Argentina: La lucha continúa
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Massuh, el espejo argentino de Botnia y Ence
Modesto Emilio Guerrero
Argenpress
Ayer jueves a las 03:30 de la madrugada, el obrero Fabián Kosiol, de 32 años,
murió tragado y triturado por los rodillos de una máquina procesadora de pulpa
venenosa en la Papelera Massuh, una empresa de capital nacional, viejo amigo del
poder.
El caso constituye un ejemplo viviente que justifica la lucha de los pobladores
de Gualeguaychú en varios sentidos. Massuh es en Argentina, el espejo viviente
de los desastres que producirán en Uruguay y Entre Ríos, Botnia y Ence. Si se
instalan en las condiciones facilitadas por el gobierno de Montevideo.
Cómo pasó
Kosiol trabajaba el turno de noche. Como a las 3.30 de la madrugada fue
succionado por una poderosa manguera de aire, atrapado entre los rodillos de 3
metros de diámetros y triturados los brazos y la cabeza.
Los detalles del hecho se pudieron reconstruir con los relatos de sus compañeros
de trabajo, que presenciaron la fatalidad.
Así lo cuenta la crónica del diario quilmeño InfoSur, que hace seguimiento
sistemático a la contaminación de la planta desde hace varios años: 'La clausura
recayó sobre el sector de la máquina de la tragedia: la dos... La máquina que
estaba operando Kosiol tiene una manguera de aire que lo succionó... Al parecer
y hasta que pudieron detenerla, la cabeza del joven había quedado atrapada en la
maquinaria que se utiliza para el secado de la materia prima... La producción de
esta máquina se mide en metros por minuto y para favorecerla le habían agregado
unos 25 metros más: lo que impedía que trabajara correctamente. Tenía muchos
problemas, se cortaba, señalaron los operarios que ilustraron la escena' (10 de
marzo, pág 5)
La investigación de los hechos y las declaraciones de compañeros del obrero
muerto, indican que los dueños violaron la clausura mediante artimañas que se
están investigando.
El olor del arroyo
En horas de la tarde del viernes, el diputado nacional Carlos Tinnirello se
apersonó en la fábrica en compañía de dirigentes de la Federación de Entidades
de Fomento de Quilmes, para interpelar al director de la empresa.
Como es natural, el patrón negó todo: 'Nuestra fábrica no contamina, y si alguna
vez lo hizo ya no lo hace; los residuos contaminantes que ingresaron al arroyo
ya se fueron con la corriente. El operador murió por un accidente laboral'. El
diputado lo inquirió sobre la acción dañosa en las capas freáticas y los barros
del arroyo y el patrón respondió: 'Eso ya se lo llevó la corriente, no se
preocupe'. Un poco más de entusiasmo y se le sale que el obrero muerto no está
muerto.
Sin embargo, basta mirar de reojo el arroyo, a pocos metros de la fábrica, para
verificar que este empresario ejerció el derecho a mentir que tiene todo
capitalista en la sociedad que dominan.
Los miembros de la Federación de Fomentos llevarán en la Caravana que viaja este
sábado 11 a Gualeguaychú, varios bidones de aguas podridas del arroyo, para
mostrar que el futuro Botnia y Ence ya existe en Massuh.
El caso Massuh derrota un mito montado desde el gobierno de Montevideo: No se
trata de una maldad 'contra los uruguayos' y su derecho al empleo, como ha hecho
creer el gobierno de Tabaré a un sector de su pueblo.
Se trata de la acción depredadora y lucrativa, sin control, de cualquier
capitalista, papelero o no, en cualquier parte del planeta, cuando se trata de
bajar costos para aumentar la renta capitalista.
Las sospechas
A horas de producirse la desgracia, apareció cautelosamente una Decisión que
levanta la clausura del sector de la tragedia, desde el día anterior. Es
sospechoso que la medida gubernamental se haya aplicado tan pocos días, desde el
2 de marzo en que entró en vigencia. 'Enseguida las pusieron a producir
nuevamente', relataron a InfoSur obreros de la empresa.
Este accidente laboral no se produjo por mala suerte, un marca del destino o por
inexperiencia del trabajador. El realizaba sus labores en forma ilegal en ese
sector de producción considerado crítico, allí se hace el secado de la materia
prima. La Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia lo había clausurado el 2
de marzo.
La medida fue provocada por una acción vecinal y judicial llevada adelante por
la Federación de Entidades de Fomento y Vecinales de la Provincia de Buenos
Aires. Un juez Federal determinó el cierre de varios sectores de la enorme
planta de Massuh, a causa de las pruebas presentadas por expertos de la
Universidad de La Plata, los vecinos y técnicos del INTI.
Por más de 30 años, los pobladores de los barrios adyacentes sufrieron los
efectos contaminantes de la papelera, que dañó la salud humana, el ambiente, la
vegetación, el arroyo que va al río de La Plata que Aguas Argentinas usa como
fuente y los animales de la zona de San Francisco Solano, de Quilmes, donde está
ubicada la fábrica de casi 300 trabajadores.
La Federación citada denunció en su momento, la muerte de por lo menos 28
vecinos por cáncer originado en contaminación por celulosa.
El propio patrón, aceptó ante el diputado Tinnirello, que 'es cierto, había un
olor a huevo podrido, pero ya no existe más'. Pero se olvidó de dos detalles
claves en esta historia: Ese 'olor a huevo podrido' lo padecieron los vecinos en
sus casas y sus cuerpos por más de 30 años, y si no existe hoy, es porque la
Federación Vecinal luchó años enteros hasta obligar a la Gerencia a gastar en la
remediación de un mal que quizá ya no tiene remedio entre los humanos que lo
inhalaron y los otros seres vivientes.