Argentina: La lucha contin�a
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Romina Tejerina:
Tres a�os m�s de injusticias
Argentina Indymedia
Hablar del caso de Romina no es hablar de un hecho
aislado, es hablar de miles de mujeres victimizadas una y otra vez por un Estado
que se entromete en lo que deber�a ser una libre decisi�n: tener o no tener
hijxs. Hablar de Romina es hacer una recorrida por los interminables laberintos
de la "justicia" injusta machista y opresora. Justicia que cuando se
trata de hombres, habla de "cr�menes pasionales" o "emoci�n violenta" pero
cuando se trata de mujeres, y mujeres pobres, hace caer sobre ellas todo el peso
sancionador del Estado.
Hablar de Romina tambi�n es hablar de la violencia y c�mo el cuerpo de la mujer
es tratado de manera degradante. Hablar de Romina es hablar de una sociedad
machista y patriarcal que avala que los hombres ejerzan un "poder" de
propiedad brutal sobre el cuerpo de las mujeres. Hablar de Romina es hablar de
marginaci�n. Derechos negados. Violencia psicol�gica. Violencia f�sica.
Violaci�n. Violencia estatal. Violencia judicial. Violencia familiar. Violencia
carcelaria. Incomprensi�n. Aislamiento. Hablar de Romina es hablar de la
realidad que vivimos miles de mujeres en Argentina y en el resto de
Latinoam�rica. Hablar de Romina es hablar de nosotras mismas.
Romina: su historia
Romina fue violada por un vecino, Eduardo Vargas, a la salida de un baile y
qued� embarazada. Durante siete meses ocult� su embarazo e intent� abortar con
m�todos caseros. Frente a esa situaci�n de violencia, ni siquiera pudo pedir
auxilio dado que la sociedad juje�a est� entre las m�s conservadoras y
retrogradas de la Argentina y quedar embarazada es, para mucha gente, culpa de
la misma mujer que o bien consinti� o bien no se resisti� lo suficiente. Y eso
no lo piensan s�lo los vecinos, fue tambi�n la l�gica que utiliz� el juez a
cargo de la causa. Por eso, durante ese tiempo de sufrimiento en soledad para
Romina, el violador estuvo libre, viviendo cerca de ella y amenaz�ndola
constantemente. Luego de varios intentos de aborto, pari� sola en el ba�o de su
casa a los siete meses de embarazo y presa de estr�s-post traum�tico hiri� de
muerte a la beba reci�n nacida. Ella se encontraba en tal estado de confusi�n
mental que, como surge de uno de los peritajes, ni siquiera recuerda el hecho.
El juez Argentino Ju�rez se tom� un a�o en dictar el procesamiento definitivo,
aunque el c�digo procesal establece un m�ximo de treinta d�as; lo hizo reci�n
cuando la abogada defensora, Mariana Vargas, interpuso un recurso de queja por
"retardo de justicia". El magistrado concentr� la indagatoria en la vestimenta
que llevaba Romina el d�a de la violaci�n, en tanto desechaba el an�lisis de la
psic�loga Mar�a Teresa de Fern�ndez, perito de parte de la defensa. Durante
nueve meses este mismo juez le impido a Romina recibir ayuda psicol�gica y le
impuso un r�gimen restringido y humillante para las visitas. Adem�s se le neg�
la posibilidad de continuar sus estudios secundarios.
En cuanto al violador, fueron necesarios siete meses de escraches en su
domicilio para que la "justicia" se dignara a iniciar un proceso. Eduardo
Vargas estuvo preso 23 d�as y fue liberado por falta de pruebas, sin siquiera
practic�rsele un an�lisis de ADN para confirmar la filiaci�n de la beba. Una vez
sobreseido, este individuo no tuvo reparos en presentarse como parte actora en
un juicio contra Romina, diciendo que hab�an matado a su hijo.
El 12 de julio de 2004, la Sala de Apelaciones de la C�mara en lo Penal de Jujuy
confirm� las actuaciones del juez Argentino Ju�rez, por lo que Romina Tejerina
qued� procesada por homicidio calificado agravado por el v�nculo. Luego de un
vergonzoso juicio, Romina fue condenada a 14 a�os de prisi�n por homicidio
agravado por el v�nculo. Si la figura de infanticidio estuviera en vigencia,
Romina no estar�a m�s de tres a�os presa.
Durante su prisi�n, el hostigamiento a Romina contin�a constantemente. El
sistema carcelario-judicial tiene muchas herramientas para victimizarla y
condenarla nuevamente: en diciembre del a�o pasado le negaron la posibilidad de
salir para las fiestas, le han negado sistem�ticamente la atenci�n psicol�gica
que necesita, le impidieron seguir trabajando en el kiosco, agreden y humillan a
su familia cuando van a visitarla. Y desde el sistema judicial, se ocupan, como
el primer d�a, de prolongar al m�ximo los plazos y de intimidarla para no seguir
luchando por su libertad.
La figura penal del infanticio
Esta figura penal fue eliminada en el 1994 en el medio de un debate sobre
leyes de tr�fico de menores. El proyecto para eliminar dicha denominaci�n
jur�dica fue presentado por el entonces senador radical Ricardo Lafferriere.
El problema es que el inciso 2� del C�digo Penal que reg�a hasta ese entonces
hablaba de una atenuaci�n de la pena para "la madre que matare a su hijo" para
"evitar su deshonra" . Es m�s: el mismo art�culo atenuaba la pena de los
familiares directos de la mujer que intentaran salvar su honra de esa manera.
"Ni la honra ni el honor se comprometen hoy en el parto, como suced�a a
principios de siglo", dec�a el dictamen del Senado que aprob� la derogaci�n
de ese art�culo. Ese mismo a�o, el proyecto obtuvo media sanci�n y pas� a
Diputados donde se propuso dejar el infanticido, aunque agravando las penas. Sin
embargo, ampar�ndose en las jerarqu�a constitucional de la Convenci�n
Internacional por los Derechos del Ni�o, el Senado insisti� en que no se pod�a
permitir que se castigara un homicidio de un beb� m�s levemente que otro, y
prim� la visi�n de la C�mara alta. Hasta este punto no exist�an grandes
discusiones, pues todos acordaban en que la honra de la mujer no se ve�a
afectada. El problema que qued� pendiente -y que hasta el d�a de hoy se critica-
es la eliminaci�n de la atenuaci�n por puerperio.
En las calles...
La solidaridad y movilizaci�n de miles de mujeres y hombres en todo el pa�s
que tomaron conciencia de lo injusto de esta situaci�n y levantaron su voz
reclamando por la libertad de Romina y la c�rcel a su violador, oblig� a que los
reaccionarios jueces de la Sala II de la C�mara Penal de Jujuy que tuvieron la
causa a su cargo no la condenaran a cadena perpetua y se vieran obligados a
contemplar circunstancias atenuantes.
Hoy Romina ya lleva tres a�os presa. Presa de la incomprensi�n de una sociedad
que se niega a verla como una v�ctima y que no acepta que una mujer pueda
decidir si tener o no un hijx. Sociedad que no protege a las mujeres contra la
violaci�n y que no establece oficinas d�nde las mujeres puedan acudir en busca
de informaci�n. Una sociedad donde todav�a la educaci�n sexual libre es un
derecho a conquistar, donde el aborto es ilegal, donde la violencia contra las
mujeres se permite y se refuerza culturalmente. Presa de una justicia que
prefiere el disciplinamiento patriarcal a la verdadera justicia sin opresi�n de
g�nero. Presa de la culpa que la acompa�ar� siempre y que ya es suficiente
castigo.
Por Romina deberemos seguir en las calles reclamando por su libertad. Por el
derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Contra la violencia hacia las
mujeres. Por el respeto al testimonio de una mujer violada. Por la
reincorporaci�n de la figura del infanticidio en el c�digo penal, sin alusiones
a la honra o no de las mujeres. Por la creaci�n de oficinas en donde las mujeres
puedan obtener informaci�n y denunciar cuando sufren violaciones o maltratos,
sin que las revictimicen. Por una justicia sin opresi�n de g�nero. Por una
sociedad que reflexione acerca de la violencia que cotidianamente es ejercida
sobre las mujeres y que sea capaz de construir nuevas formas de relaci�n sin
opresiones ni violencia.
Fuente: lafogata.org