándose
desde la década anterior. Se produjo un enorme retroceso, imponiéndose roles de
género tradicionales, que relegaban a las mujeres a espacios domésticos y les
demandaban una actitud pasiva en todo. La Iglesia fue erigida en la autoridad
moral que determinaba roles y modos de comportamiento y vinculación para todxs
los hombres y las mujeres.
En Argentina, a tono con el origen y desarrollo en otros países de los
movimientos feminista y de gays y lesbianas , y en gran parte por la creciente
incorporación de mujeres en el mercado de trabajo a partir de la década del 50,
se conforman reuniones de reflexión sobre la cuestión feminista. Sin embargo, al
analizar el desarrollo de reflexiones y reivindicaciones feministas en la década
del ´70 no podemos limitarnos en nuestro país sólo a la existencia de
organizaciones de mujeres claramente embanderadas con el feminismo, sin atender
al proceso, individual y político, que la gran cantidad de mujeres militantes en
los sectores de izquierda hicieron, truncado de la manera más violenta y cruel
por la dictadura. Es una deuda pendiente el abordar seriamente los
cuestionamientos de género que comenzaron a surgir a partir de la intensa y
comprometida participación de estas mujeres en los movimientos políticos y
sociales de las décadas de los ´60 y ´70, necesarios para la recomposición del
movimiento feminista desde 1983 en adelante.
La cuestión homosexual en nuestro país, se había manifestado públicamente en
1968 mediante la publicación de una revista llamada "Nuestro Mundo", y con el
posterior surgimiento, en 1971 del Frente de Liberación Homosexual (FLH), que
intentó plasmar las reivindicaciones homosexuales en la sociedad de los ´70. Sin
embargo, tanto para las feministas como para homosexuales, el enemigo principal
era la Iglesia con su enorme poder.
El golpe de Estado fue una alianza de sectores reaccionarios en lo social con
sectores liberales en lo económico. En los siete años que duró la dictadura,
todos estos movimientos fueron fuertemente golpeados hasta ser casi aniquilados.
Lxs principales referentes del FLH tuvieron que partir al exilio. Tal fue el
caso de Néstor Perlongher (exiliado en Brasil) o Blas Matamoro y Héctor
Anabitarte (exiliados en España).
El secuestro y desaparición de personas frenó las reivindicaciones de toda
clase, sobre todo de las feministas y lxs homosexuales, que no sólo eran blanco
de los militares en términos de represión política y desaparición física, sino
que sufrieron también el embate del discurso religioso y conservador de la Junta
a nivel social, que se plasmó en todas las instituciones (escuelas, legislación,
iglesia, etc.), y que significó un terrible retroceso en cuanto a la lucha por
el reconocimiento de la diversidad sexual, de los derechos sexuales y
reproductivos, del derecho al aborto, etc. La sociedad argentina debió marchar
al paso de las botas militares, que querían mujeres amas de casa, madres y sobre
todo sometidas. Los hombres debían ser machos heterosexuales. Las lesbianas en
este esquema no existían. Las travestis tampoco.
En la oscuridad, mientras tanto, las mujeres y lxs militantes homosexuales
sufrían el ensañamiento de la tortura sobre sus cuerpos focalizada en su
sexualidad y genitalidad. El trato que recibieron las personas homosexuales –se
calcula que hay alrededor de 400 desaparecidxs-, fue especialmente sádico y
violento, y las mujeres eran sometidas a violaciones y humillaciones sexuales
sistemáticas. La apropiación del cuerpo de las mujeres se extendió también, al
nacer sus hijxs en cautiverio, a ellxs, en lo que hoy sabemos que fue un método
sistemático de robo de niñxs.
Aun con el fin de la dictadura, la homofobia se hizo su espacio, ya que en el
informe oficial de la CONADEP, el "Nunca Más", el trato "especial" hacia las
personas gltb fue silenciado e invisibilizado, por presiones del ala católica de
la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), con la anuencia de otros
organismos . En el mismo informe, se detalla que las mujeres fueron el 30 por
ciento de lxs desaparecidxs, y el 3eran mujeres que estaban embarazadas.
Mientras tanto, la resistencia también comenzaba a gestarse con un sesgo de
género. Por diversos motivos, entre los que se encontraba la idea -luego
refutada- de que no se llevarían mujeres, las madres de lxs desaparecidxs, que
habían comenzado individualmente la búsqueda de sus hijxs, comenzaron a
convocarse y a marchar en Plaza de Mayo. El sábado 30 de abril de 1977, trece
mujeres se reunieron en Plaza. Se habían conocido y reconocido en las oficinas a
las que acudían buscando información. Luego comenzaron a encontrarse los jueves,
y la orden de no permanecer quietas y circular, fue la que finalmente dio origen
a las rondas alrededor de la pirámide, que recorrerían el mundo y abrirían los
ojos, en nuestro país y en el exterior, a lo que muchxs no querían ver. Su vida
cotidiana (en su mayoría eran "amas de casa") fue trasnformada y atravesada por
un violento ingreso a la militancia y al ámbito público .
Hoy
Con el fin de la dictadura, se reorganizó la lucha y se conquistaron algunas
reivindicaciones que beneficiaban a los sectores medios y altos. En la década
del ´80 se legalizó el divorcio vincular y la igualdad de lxs hijxs nacidxs
dentro del matrimonio y fuera de él. Pero las discusiones que se daban en los
´60 no obtuvieron más respuesta que la represión, y es así como hoy en día se
está todavía discutiendo sobre la educación sexual en los colegios, sobre la
pastillas anticonceptivas gratuitas y la legalización del aborto libre, seguro y
gratuito, reivindicaciones que en otros países son incuestionables. Es también
en esa época que gays, lesbianas y travestis tienen que iniciar el lento camino
de la visibilidad frente a una sociedad influenciada por la visión militar de
las minorías sexuales.
El actual gobierno quiere hacerse pasar por heredero de los movimientos que
fueron destruidos por el golpe militar. Mientras realiza actos simbólicos como
la transformación de la ESMA en museo o decretar el 24 de marzo como feriado
nacional (a pesar de la férrea oposición de la mayoría de los organismos de
derechos humanos), es el continuador del modelo económico impuesto por Martínez
de Hoz. En treinta años poco ha cambiado, la desigualdad entre ricxs y pobres se
profundiza día a día y los derechos humanos siguen siendo violados. Una muestra
de ello es la "cacería" y encarcelamiento -sin pruebas- de sindicalistas
combativos del petróleo en la Provincia de Santa Cruz, la tierra de Kirchner, y
el hostigamiento a sus familias. Esta política gatopardista cambia todo pero
solamente para que todo siga igual. En los medios masivos nacionales e
internacionales se anuncia que Kirchner se pelea con todos los explotadores,
pero a la hora de la verdad sigue las indicaciones de los organismos
internacionales. Discute con el FMI, pero le paga la deuda que generaron los
militares y acrecentaron todos los gobiernos que le siguieron, supuestamente
"democráticos", y cuyo resultado es el hambre del pueblo.
La lucha contra la dictadura y por los derechos humanos, hoy, no está en los
homenajes solemnes que pronuncian los políticos representantes del gran capital,
ni en los feriados nacionales, ni en las frases altisonantes de quienes ocupan
la política. La lucha contra la dictadura y por los derechos humanos está en la
lucha cotidiana del pueblo contra la explotación de clase y la opresión
patriarcal. Y, desde las reivindicaciones de género, está en cada mujer que
aborta clandestinamente a pesar de los mandatos de la Iglesia. Está en las
personas que luchan por la legalización del aborto. Está en la lucha por los
anticonceptivos gratuitos. Está en la lucha contra la violencia de género. En la
lucha contra la mercantilización de los cuerpos y la alienación de las personas
que significa la prostitución. Está en cada gltttb que se niega a ser la escoria
de la sociedad y a ocupar el lugar que le quieren asignar los medios.
El mejor homenaje a lxs desaparecidoxs de ayer no está en los bronces, sino en
la lucha de un pueblo que no se resigna. En el latir de cada lucha de hoy, laten
la pasión, el compromiso y la esperanza de lxs 30.000.
El saldo que dejo la más sangrienta dictadura que sufrió la Argentina fue de
30.000 compañeros y compañeras detenidxs-desaparecidxs, lo mejor de la
generación de los ´70 fue exterminada sistemáticamente.
Pero este 24 de marzo nos encontrará en las calles, luchando y rebelándonos.
Juntas y juntos hoy para decir NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS
RECONCILIAMOS. JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS RESPONSABLES Y SUS COMPLICES.
SEGUIMOS EN LA LUCHA POR EL MUNDO QUE SOÑARON LXS 30.000.
NOTAS
(1) El golpe del 24 de marzo de 1976 destituyó a Isabel Martínez de Perón para
reemplazarla por la junta de comandantes integrada por el Teniente Gral. Jorge
Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando
R. Agosti. La junta designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla y así
comenzó el "Proceso de Reorganización Nacional", que impuso el terrorismo de
estado y se cobró la vida de 30.000 hombres y mujeres, sin contar aquellxs que
fueron encarceladxs sin juicio previo y lxs miles que tuvieron que partir al
exilio. Además del secuestro forzado, existió otro plan: la apropiación
sistemática de niñxs. Lxs niñxs eran robadxs a las madres que parían en los
centros clandestinos de detención o eran secuestradxs junto a sus padres y
madres, para luego ser inscriptos como hijxs propixs por muchos miembros de la
represión, por sus allegadxs, vendidxs o abandonadxs en institutos. (2) La
figura principal de esta orientación económica fue Martínez de Hoz,
terrateniente y Ministro de Economía que impuso la primacía del capitalismo
financiero sobre el industrial, destruyendo la industria nacional mediante la
apertura indiscriminada a las importaciones. Durante este período, la deuda
empresaria, la deuda externa pública y privada se duplicaron
.
(3) El contexto mundial. El mundo de la segunda post guerra comienza de
manera particular para millones de mujeres. En Europa, las destrucciones
materiales de la Segunda Guerra y la enorme masacre de personas que produjo (20
millones de civiles muertos) obligó a los gobiernos a fomentar el trabajo
femenino. En Estados Unidos ocurrió algo similar por el desarrollo de la
economía durante la guerra. La contienda permitió a dicho país salir de la
crisis del ´29 y transformarse en una potencia industrial. Al mismo tiempo que
esto ocurría, se imponía en casi todos los países el derecho a voto para las
mujeres. Esta vieja reivindicación feminista es alcanzada después de una
incansable lucha, pero su éxito es el preludio de una nueva época ya que una vez
alcanzado ese derecho, la realidad muestra las insuficiencias de limitarse a
solicitar el derecho a voto. Millones de mujeres se dan cuenta de que cada
cierta cantidad de tiempo pueden votar a un candidato, casi siempre varón
mientras que el trabajo hogareño continúa siendo responsabilidad de ellas, el
régimen patrimonial del matrimonio no se modifica, el acceso a la educación en
igual de condiciones y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo tampoco. En
definitiva, su situación no se modificó en lo cotidiano.
A partir de ese momento se inicia una nueva etapa feminista (la llamada segunda
ola), que va a surgir a partir de obras como El Segundo Sexo de Simone de
Bauvoir, publicado en 1948. Tímidamente durante la década del ´50 y de manera
más fuerte durante la década siguiente, las mujeres de los países occidentales
van a realizar una crítica al sistema que les niega el placer, que las pone en
el lugar de reproductoras de la especie y que les "adjudica" el trabajo en el
hogar. Esto va a dar lugar a la militancia feminista que inicia su lucha
mediante la concientización de las mujeres a partir de grupos de reflexión. Esta
militancia feminista logra imponer la legalización de la pastilla
anticonceptiva, el derecho al divorcio en los países en los que no existía e
incluso el derecho al aborto en algunos lugares. En cuanto a las
reivindicaciones homosexuales, el punto de quiebre va a ser la revuelta de
Stonewall. En 1969, la policía, como ya era costumbre, decide realizar una
razzia en un bar de Nueva York frecuentado por travestis y gays, quienes deciden
que esa vez era suficiente. Los policías son expulsados por lxs clientes y
cuando la policía intenta reprimir y ocupar la zona son resistidos, dando inicio
a una revuelta que dura tres días y se exitiende a todo el barrio. El siguiente
año se realiza la primera marcha del orgullo gay como recordatorio de esas
jornadas.