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Argentina: La lucha continúa

Argentina
Terrorismo de Estado mundial (Parte I)

Stella Calloni*
serviex@prensa-latina.cu

 

Han pasado 30 años del golpe de Estado militar del 24 de marzo de 1976, continuidad del proyecto contrainsurgente que significó la aparición de los escuadrones de la muerte de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) entre los años 1973-75 y de otros planes de la misma magnitud como el trágicamente recordado Operativo Independencia (1975).

El terrorismo de Estado fue trazado para toda la región en el mapa de las llamadas dictaduras del Cono Sur, dentro de la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en el esquema de la guerra fría y en la lucha 'contra el comunismo' en el mundo.

Nosotros fuimos obligados a asociarnos con el 'pueblo elegido' del imperio, para la lucha en defensa de una supuesta 'democracia occidental y cristiana'. Y todo el que se opusiera a esa 'democrática' Teoría de Seguridad Nacional del imperio debía ser calificado como el 'enemigo interno', un 'terrorista' y por lo tanto aplastado, aniquilado, desaparecido.

En nuestro país 30 mil personas fueron desaparecidas, otras asesinadas y miles y miles debieron ir al exilio externo o interno, mientras la dictadura militar comenzaba a preparar el terreno para la dictadura global del neoliberalismo, que bajo otra doctrina, en este caso el llamado Consenso de Washington, también decidió por nosotros, imponiéndonos a sangre y fuego gobierno neocoloniales y apoderándose de todos nuestros recursos.

Han pasado 30 años desde aquel día trágico del golpe, que logró finalmente colocar al país en el submapa de las dictaduras vecinas.

Con esto, además, se comenzaron a institucionalizar una serie de planes y operaciones conjuntas para cumplir con los elementos básicos de la 'Seguridad nacional'.

La llamada 'Operación Cóndor', réplica de otras creadas e impulsadas por Washington, como lo fuera Phoenix, en el sudeste asiático a mitad de los años 65, bajo la dirección de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) había comenzado sus primeras y trágicas 'pruebas' en 1974.

En Argentina lo vimos con el asesinato del general chileno Carlos Prats y su esposa, Sofía, en Buenos Aires (septiembre de 1974) a manos de un escuadrón de la muerte integrado por hombres de la CIA, la DINA (policía política de la dictadura pinochetista) los grupos terroristas cubano-americanos de Miami, la Triple A y sectores de seguridad locales, que luego serían cabeza de playa de la dictadura militar.

A fines de 1975 se realiza la primera gran reunión de los hombres de seguridad de las dictaduras de la región y jefes militares en Santiago de Chile, para trazar ya un proyecto unificado. Para entonces entre Argentina, Chile, y sectores de Brasil se había realizado la llamada Operación Colombo, por medio de la cual el dictador Augusto Pinochet había decidido 'engañar ' a Naciones Unidas (ONU) y a la opinión pública mundial. La ONU le había exigido una respuesta ante una lista de 119 desaparecidos.

Entonces se elaboró un plan perverso, pero típico de la contrainsurgencia diseñada por el pentágono estadunidense, a la que sus mejores alumnos agregaban no pocas 'creaciones' de terror.

Se trató de armar un aparato que contaba con la complicidad de periodistas, medios de prensa, aparatos de inteligencia, una verdadera conspiración para manipular los crímenes de lesa humanidad.

Cinco cádaveres aparecieron tirados en calles céntricas de Buenos Aires en el primer semestre de 1975. Entre las ropas de estos cadáveres, que tenían las manos cortadas, quemados los pies y degollados, se encontraron documentos con el nombre de cinco de los desaparecidos en Chile. Junto a esos cuerpos habían colocado pancartas donde supuestamente los victimarios pertenecían al Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile (MIR), y otras organizaciones izquierdistas de ese país.

¿Cuál fue el armado de terror de la prensa cómplice del crimen?.

Desde Argentina en talleres de una imprenta de José López Rega, es decir de la Triple A, apareció una revista (Lea) que duró sólo un número, suficiente para que apareciera 'la noticia' de que en realidad los desaparecidos de Chile, estaban muriendo en Argentina en enfrentamientos de la izquierda. En la portada, la entonces presidenta Isabel Martínez de Perón decía, que le daban 'asco' estas acciones de la izquierda chilena.

Asimismo, en el sur de Brasil se reactivó mediante una elevada suma de dinero, un periódico quebrado ('O Día') para informar sobre lo mismo , y otros en el noroeste argentino. De esta manera la noticia que 'llegaba desde afuera' podía tener más credibilidad cuando fuera levantada, como lo fue, por los medios chilenos cómplices de la dictadura.

Hace muy poco tiempo en Chile se descubrieron en una fosa los cadáveres de tres de aquellas víctimas cuyos nombres aparecieron en documentos falsos junto a los cadáveres de Argentina. ¿A quienes corresponderían esos cadáveres aquí?. Es lo que tenemos que saber.

Pero todo esto de la Operación Colombo lo habían denunciado los familiares de las víctimas y el extraordinario trabajo de la Comisión en Defensa de los Derechos del Pueblo, de Santiago de Chile (Codepu).

Esta fue una de las mayores acciones precursoras de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur, para espiar, vigilar, secuestrar, entregar ilegalmente, y asesinar o desaparecer en unos u otros países, a los militantes y luchadores contra las dictaduras.

Así figura el diseño de este plan siniestro en documentos encontrados en los llamados Archivos del Horror, de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay.

En diciembre de 1992, el abogado y pedagogo Martín Almada, víctima de la dictadura strossnista que perduró durante 35 años (1954-1989), logró encontrar en una sede de la policía paraguaya en el barrio de Lambaré, unas cinco toneladas de papeles de archivos, mayoritariamente de los horrores de aquella tiranía. Pero entre ellos figuraban muchos de los documentos de comunicación entre esas y otras dictaduras y varios de la Operación Cóndor.

Esta había sido denunciada por familiares, especialmente después del asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier, en el barrio de las Embajadas en Washington, que fuera una de las figuras más importantes del gabinete del gobierno democrático popular del presidente Salvador Allende, derrocado por el golpe de Estado de 1973.

El golpe fue impulsado y ordenado por Estados Unidos, como lo demuestran ahora los archivos desclasificados y como se sabía desde entonces. Cuando mataron a Letelier, asilado en Estados Unidos, y figura clave en la resistencia a la dictadura, era jefe de la CIA el ex presidente George Bush (padre), quien también intentó la versión de que el político asesinado había sido 'víctima' de 'peleas entre la izquierda chilena'.

Esto, a pesar de que en ese crimen intervinieron sus hombres y en especial el equipo 'estrella' de los terroristas cubanos de Miami, como se comprobó en el juicio realizado en ese país. Fueron estos mismos grupos los que actuaron luego en la voladura de un avión de Cubana de Aviación sobre Barbados en octubre de 1976 dejando 73 víctimas y en otros actos de terrorismo en el mundo.

La Operación Cóndor fue una acción cerrada, donde el propósito primario era el asesinato de figuras importantes contrarias a las dictaduras, en el lugar donde estuvieran, y extendida luego a los militantes de unos y otros países, como muestran los Archivos del Horror, donde están asentados hasta los interrogatorios que hacían en común, por ejemplo argentinos, uruguayos, paraguayos y chilenos.

Esta 'internacional de la muerte', que dejó un tendal de víctimas como el general Juan José Torres, ex presidente de Bolivia, o los políticos uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, secuestrados y asesinados en Argentina en 1976 entre tantos otros, se extendió luego a Centroamérica (1979-80-81). De todo esto hay datos, documentos, investigaciones y juicios en marcha.

En Argentina se desarrolla el juicio más importante sobre la Operación Cóndor, donde la justicia ya determinó que se trató de una 'asociación ilícita' para secuestrar, matar, torturar, intercambiar prisioneros en forma ilegal, es decir, para cometer crímenes de lesa humanidad.

Los abogados que representan a los familiares querellantes están bajo la dirección de Alberto Pedroncini, pero existe un marcado silencio sobre este extraordinario juicio, gracias a la 'recolonización' de los medios de comunicación locales.

Esa recuperación histórica, que se está haciendo en nuestro país y en otros de la región, es de importancia vital para la humanidad en tiempos del regreso del terrorismo de Estado, con un entorno superador al de los anteriores que sembraron las dictaduras en nuestra región. Existe ahora un Terrorismo de Estado Mundial y los desdichados elementos para confirmar esta afirmación, son evidentes y hasta perversamente públicos.

Ante esta situación, se hace necesario y hasta imprescindible definir términos, palabras, contenidos, especialmente cuando asistimos a los múltiples terrores y terrorismos en este período que podía haber sido el de las luces y no el de la muerte, como está sucediendo.

Para hablar de terrorismo debemos definir quien lo ejecuta y quien lo utiliza para dominar a otros. Y también cuál es el significado correcto de Terrorismo de Estado. Debido a que son los Estados los responsables de la vida y seguridad de sus ciudadanos, ejercen el terrorismo cuando sus acciones violentan los derechos humanos, sociales y políticos de sus gobernados.

Denunciar lo que se hizo en el pasado es muy importante cuando la humanidad atraviesa uno de sus momentos más peligrosos y trágicos.

Un imperio descarnado exhibe ahora públicamente lo que todos nosotros estábamos empeñados en denunciar en la búsqueda de justicia, verdad y castigo para los mayores responsables de los crímenes de lesa humanidad que en nuestra región dejaron- sólo en el siglo pasado- más de un millón y medio de víctimas.

Estados Unidos ha tenido y tiene- aunque ahora es visible- una responsabilidad decisiva en la implantación de los terrorismos de Estado.

De hecho, si comparamos los enunciados de George W. Bush, declarando su guerra preventiva e infinita al mundo, imponiendo leyes internas como el Acta Patriótica, que le posibilita ejercer una dictadura en su propio país, con las doctrinas que Washington obligó a imponer en cada país de nuestra América, podemos tener una dimensión de los reales peligros que existen contra la humanidad.

Desde Hiroshima y Nagasaki, hasta Vietnam y hasta Irak , símbolos del terrorismo de Estado mundial que se impone en estos momentos, existe una larga historia que la memoria debe recuperar.

La creación de las llamadas oficinas de crímenes como la CIA, el FBI después de la Segunda Guerra Mundial, llevó a las verdaderas olas de asesinatos políticos en todo el mundo, y luego para 'contener' la supuesta 'expansión comunista'. Así como en los finales del Siglo XIX, con la expansión capitalista se sembraron dictaduras como las de Centroamérica, a lo largo del siglo XX estas se reprodujeron en nombre de la lucha anticomunista y nadie puede olvidar hoy el trágico Plan Yakarta que a mediados de los años 60 dejó casi un millón de muertos en Indonesia, en pocos días.

En Washington estuvo la mano que meció la cuna de la muerte y hoy también desde allí viene el nuevo proyecto de recolonización de América Latina bajo otros planes como el Colombia, el Puebla Panamá, Horizontes, Andino, etc.

La Guerra de Baja Intensidad (GBI) llegó para quedarse y la militarización avanza cada día, con tropas y bases estadounidenses por toda América, conjuntamente con los planes económicos de apoderamiento colonial de nuestros territorios y recursos, léase TLC, ALCA, (Area para el Libre Comercio de las Américas) y otros.

También actúan sus 'equipos estrellas' de desestabilización que son los mismos de siempre, llámese Fundación Cubano-Americana, Alpha 66, Hermanos al Rescate,'contras nicaraguenses', o los talibanes de Osama bin Laden, monstruos todos creados por Washington y también las fuerzas especiales y los ejércitos mercenarios.

Las invasiones a Afganistán e Irak, que en realidad comenzaron con los silencios cómplices cuando se invadió la pequeña isla de Granada en el Caribe, en 1983, o Panamá, a fines de 1989, están mostrando la determinación de ese poder mundial, de avanzar sin límites y sin fronteras.

La guerra que el presidente George W. Bush declaró al mundo, superando en la extensión de su mirada imperial a 'las fronteras seguras' que Adolf Hitler trazó para avanzar por donde pudo hacerlo, está empantanada tanto en Irak, como en Afganistán.

Este pantano es lo que lleva a Bush a tratar de avanzar muy rápidamente en nuestro continente, donde ya tiene sus pies adentro en muchos países y sin disparar un tiro, pero también porque necesita asegurar los recursos que aquí existen en abundancia.

Su avance latinoamericano por varias vías, algunas abiertas y otras más ocultas, también está determinado por el escenario de resistencia que nuestro continente está mostrando al mundo. América Latina es hoy por hoy el continente de mayor resistencia a los proyectos imperiales, con los nuevos emergentes sociales y la respuesta popular contra el avance hegemónico del imperio.

En Irak un pueblo resiste heroicamente a la ocupación de la mayor potencia militar del mundo y sus aliados, y esa resistencia está deteniendo muchos de los planes del imperio.

Todo eso está ante nuestros ojos en este nuevo aniversario del golpe de estado de marzo de 1976.

La lucha por los derechos humanos y de los pueblos nos dignifica, frente a la degradación de los poderosos, que como los gobiernos europeos, se prestan para que hoy en pleno siglo XXI, se lleve adelante una criminal Operación Cóndor mundial, que tendrá otro nombre y sin duda más sofisticada.

Esta operación utiliza aviones importantes, aeropuertos de países cómplices, pero es la misma CIA y la misma mano que mece esa cuna de la muerte.

Este nuevo aniversario nos encuentra luchando contra el horror, mientras el mismo responsable de nuestra tragedia, exhibe en una base militar ocupada ilegalmente en Guantánamo, en la isla de Cuba, lo que es su símbolo. Allí están detenidos-desaparecidos, sometidos a increíbles torturas, como las que se practican en las cárceles -tumbas de Irak y Afganistán.

Y también en las cárceles secretas de un mundo que se autoadjudica defender los derechos humanos y nos reclama a nosotros, las víctimas, a nosotros los que luchamos por la justicia y la verdad, contra el colonialismo, que es terrorismo, contra el imperio, que necesita implantar el terror para su proyecto de dominación.

Entonces, la memoria de las víctimas regresa hasta nosotros multiplicada por su decisión de dignidad, que hoy otros recogen aquí y en el mundo. Estamos dando ejemplos, estamos siendo otra América, estamos mostrando que otro mundo es posible, que se puede no ser cómplice del crimen contra la humanidad y ese es quizás nuestro mejor homenaje a los ausentes.

*La autora es Colaboradora de Prensa Latina.          

Fuente: lafogata.org