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Argentina: La lucha contin�a

Descolonizar el Poder

Jorge Eduardo Rulli
Editorial del sabado 11 de marzo de 2006*

Muchas veces hemos propuesto desde estos editoriales la necesidad de descolonizar el Poder. No es una consigna que escuchemos de manera com�n o habitual, por lo contrario, no pertenece a los repertorios pol�ticos. Es una propuesta que es preciso explicar y tambi�n repetir hasta que se incorpore a la agenda de la pol�tica argentina. �Qu� significa descolonizar el Poder? Significa que el uso del Poder en nuestro pa�s arrastra gestos, usos y costumbres que son anteriores a la instauraci�n de la Rep�blica, o sea que son relictos virreinales de la colonia, residuos francamente mon�rquicos que dejamos pasar a diario porque nos han acostumbrado a ellos y eso es muy penoso y deber�a avergonzarnos. Esa es la llamada colonialidad del poder, gestos que debemos desterrar y que incluyen tambi�n el que el Estado sea bot�n pol�tico de los que ganaron una elecci�n, que no haya pol�ticas de Estado que no sean las de las empresas y que a�n no nos atrevamos a decir a viva voz que queremos la reconstrucci�n del Estado y que el Estado vuelva a hacerse cargo de los servicios p�blicos y en especial que vuelva a hacerse cargo de nuestros patrimonios energ�ticos.

Volvamos entonces a la colonialidad del poder, a esos gestos habituales de desprecio hacia los ciudadanos de a pie, ese esp�ritu corporativo de la clase pol�tica, esp�ritu que suele no reconocer mayores fronteras entre los partidos, pero que s� levanta muros en relaci�n a la gente del com�n... No deber�amos acostumbrarnos a esas situaciones que significan un desmedro grave a nuestros derechos como ciudadanos. La propuesta de descolonizar el Poder significa entonces preservar una santa indignaci�n y generar una sana rebeld�a frente a los abusos. Abusos que vemos y sufrimos a diario: desde el funcionario que le dice al empleado que "le" paga el tel�fono, al intendente que ni siquiera le responde al vecino que le solicita una entrevista, totalmente olvidado de quienes somos los que le pagamos a �l y al resto, los sueldos en el Estado... Descolonizar el poder significa entonces limpiar al ejercicio del poder de esos gestos autoritarios de abuso, de censura, de irritaci�n, de impaciencia y de intolerancia que vemos cotidianamente y que nos hemos acostumbrado a soportar porque nos han domesticado o porque hemos bajado los brazos y "parecemos" domesticados. Pues no, dig�moslo a diario, no nos domesticaron... este pueblo hace muchos a�os que es libre y que no acepta tutelas y hace mucho que peleamos y derrumbamos monigotes ensoberbecidos. Tenemos una gran tarea por delante: construir ciudadan�a. Y esa ciudadan�a se construye no dejando pasar los gestos autoritarios o de soberbia en el Poder.

Hablemos ahora de la destituci�n de Ibarra. No es un hecho menor y son muchos los comentarios y bastante la gente que seg�n parece no estar�a de acuerdo con que lo hayan sacado del Gobierno, se dice con bastante raz�n que no pod�a saber �l todo lo que ocurr�a, que la corrupci�n anteced�a su gesti�n, que toda la sociedad es responsable en cierta medida de la tragedia, recordemos las bengalas, el hacinamiento, los ni�os guardados en el ba�o....
Bien, yo creo que estas opiniones tienen mucho de raz�n, que cada una de ellas atiende con cierto criterio nuestra necesidad de justicia y a la vez esa vocaci�n compasiva que nos caracteriza. Intentar�a sin embargo, enfocarlo desde otra perspectiva, al estilo GRR, como aprovechando la ocasi�n para que reflexionemos un poquito sobre la pol�tica y volver�a entonces sobre ese gran eje estrat�gico, esa gran tarea pendiente que es la de descolonizar el Poder y que es el tema central de esta editorial.

Nos llaman angustiados desde los Toldos, ese pueblo que algunos llaman General Viamonte y donde hace muchos a�os naciera Evita. Nos informan que est�n fumigando los campos vecinos de ma�z con un defoliante para apresurar la cosecha, y que los aviones cargados de t�xicos pasan rasantes y chorreando por arriba de las calles del Pueblo. Bien, yo he visto pasar esos aviones por arriba de mi cabeza cada vez que he ido a Los Toldos. �Qu� llevar�n ahora para secar el ma�z? seguramente ser� PARAQUAT m�s conocido comercialmente como Gramoxone, un veneno tan pero tan terrible, que ni siquiera existen ant�dotos para defenderse de una intoxicaci�n. El prospecto m�dico toxicol�gico dice simplemente: en caso de intoxicaci�n se recomienda comer tierra... adem�s rezarle a la Virgen, podr�an a�adir con propiedad... Y ese avi�n cargado con sus asesinas bombas t�xicas pasa por arriba de los vecinos, a pocos metros de los techos de la ciudad... �Uds. creen que el Intendente Bartoletti de Los Toldos no lo sabe? �Ustedes creen que el Intendente ignora que se est� violando la Ley que proh�be que un aerofumigador cruce por encima de las zonas urbanizadas? �O acaso no le importa? �Ustedes piensa que la polic�a tampoco sabe nada acerca de que ese acto es un delito espantoso? Por qu� raz�n si una banda asalta y roba el Banco poniendo en riesgo los capitales locales la polic�a interviene y si pasa por encima de la ciudad un avi�n con paraquat amenazando con producir un genocidio, los mismos polic�as ni se inmutan? Y los fiscales de la provincia� �tampoco saben nada? Y si en vez de una mancha de leucemia la crisis probable fuera que un vecino pierde la paciencia, toma la carabina y lo baja al avi�n� �Qu� pasar�a? �Se dir�a que se ha hecho justicia por mano propia o se hablar�a acaso de autodefensa frente a una flagrante agresi�n criminal�?

Bien, esta es la Sociedad en que nos ha tocado vivir. Las reglas impuestas son duras y si est�n hechas pensando en nosotros es solo para mejor someternos, de manera que cuando protestamos debemos saber el precio que habremos de pagar. Recuerdo mi primera vez en los Toldos, me expulsaron de una radio antes de que pudiera siquiera abrir la boca para hacer mis denuncias, as� de sencillo... Lo mismo pasa en todas partes, nadie sabe nada acerca de los riesgos, no se conoce la Ley, los funcionarios hacen lo que quieren y habitualmente no hacen nada... se dejan estar... pero tampoco quieren que uno hable�Se ha elegido entonces un camino doloroso y traum�tico que nosotros anticipamos claramente hace a�os en el Libro Estado en Construcci�n, cuando en el grupo participaba todav�a nuestro querido amigo, el finado Ignacio Lewkovicz: el desfondamiento de las instituciones es parte inherente a un estado de cat�strofe que pareciera que ya sea por impotencia o por ineptitud, la corporaci�n pol�tica no quiere revertir�

Se avanza entonces impulsado por sucesivas crisis catastr�ficas, crisis que empujan a reordenamientos institucionales y a reacomodamientos de los equilibrios interiores de la corporaci�n que maneja el Poder. Esto significa mucho sufrimiento colectivo para la Argentina y por supuesto para nosotros. Pero estas son las reglas que ha fijado el Poder. Resistir los cambios hasta el estallido y luego ceder un poco hasta poder nuevamente comenzar a resistir otra vez defendiendo nuevas posiciones y as� una y otra vez, mientras retroceden o imaginan situaciones de enga�o y de maquillaje de sus intereses y de sus maniobras. Nosotros, desde la ciudadan�a y desde la Sociedad Civil solamente tratamos siempre de hacernos justicia, y el momento maravilloso en que hay lugar para los reclamos de justicia se producen siempre en medio mismo de la cat�strofe, cuando los poderosos quedan inermes, cuando se los puede expulsar de los restaurantes golpeando las copas con las cucharas y reclamando que se vayan... �se acuerdan de esos d�as? Esos d�as son como el pachakuti del hombre andino, ese momento en que dicen los antiguos, el mundo se da vuelta, dicen ellos: cuando el mundo se pones patas para arriba, como si dij�ramos: el momento en que se cumple la profec�a b�blica de que los �ltimos ser�n los primeros�Y debemos aprovechar esos momentos porque no hay otros. As� de sencillo. Entonces hay que subir la apuesta. Y en medio de la cat�strofe previsible que no quisieron prever, por qu� raz�n deber�amos conformarnos nosotros, las v�ctimas, con la prisi�n del aviador, del aerofumigador.... No, de ninguna manera, en ese momento querremos la cabeza del intendente, porque es la cabeza m�s alta y porque es el �nico modo de cuestionar de alguna manera al modelo criminal de la agricultura industrial y tratar de lograr un cambio sustancial en estas gestiones irresponsables y envilecidas�.

Lo que vale para los Toldos vale para la ciudad de Buenos Aires. �Por qu� raz�n con casi doscientos chicos muertos, vamos a detenernos en averiguar la cuota de culpabilidad de los Callejeros o en precisar cu�ntos polic�as o inspectores estaban comprometidos con el sistema mafioso de hacer caja para la pol�tica? �Qu� no es justo que un alto funcionario corra el riesgo de pagar el pato por cada cat�strofe que suceda? Se�ores, son las reglas. Ellos las impusieron cuando bloquearon los caminos posibles para cambiar las situaciones de injusticia. Ellos las impusieron cuando decidieron por soberbia y sinti�ndose igual que dioses, que los temas de seguridad, o sea de riesgos y cat�strofes, no existir�an en las agendas pol�ticas de los gobiernos argentinos. Por otra parte, reconozcamos que nadie oblig� a Ibarra a ocupar el puesto que ten�a ni nadie oblig� al Intendente de Los Toldos a estar donde est�. Es m�s, conocen los riesgos que corren pero los subestiman, en realidad "nos" subestiman y desprecian... �vieron la soberbia en el rostro mulato de Ibarra durante el juicio�? la soberbia y la tremenda aparente seguridad le dur� hasta que se escuch� el veredicto y entonces se derrumb�... Esos son nuestros l�deres. Es que digo yo �son tan pero tan impunes que no son capaces ni de darse cuenta del peligro que corren? Y no fue solo �l quien ni siquiera supo contar los votos que se le opon�an� Lo apoyaban ministros, diputados y hasta la Se�ora de Carlotto�. Digo yo �qu� le est� pasando a la corporaci�n pol�tica que pareciera que dej� de saber leer los signos de la pol�tica? Si los pol�ticos dejaron de entender la pol�tica y resulta que los que parecen ahora saber de la pol�tica son los que no hacen pol�tica� �qu� est� pasando? C�mo puede ser que la tenacidad y el dolor de un grupo de padres de chicos muertos en Croma��n lo venza a Ibarra, a Ibarra que ten�a todo el poder, que se sent�a casi un rey de la ciudad? �Se hicieron esa pregunta? Le echan la culpa a Macri y a Lilita y en realidad les est�n regalando una victoria que ellos no merecen, porque no fue su trabajo ni su esfuerzo, y adem�s est�n ocultando que m�s que una victoria de los otros fue su propia y terrible derrota�.

Dije que los que ejercen la pol�tica dejaron de saber de pol�tica y que los que luchamos desde la sociedad civil parecemos saber m�s de pol�tica que los que ejercen y disfrutan de la pol�tica. �Qu� extra�o, verdad? �Quienes saben entonces hacer la pol�tica, la pol�tica como arte del conjunto, como propuesta generosa de cambiar para bien la vida de la sociedad? Pues, las organizaciones de la Sociedad Civil, los familiares de las v�ctimas, los que reclaman mejores condiciones de trabajo� Esto s� que es signo de una creciente madurez de la ciudadan�a. �C�mo es posible que pese a nuestras advertencias los Senadores aprobaran por unanimidad una Ley de promoci�n de la industria biotecnol�gica, una ley hecha a la medida de los negocios de Grobocopatel, sin que haya habido nunca una Ley anterior de Bioseguridad que defina la ingenier�a gen�tica, que la permita, que fije sus alcances, sus l�mites, que establezca los protocolos de manejo, sus posibles impactos sobre el medio y de quienes se har�n responsables de las remediaciones...? S�, es espantosamente demencial pero a la vez real. Una vez m�s, la corporaci�n demostr� su enorme desprecio por la seguridad del ambiente y de la salud de la poblaci�n. Las empresas podr�n montar libremente sus laboratorios de monstruos y quimeras, de semillas GM y de vacas transg�nicas a todo riesgo nuestro, nadie indicar� qu� deben hacer con los deshechos, donde arrojan los eventos fracasados, los pedazos innumerables de ADN recombinante que ir�n seguramente al r�o o a las napas o quiz� al CEAMSE, contamin�ndolo todo y generando procesos imprevisibles en la Naturaleza. Qu� ocurrir� en el universo de las bacterias, de lo anfibios y de las cadenas tr�ficas, qu� ocurrir� en los ecosistemas acu�ticos, nos preguntamos? Pero, a qu� Senador puede importarle eso, si ninguno vivir� m�s de veinte a�os para ver las consecuencias de tanto desprop�sito� as� de sencillo se�ores� pasen y vean, esta es la realidad espantosa de la Matrix y el que trata de razonar sobre la posible responsabilidad de Ibarra la est� pifiando, porque vivimos en el Estado de cat�strofe y no fuimos nosotros los que elegimos este escenario.

Es un escenario que viene de antiguo, de muy antiguo, y que si no sabemos leerlo tampoco sabremos modificarlo. No solo se han adue�ado del poder que nosotros fuimos lentamente delegando, sino que nos han trabucado los conocimientos y las antiguas verdades que ten�amos y que ahora ya no tenemos� por ejemplo, han hecho de la �tica y de la moral una misma cosa, una misma cosa anodina y est�ril que en los j�venes m�s preocupados por tener un buen par de zapatillas que por cambiar el mundo, no despierta el m�s m�nimo inter�s. Sin embargo, si volvemos a separarlas como siempre fue, nos encontraremos que le �tica puede ser nuestra fuerza, nuestro instrumento poderoso e id�neo para modificar la moral existente, esa moral que es la moral que los menem y los Grobo nos impusieron y que perdura m�s all� de los cambios de gobiernos... Desde la �tica de la ciudadan�a de a pie, como ayer desde las infanter�as o desde los condenados de la tierra, traemos un nuevo y revolucionario mensaje que dice sencillamente, que no queremos ser convertidos en mercanc�as, que no somos mercanc�as, que no somos consumidores, que no somos usuarios, que nos importan un r�bano los libres mercados, que no queremos comer transg�nicos, que queremos volver a la tierra y recuperar el derecho a producir alimentos sin agrot�xicos y a comerciarlos en mercados y en ferias locales, y que cada d�a vamos tomando conciencia que esos simples deseos son tan, pero tan subversivos, que para lograrlos tendremos que recuperar todo ese Poder que hemos venido delegando.

*Jorge Eduardo Rulli
Programa Horizonte Sur, Radio Nacional AM
 www.grr.org.ar      

Fuente: lafogata.org

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