Argentina: La lucha continúa
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El juicio político es necesario
Hugo Alberto de Pedro
La hipocresía de la política vernácula ha llegado a límites inimaginables en
todo el tema que ha rodeado a la tragedia producida en el local de República
Cromagnon, que tuvo el lamentable costo de 194 víctimas, hace ya 14 meses.
Absolutamente a nadie se le ocurre pensar que la magnitud del hecho se podría
haber evitado si se hubiesen realizado las tareas de control y prevención sobre
las condiciones de funcionamiento de ese sitio, si las inspecciones y
habilitaciones hubiesen estado en regla, si los organismos de contralor hubiesen
trabajado en sus funciones específicas, si la Policía Federal -y sus organismos
dependientes- hubiesen realizado aquello que les ordenan las reglamentaciones y
leyes y si los funcionarios de todo nivel del gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires hubiesen cumplido con sus responsabilidades y obligaciones.
Ahora el máximo y suspendido gobernante de la ciudad, Aníbal Ibarra, pretende
hacernos creer que todo es meramente una cuestión de persecución política al
estilo maccarthista o bien de una cacería política, cuando simplemente lo que se
está llevando a cabo es un Juicio Político dentro de los lineamientos que
dispone la constitución de la Ciudad. Por supuesto, y así debe ser, que el mismo
se hace dentro del ámbito político y son los legisladores porteños los
juzgadores constituidos en una cámara per se.
Cuando Ibarra convocó a un referéndum a los 30 días de la tragedia para
plebiscitar su mandato -una quimera por juntar tan sólo 520 mil firmas fracasó-
era un hecho político. Cuando durante todos estos meses se alzaron las voces
únicamente para cuestionar a los legisladores que entendían necesario hacer un
juicio político también era un hecho político. Cuando en estos días leemos
solicitadas y adhesiones de legisladores de todo el país reclamando un supuesto
respeto a las instituciones -que ellos mismos violentan diariamente- es un hecho
político sin dudas.
La pregunta obligada entonces es la siguiente: ¿Qué es político y no político?
Los que acceden a los cargos públicos institucionales por la voluntad
democrática representativa de los ciudadanos "son políticos", sus funciones "son
políticas", sus responsabilidades "son políticas", sus obligaciones "son
políticas", sus prebendas y beneficios "son políticos", sus quehaceres diarios
"son políticos"; y el uso y abuso que hacen de sus cargos, como asimismo sus
mentiras, "son políticos".
Sería ingenuo y estúpido pensar que no existen quienes, de las muertes
seguramente evitables, quieren sacar provecho partidario y político, porque las
miserias de la política argentina así lo demuestran a cada momento. Pero eso no
es motivo suficiente ni excluyente para que no se lleve adelante el juzgamiento
por el mal desempeño en la función pública de los funcionarios que nos
representan.
Una vez más la verdad y la justicia deben ser reivindicadas, más allá de
cualquier especulación política que se le quiera dar en uno u otro sentido, y
sabemos que la historia de nuestra patria hubiese sido muy diferente de haberse
realizado tantos juicios políticos como comisiones de delitos en el ejercicio de
las funciones y mal desempeño de ellas han realizado nuestros gobernantes,
legisladores y jueces.
2 de marzo del 2006