Argentina: La lucha continúa
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Multitudinaria manifestación escrachó al dictador Videla frente a su domicilio en la capital argentina
Carlos Aznárez
A pocos días de cumplirse 30 años del inicio de la dictadura militar, más de
12.000 manifestantes de numerosas organizaciones del campo popular de Argentina,
marcharon el sábado hacia el domicilio del genocida general Jorge Rafael Videla,
donde éste cumple arresto domiciliario.
Videla, junto con Massera y Agosti formaron parte de la junta militar que
gobernó el país a sangre y fuego desde el 24 de marzo de 1976 y fines de 1983.
La convocatoria era parte de un gigantesco "escrache" (singular acto de denuncia
que desde hace años se realiza contra los represores) de la agrupación H.I.J.O.S,
junto a otras organizaciones de derechos humanos. Los manifestantes salieron de
Santa Fé y Luis María Campos, y antes de llegar al domicilio de Videla, pasaron
por el siniestro Hospital Militar en cuyo barrio se alojan numerosos uniformados
del ejército (allí quedaron como recuerdo pintadas denunciando el carácter
represivo de los militares y consignas como "asesinos", "genocidas" y "no
olvidamos ni perdonamos".
Frente al edificio donde se aloja Videla, los jóvenes de H.I.J.O.S.
colocaron una grúa en la que se treparon dos jóvenes que desplegaron -frente al
5º piso donde vive el asesino- una enorme pancarta con fotos de los
desaparecidos.
Desde un improvisado escenario, montado sobre el trailer de un camión, los
integrantes de H.I.J.O.S., rodeados de integrantes de las Madres de Plaza de
Mayo y familiares de detenidos-desaparecidos, leyeron los nombres de todas las
organizaciones políticas, estudiantiles, sindicales, sociales y guerrilleras de
la década del 70, a manera de extraordinaria -y pocas veces lograda- muestra de
unidad en la lucha de quienes pelearon contra los militares y el terrorismo de
Estado en aquélla época. A medida que se escuchaban las siglas de estas
organizaciones, la multitud aplaudía y vivaba a quienes se jugaron la vida para
cambiar un sistema injusto de construcción social. En muchos rostros de
veteranos militantes se reflejó la emoción del momento que se estaba evocando,
mientras los más jóvenes no dejaban de agitar banderas representativas de todo
el arco de la izquierda de hoy.
Luego, hablaron, una a una, las Madres de Plaza de Mayo allí presentes, quienes
reafirmaron la necesidad de seguir preservando la memoria e insistir en no
reconciliarse con los asesinos de los 30.000 compañeros asesinados.
Una joven de H.I.J.O.S. leyó un documento en el que se detalla todo el horror
que significó la instauración de la dictadura, aunque también reseñó las
acciones de resistencia popular a los militares y sus cómplices, destacando que
entre estos últimos a los clérigos, empresarios, políticos, periodistas y todos
los que contribuyeron a que Videla (en numerosas ocasiones, desde el palco se lo
identificó como una "rata asesina") gobernara a sus anchas.
Al finalizar el acto, se arrojaron varias bombas de pintura roja (evocando la
sangre derramada por el dictador) contra las ventanas y el balcón del 5to piso
de su casa, en la avenida Cabildo 639. También "volaron" objetos y huevos contra
los efectivos policiales que custodiaban el lugar. Desde el palco se insistía,
en que "con el asesino Videla, en el mismo edificio vive otro general genocida:
Ibérico Saint Jean", pidiéndose para ambos y para todos los que asesinaron,
reclusión en cadena perpétua y en cárceles comunes.
Al grito de "hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es militar",o "como
a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar" los manifestantes
arreciaron en su protesta, mientras algunos jóvenes pintaron en las paredes de
los alrededores: "No a las prisiones VIP", o consignas como "Videla asesino" en
la vereda y el frente del edificio.
Sin duda, el de este sábado fue una de las acciones más importantes (en número,
imaginación y emoción) que se ha desarrollado contra Videla, y abre así una
serie de importantes actos de recordación y de lucha que todas las
organizaciones de derechos humanos, políticas, sindicales y estudiantiles se
aprestan a realizar en la semana para evocar el 30 aniversario de la más
criminal de las dictaduras que vivió Argentina.